Un título con dedicatoria especial. Estudiantes de La Plata de Javier Altamirano festejó la obtención de la Copa de La Liga Profesional tras derrotar por penales a Vélez Sarsfield de Gustavo Quinteros y tuvo al atacante chileno como gran protagonista.
Y es que el corazón de todos los hinchas Pincharratas se estremeció el 17 de marzo cuando el jugador formado en Huachipato cayó al césped con convulsiones y con el correr las horas se determinara que sufrió una trombosis al cerebro que lo sacó de las cancha por tiempo indefinido.
El golpe al camarín del cuadro platense fue duro, pero pese a ello el grupo y el club siguió siempre al pendiente del destino del delantero, que se reintegra paulatinamente a la actividad y que celebró con todo el logro de su equipo.
Estudiantes campeón en una infartante definición
Y es que la final de la Copa de la Liga Profesional enfrentaba a Estudiantes de La Plata con Vélez Sarsfield y 120 minutos no fueron suficientes para determinar a un ganador.
El 1-1 en el tiempo reglamentario llevó a a un alargue donde ambos cuadros no se hicieron daño y fue desde los 12 pasos que los de Eduardo Domínguez fueron más certeros y lograron su décimo sexto título como institución.
Un título que contó con el chileno en la premiación y el aplaudido gesto de Santiago Ascacibar y José Sosa, capitanes del equipo que invitaron a que Javier Altamirano levantara el trofeo junto a ellos. Algo que también tuvo réplica en la lámina oficial publicado por las redes sociales del club.
¡¡𝗦𝗢𝗠𝗢𝗦 𝗖𝗔𝗠𝗣𝗘𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗖𝗢𝗣𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗟𝗜𝗚𝗔!! ¡¡DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN!! ⭐🇦🇹 pic.twitter.com/16UVXHdZvz
— Estudiantes de La Plata (@EdelpOficial) May 5, 2024
Gustavo Quinteros vivió la otra cara de la moneda
El derrotado de la final fue Vélez Sarsfield, equipo que brindó gran batalla pero no pudo llevarse la gloria, sin embargo el balance tras la llegada de Gustavo Quinteros, quien dejó Colo Colo y firmó en el Fortín, es valorado por los hinchas del club.
Tras dos años enredados en puestos de descenso, el cuadro velezano recuperó la memoria de la mano del entrenador, que se mostró conforme tras la caída y esperó respetuosamente la premiación de su rival.
