Manuel Pellegrini es el entrenador del momento en España, luego de haber conducido al Betis a su primera final internacional, gracias al triunfo sobre la Fiorentina en semifinales de Conference League. En medio de la celebración, el Ingeniero se tomó un momento para recordar un punto clave de su carrera, que lo ayudó a forjar el carácter para mantenerse concentrado en instancias decisivas.
“Quizás uno de los grandes logros de mi carrera fue cambiar mi carácter. Un carácter muy explosivo, que no sabía mantener quizás la tranquilidad en momentos complicados”, dijo Pellegrini en conversación con El Larguero de la Cadena Ser, sobre sus primeros años como técnico en Chile.
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“Después de un inicio de carrera (en Chile) me fui a Ecuador, donde estuve solo, donde me dediqué a prepararme no solo futbolísticamente, sino desde el punto de vista grupal, de personalidades”, mencionó el Ingeniero, sobre su paso a Liga de Quito en 1999.

“Aprendí a dominarme, a entender que si uno no controla las situaciones o las decisiones que va a tomar bajo nerviosismo o bajo tensión, van a ser siempre equivocadas, así que una cosa es lo que uno demuestra porque ha aprendido a controlarse, y lo otro es lo que uno siente interiormente”, agregó el técnico del Betis.
Un año y medio en Ecuador cambió la visión del Ingeniero
Manuel Pellegrini llegó a Liga de Quito a inicios de 1999 tras dirigir a Universidad de Chile, Palestino, O’Higgins y U. Católica en Chile, y de inmediato obtuvo resultados positivos, pues se consagró campeón del torneo local tras un total de 42 fechas y dos partidos de ida y vuelta, en la final contra El Nacional.
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Sin embargo, al año siguiente solo estuvo al mando del equipo hasta mitad de temporada, donde por diferencias salariales debido a la revalorización del dólar ecuatoriano, el Ingeniero prefirió apartar caminos.
Meses después asumió la banca de San Lorenzo de Almagro, donde inició un exitoso proceso que culminó con el título de Primera División y la Copa Mercosur (ambos en 2001), trofeos que son prueba de lo que dijo el propio Pellegrini sobre la enseñanza que tuvo en Ecuador, y donde el resto de su trayectoria habla por sí sola.