“Quedé con la espinita de jugar más en Wanderers; volvería encantado”

El delantero de 33 años, Jaime Grondona, figura de la Roja Sub 20 tercera en el Mundial de Canadá del 2007, hoy milita en Andorra. Durante la pandemia hizo un curso de gestión deportiva y asegura que le gustaría devolver al cuadro “Caturro” lo que le entregó y no pudo mostrar en cancha.

Jaime Grondona se fue hace casi un año a Andorra. Con 33 años, el delantero que brillara en La Roja Sub 20 que obtuvo el tercer puesto en el Mundial de Canadá 2007 por fin pudo tener una salida a Europa, algo que soñó desde muy joven.

Esa misma juventud, y una serie de confusiones, le privaron de poder cumplir otro de sus sueños: ser protagonista en Santiago Wanderers, cuadro del cual es hincha, al igual que toda su familia y donde solo pudo jugar 20 partidos y marcar un gol. Varios años después, "Goldona", actual atacante del Santa Coloma, confiesa qué fue lo que pasó.

Después del Mundial Sub 20 debías volver a Wanderers, pero no pudiste jugar más. ¿Qué pasó?

“Quedé con la espinita de no haber podido jugar mucho en Wanderers por todo lo que me dio: hacerme debutar y darme a conocer en el fútbol juvenil. No se dio porque cuando regresé del Mundial, los directivos que estaban en el club eran gente que no se manejaba y no velaban mucho por los intereses de los jugadores. Tuve que salir a la fuerza, no tenía otra opción, aunque yo no quería irme”.

¿Es cierto que tú, Erick Godoy y Michael Silva se fueron a jugar el Mundial sin que Wanderers les hiciera contrato?

“Así es. Y nosotros queríamos que nos lo hicieran, porque imagínate, era un Mundial. Pero no lo quisieron hacer porque la situación del club estaba en el limbo. Cuando volvimos, ya estaba la sociedad anónima y Rafael González, quien fue presidente hace poco y antes estaba en la comisión fútbol, no quería nada con nosotros. Pero al final todo se da vuelta y se vio cómo trabajan. Una lástima porque hubiera querido jugar mucho más en Wanderers, pero así es la vida y había que seguir avanzando”.

Increíblemente, los tres terminaron saliendo no de la mejor manera de Wanderers. ¿No tuvieron las opciones que merecían?

“Totalmente. Nosotros siempre tenemos contacto a través de un chat de las cadetes de Wanderers que estaba a cargo de Chichí Aravena y Juan Reinoso, donde siempre estamos pendientes de Wanderito. Ahí comentamos que no valoraban lo que nosotros podíamos darle al equipo. No se nos consideró y es una lástima que se pierdan jugadores así en Wanderers. Nos hubiera gustado jugar mucho más con esa gente, con esa hinchada y todo lo que aporta. Por mis características de garra y esfuerzo, me siento identificado con el club, porque también es un equipo de esfuerzo. Mi padre trabaja hace más de 40 años en el Puerto y más wanderino que él no hay. Hubiera sido lindo darle un premio a él, jugando más con la camiseta de Wanderers”.

El presente de Wanderers y el sueño de volver

¿Cómo has vivido esta campaña tan terrible de Wanderers en 2021?

“Ha sido una lástima, pero siempre he dicho que no es culpa de los jugadores, porque ellos siempre van a querer sacar adelante al equipo. Los chicos que han jugado los últimos partidos, se han sacrificado hasta el final y ahora está Ronnie, que es un líder que ha contagiado a los compañeros. Creo que no hay que darlo por muerto. Si matemáticamente no está descendido, se debe luchar hasta el final. Lamentablemente, acá hay errores de la directiva, que parten con sacar a Miguel Ramírez, que marca un antes y un después. Él pidió refuerzos de calidad, porque no puedes jugar siempre con juveniles”.

En el futuro, ¿te ves teniendo una revancha en Wanderers?

“Si el día de mañana se la posibilidad de poder devolver todo lo que me dio Wanderers, como mi debut profesional con un pase gol a Paulo Pérez, estar con el Huevo Soto y grandes jugadores con los que me tocó compartir, lo haría en cualquier lado…como entrenador o en gestión, traspasando toda esta experiencia de 17 años, que es gracias a Wanderers. Estoy agradecido y volvería encantado”.