Rubén Martínez quiere dar el salto y se debate entre Cobresal y Colo Colo: “Estoy preparado”

El trigoleador del fútbol chileno quiere dejar en el pasado su paso por Tercera División y centrarse en un nuevo desafío: llegar a Primera. En conversación con En Cancha, el ex delantero confesó su sueño de dirigir en el fútbol profesional.

Rubén Martínez quiere dar el gran salto en el fútbol chileno.

Rubén Martínez es un histórico del fútbol chileno. No solo por ser un goleador de estirpe, sino que también por lograr la Copa Libertadores con Colo Colo en 1991. Actualmente, Martínez se desempeña como director técnico y está en la búsqueda de nuevos desafíos.

Quien fuera el trigoleador de la Primera División chilena en 1989, 1990 y 1991, conversó con En Cancha y se refirió a su futuro como DT. Su trayectoria como entrenador la ha desarrollado en la Tercera División, en donde se convirtió en un experto.

Con pasos por clubes como Independiente Cauquenes, Deportes Linares y Constitución Unido, ahora Rubén Martínez se prepara para dar el gran salto: dirigir en la máxima categoría del fútbol chileno. No son antes recordar su paso por el Consti, como le dice con cariño, en donde estuvo desde 2023 y este año, pero del que se tuvo que despedir esta semana.

Rubén Martínez con la camiseta de Constitución Unido.
Rubén MartínezRubén Martínez con la camiseta de Constitución Unido.

Rubén Martínez y su paso por Constitución Unido

- ¿Cuál fue el motivo de su salida del club?

-Yo llegué en 2023, en un proyecto que era a largo plazo, que era similar a lo que hice en Independiente de Cauquenes en donde, después de 35 años, logramos que volviese al fútbol profesional. Cuando nosotros llegamos, teníamos la idea de posicionarnos en Tercera B, lo que logramos, ya que ascendimos inmediatamente con el equipo a Tercera A, dejando a equipos como Lota Schwager, Naval de Talcahuano, entre otros... Fuimos los “patitos feos” de la división, porque nadie esperaba que lográramos esta épica.

Martínez, eso sí, siente agradecimiento por lo que le tocó vivir, aunque las relaciones se fueron debilitando. “Fue todo maravilloso, pero cuando llegamos este año algunas cosas no se pudieron cumplir, algunas de las exigencias que realizamos no se concretaron. Por lo mismo comenzamos a desgastarnos, lo que nos llevó a tener algunos problemas. Sentí que los objetivos que buscábamos como cuerpo técnico y los jugadores, eran diametralmente opuestos, no estábamos alineados”.

-¿El deseo de este año era mantenerse en la categoría?

-Para nada. Nosotros teníamos un equipo para ascender, de hecho, durante las primeras fechas estuvimos bastante tiempo entre los tres primeros lugares, pero después pasamos por un par de “lomos de toro” que nos impidieron continuar con el buen momento. La ilusión era subir. Pero yo siento que en los procesos todos tenemos que estar alineados, de lo contrario no resulta.

-¿Prefiere los proyectos a largo plazo?

-Sin duda. En nuestro país no somos muy querendones de los procesos, sobre todo en el fútbol profesional. Cuando hablas de procesos, todos se asustan, porque todo es como el café, instantáneo. Quieren que todo sea rápido y que el resultado sea lo más importante, inmediatez total. Yo no me estaba sintiendo bien en ese aspecto en Constitución Unido y, cuando uno no está al cien por ciento, es mejor dar un paso al costado.

-Las diferencias de ideas gatillaron la salida...

-En resumidas cuentas, sí. Mucha gente pensaba que me iba porque tenía alguna oferta desde otros clubes, que los iba a dejar botados, que era lo que se decía en las redes sociales, pero no es así. Nosotros conversamos con anterioridad que si nos llegaba un ofrecimiento desde una división más alta, la íbamos a aceptar inmediatamente, pero eso no pasó. No puedo estar explicándole a todo el mundo la razón por la que me fui, por lo mismo hice una declaración dejando todo claro.

-¿Cómo fue para usted esta experiencia en el club?

-Fue lo mejor. Una etapa muy bonita en mi carrera como DT. Los desafíos siempre son un aprendizaje. De hecho, si sacamos los números, el porcentaje fue de 61,8% de rendimiento en 55 partidos. Un desempeño altísimo para lo que es hoy en día el fútbol, entonces considero que fue bastante positivo.

-Logró poner en el radar a Constitución Unido...

-No solo eso, sino que también logramos despertar a una ciudad. En Tercera División fuimos unos de los clubes que más público llevó. Nosotros cada fin de semana estábamos jugando con 900, 1000, 1200 personas por partido, llevando más que varios clubes de Primera División y de Primera B, lo que es algo magnífico. Llegamos a estar novenos en el listado de equipos que más mueven público en Chile, lo que nos llena el corazón.

-Llevó su experiencia en el fútbol profesional a Tercera, entonces...

-Siempre intentamos eso. De hecho, somos de los cuerpos técnicos compuestos que hay en la división. Yo llegué con un ayudante, un preparador de arquero, un analista, un utilero, todo lo necesario para profesionalizar al equipo. Pero los clubes no se acostumbran a los staffs técnicos, porque prefieren que llegue un DT solo, cosa de que ellos pongan el resto.

-¿Ahí tuvo diferencias con la dirigencia?

-Así es. Fue ahí en donde tuvimos un poco más de “encontrones”, ya que teníamos visiones distintas del fútbol. Esto debido a que considero que a nivel de Tercera A y Tercera B, en lo que respecta a lo dirigencial, hay que educarlos, ya que se dan situaciones como por ejemplo ir a Salamanca viajando el mismo día entregando solo un pan de colación, lo que no es sano para ninguna persona. Hay que educar y profesionalizar la división.

-¿Qué te pareció la materia prima de la categoría?

-En Tercera División hay muchos jóvenes que tú te encuentras y dices ‘¿Cómo ese muchacho con tantas condiciones está aquí'. Desde 2013 hasta 2024 me sigo encontrando con este tipo de casos, chicos que estuvieron en clubes grandes, que participaron en Sudamericanos, de todo un poco. Son demasiado buenos, pero cuando comienzas a compartir con estos jugadores te das cuenta que tienen mucho potencial, pero les falta hambre, no tienen ambición futbolística.

-Les falta un baño de realidad...

-No terminaron de formarse, entonces hay factores psicológicas que les afectan en demasía en esta división. Todos quieren ser Alexis Sánchez o Arturo Vidal, quieren los autos de ellos pero no juegan igual. Entonces tienen que estar siempre disponibles para crecer y aprender día a día.

Se alista para dar el gran salto en el fútbol chileno

Luego de su salida de Constitución Unido, su próximo desafío no es para nada fácil, ya que quiere dar el salto y llegar a la máxima categoría del fútbol chileno. Por lo mismo está esperando atento a que suene el teléfono con un proyecto ambicioso.

-Se puede decir que ya es un experto en Tercera División...

-Así lo considero, pero es porque no he tenido demasiadas posibilidades para mostrar mis capacidades en otras ligas. Primero que todo, yo vivo en la Región del Maule, por lo que he dirigido a clubes que están en los alrededores, ya que me sirve para estar cerca de mi familia y me siento bastante cómodo. Siento que cuando uno toma la decisión de dirigir a un equipo, tiene que estar cómodo con la ciudad en la que se encuentra... Logré ser reconocido en la comuna, lo que me hace sentirme orgulloso de mi trabajo y mis logros.

-Ahora se viene el gran salto...

-Yo me siento preparado para pararme frente a cualquiera en estos momentos, porque me he capacitado. Estudié en el INAF, tuve charlas con muchos técnicos, aprendí de mi experiencia como futbolista. Entonces, creo que llegó el momento de dar el gran salto a la Primera División. Yo sé lo que sienten los jugadores, ya que pasé por todas las divisiones y sé lo que es estar en un plantel grande, en uno mediano y en otro no tan grande.

-¿La meta es llegar a Primera División?

-Eso es a lo que apostamos como cuerpo técnico, porque consideramos que ya es el momento. Me siento preparado, que estoy en un buen pie, puedo expresar lo que yo quiero futbolísticamente y me puedo manejar de sobra en un ambiente que viví en 20 años como jugador. Muchos me bajan el perfil por solo dirigir en Tercera División, pero para mí es un inmenso logro hacer la historia que yo hice en clubes de menor categoría.

-¿Han llegado ofertas en estos días?

-Hasta el día de hoy no me ha llegado nada. Estamos esperando que llegue una oferta que se adapte a lo que nosotros queremos. Hubo muchos rumores sobre de que ya estaba listo en un club, pero eso es totalmente falso. Todo se irá viendo con el pasar de los días.

-Formado en Cobresal... ¿Le gustaría dirigir al equipo?

-Obviamente, fui formado en el club, dejé una huella y me tienen mucho cariño. Me encantaría ser técnico de Cobresal, sobre todo por todos los jugadores jóvenes que tienen y pelear algo. Son un club formador que tiene excelentes futbolistas, por lo mismo me llenaría de ilusión dirigir en algún momento al club.

-También pasaste por Unión Española...

-Me fascinaría tener una oportunidad, ya que es un club muy grande. Ellos me repatriaron de México, precisamente Don Nelson Acosta. Es un club formidable, en donde hice muchos amigos y al que le tengo un cariño impresionante, por lo que me encantaría dirigir al equipo. Además, tiene uno de los estadios más lindos del fútbol chileno como Santa Laura, la Catedral. Es espectacular, porque el fútbol se vive ahí, sientes todo, lo bueno y lo malo.

-¿Y Colo Colo?

-Ese es el sueño del Pibe. Primero hay que hacer los méritos necesarios para llegar, porque no es para cualquiera. Así como cuando era jugador y deje Cobresal para llegar a Colo Colo, teniendo ofertas de Suiza y de México, yo dije que primero tenía que pasar por Colo Colo. Cumplí mi sueño como niño, joven y adolescente, ahora me falta el de adulto que sería dirigir al club más grande del país.

-¿Te llamaron alguna vez desde el Monumental?

-Hubo acercamientos, pero como yo estaba en la Región del Maule, era mucho el cambio que tenía que hacer. Me ofrecieron ser técnico formador, pero a mi me gusta lo competitivo. Entiendo que en el fútbol joven se compita bastante, pero yo preferí ir a la Quinta Categoría del fútbol chileno, por lo que significaba y, además, no debía dejar a mi familia de lado.