Un incombustible en el fútbol chileno. Fernando Cordero, el popular Chiki, a sus 37 años sigue vivito y coleando, con ganas de seguir siendo futbolista y, por ahora, de no colgar los botines hasta que su cuerpo le diga lo contrario.
Esta temporada defendió la camiseta de Deportes Linares en Segunda División, donde no tiene más que palabras de agradecimiento.
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“El día domingo fue el último partido contra Trasandino, y lamentablemente no pude jugar los dos últimos, porque me lesioné del aductor, pero ahora debería estar listo para volver a entrenar de manera personal, porque se me termina el contrato. Vuelvo a los entrenamientos en mi casa, tipo pandemia. El club quería subir a Primera B y no se pudo, pero después el objetivo era quedarse en la categoría y se terminó logrando”, le cuenta a En Cancha.
Cordero, que supo defender varias camisetas en el plano local, entre ellas las de Universidad Católica y Unión Española, atiende a este medio para hablar desde sus eventuales actividades cuando decida retirarse del fútbol hasta su crítico análisis del balompié nacional.
-¿Qué te dice el cuerpo hoy a los 37 años, Chiki? ¿Quedan ganas por seguir jugando?
-Sí, totalmente, y me di cuenta de eso en el día a día con mis compañeros, en una división muy competitiva además. Hay mucho roce, mucho de meter y lo táctico queda de lado, y en esa refriega me di cuenta que me quedan energías para seguir. Ahora a intentar encontrar equipo para el próximo año, sin importar tanto la categoría, pero dentro del profesionalismo. Me prepararé de la mejor forma para estar listo cuando llegue ese llamado.
-Tuviste a Rodrigo Meléndez de entrenador en Deportes Linares. ¿Qué tal el Kalule como DT?
-Extraordinario Kalule, je. En el tiempo que me tocó tenerlo, era mucho de contar anécdotas y vivencias después de los entrenamientos. Teníamos un grupo ahí con Franz Schultz y Sebastián Zuñiga, donde conversábamos de todo, y yo le dije al profe que me debía un combo del 2006. Yo lo recuerdo perfecto, pero él no, porque ya estaba más grande, pero yo jugaba mi tercer partido como profesional por la Unión Española, y en un partido contra Colo Colo me puso un combo de aquellos. “No recuerdo, yo jugaba así”, me dice siempre, ja.
-Pero tiene pasta Kalule, ¿no?
-Sí, tiene un manejo de grupo extraordinario, una tranquilidad envidiable para corregir, siempre enfocado en el rival. Nunca había tenido la oportunidad de estar con él y siempre pone al grupo por delante, y eso es bueno, porque yo soy de la misma forma. Perdimos 6 partidos seguidos en una oportunidad y él sabía cómo mantener el buque a flote. Kalule es sinónimo de historia en el fútbol chileno, entonces desde ahí ya te proyecta una imagen diferente, basado en todo lo que vivió como futbolista. Te explica muy bien las cosas tácticas y te da buenos consejos, porque él no era el más rápido de todos en la cancha, pero era imposible pasarlo. Con él se aprende mucho. Tiene mucho que dar. Es cosa de que le den la oportunidad. Se le ha dado la chance a tanto técnico argentino, ¿por qué no se la dan a él en un equipo de una categoría más alta?
-Y Jaime Pajarito Valdés como gerente deportivo de Linares, ¿qué tal?
-Bien también. Lo veíamos menos por su rol obviamente, porque era mucho de dejar trabajar tranquilo y no meterse en lo futbolístico, pero yo siempre digo que la gente de fútbol tiene que estar en el fútbol. Eso siempre es positivo. Si eso se mezcla con una buena administración, se hace una buena pega. A mí me tocó enfrentarlos a ambos y obviamente que tienen ese plus de haber vivido de todo dentro de la cancha.
“¿Cómo negocias tu sueldo con un jefe que es tu representante también?”
-Llevas casi 20 años jugando al fútbol. ¿Te gusta cómo se manejan los clubes hoy en día? Hay representantes que ya sin ocultarlo se muestran como dueños de clubes, por ejemplo.
-Sí, mira lo que pasó en Wanderers, lo que le ocurrió a Barnechea con la resta de puntos, lo que sufrió Fernández Vial por el no pago de sueldos... Ahora no sabemos qué pasará en la Primera B, o en Segunda con el partido entre Melipilla y Lautaro. Pasa de todo y el futbolista va entendiendo poco, porque se dedica a jugar. Yo ahora entré al Sifup, donde soy director, y uno va entendiendo por qué el fútbol hoy se maneja de esa forma. Yo hablo siempre desde mi visión, de un tipo que tiene 37 años ya, pero comprendo que un futbolista de 20 no lo entienda. Y los dueños de equipo que también son representantes... ¿Cómo negocias con él después? ¿Cómo le pides un aumento de sueldo si tu jefe es tu representante también? Se hace difícil y extraño, pero es lo que pasa hoy en día. La regla de los juveniles también...
-¿Qué pasa? ¿No te gusta?
-Es que no es nada contra los más jóvenes, sino contra la regla. Para mí un chico de 21 años debería estar jugando ya por su capacidad. Antes a los 17 años te tiraban a los leones, y si no eras bueno, para afuera nomás. Mira lo que pasó con Alexis Sánchez, que lo hicieron jugar a los 16, donde ya era difícil frenarlo. No había una regla que lo obligara a jugar, él solo se puso por su talento. Los clubes de regiones tienen que ir a pedirle futbolistas a los equipos grandes para completar los minutos. No sé, al menos hay que revisarlo y debatirlo, porque a todos nos sirve que el producto mejore, a los clubes, a los que están a cargo del negocio y al periodismo también.
-Nombrabas lo que pasó en Wanderers, donde Jaime García terminó despedido. Conociste muy bien al profe en Ñublense. ¿Qué opinión tienes de lo que le pasó?
-Es una situación difícil, porque si los futbolistas salieron a dispararle a los dirigentes, significa que Jaime está respaldado por ellos en todo este problema. Vi que un dirigente (Andrés Sánchez) se querelló en contra de Marcelo Cañete... Entonces, ¿a qué estamos llegando? A mí no me tocó ver algo así jamás. El profe Jaime no ha salido a hablar, pero yo lo conozco, y él siempre va de frente. Si él quiere poner a Juan Pérez, lo pone y listo, aunque esté peleado con el dirigente de turno. Quizás no ha querido hablar porque estas cosas hacen que se esté aburriendo del fútbol.
Cordero no quiere ser DT: “¿Bancarme a 30 huevones? No”
-¿Te has puesto a pensar a qué te dedicarás después de colgar los botines? ¿Entrenador, gerente, dirigente, por dónde va la cosa?
-Este año lo pensé seriamente, porque ya llevo 19 años de carrera, lo cual no es menor. Yo hasta el 2022/23 me mantuve en Primera División, siendo el mejor asistidor del Campeonato Nacional incluso. Acá en Linares me volví a reencantar con el fútbol la verdad, porque vi las ganas que le ponen cuando no hay mucho apoyo de los grandes empresarios. Ahora soy director en el Sifup y eso es lo que me gusta, apoyar a mis compañeros siempre. Me ha tocado pelear con dirigentes por temas de viajes, condiciones para los futbolistas y cosas así, y eso me atrae, porque lo hago desde la buena intención. Me encanta lo que el Sindicato está haciendo, ese mundo donde se hace lo mejor para que jugador y dirigente se lleven bien, que no haya líos contractuales. El fútbol es un deporte y hay que darle el mejor ejemplo a las nuevas generaciones, mostrarles que las cosas sí se pueden hacer bien.
-¿Y entrenador?
-No, no me gusta... ¿Bancarme a 30 huevones raros? Jajá, no. Cada uno tiene su personalidad y es difícil manejar un grupo. Imagina soy técnico y me tengo que bancar a un huevón como el Pato Rubio, naaa... (ríe).
-O a un Chiki Cordero...
-Menos po, un Chiki Cordero tirando tallas todo el día en el entrenamiento, no, no es para mí, jajá. Pero hablando en serio, no me gustaría por un tema de tiempo. No sé si estoy dispuesto a perder tiempo con mi familia, sobre todo con mis hijas, por andar viajando y concentrando a cada rato. No, no me gustaría la verdad.
-¿Y las comunicaciones?
-Sí, me gusta. Por ahí he visto que varios jugadores están en programas de fútbol y deporte. El mundo stream también me gusta y lo haría con mayor tranquilidad, porque como futbolista lo sufrí mucho. Pierdes un partido y te putean diciendo que andas puro streameando y no haces nada por el equipo y la cuestión. La gente no lo entiende, pero puede ser, porque estar sentado frente a una cámara no me complica para nada. Ya lo pensaré. Tengo el apoyo de mi familia, que es lo primordial.