No es común, pero pasa. El primer lesionado en la final de la Copa Chile fue, sí, lea bien, el guardalínea. Alejandro Molina debió abandonar la definición entre Magallanes y Colo Colo y, obviamente, no se lo tomó de buena forma. De hecho, al salir de la cancha, se le vio bastante ofuscado, tanto así que hasta tuvo su pataleta justo antes de retirarse a camarines.
Copa Chile