Volvió a jugar en la U tras batallar con un tumor cerebral: “El casco no lo podré dejar de lado”

La portera de las Azules, Natalia Campos, retornó a las canchas luego de una larga recuperación tras superar la complicada operación.

Universidad de Chile contó con el regreso de Natalia Campos a las canchas Foto: Prensa Conmebol.

El pasado viernes 13 de septiembre Natalia Campos volvió a jugar por la Universidad de Chile en la victoria 5-0 contra Palestino por el Campeonato Nacional Femenino, tras un extenso periodo alejada de los terrenos de juego después de ser operada por un tumor cerebral encontrado de forma fortuita tras extirpar un quiste.

La portera de 32 años estuvo cinco meses fuera de las convocatorias mientras se recuperaba de su complicada intervención quirúrgica y, para la alegría de muchos, retornó a disputar un partido oficial. Sin embargo, con una condicionante: el uso de un casco protector.

Natalia Campos y su regreso a las canchas con la U

En diálogo con Las Últimas Noticias, Natalia Campos contó cómo fue su reestreno con la Universidad de Chile tras recibir el alta médica y donde le hicieron saber que deberá jugar con casco.

Me sentí bien, muy contenta. No sabía si iba a volver antes de que terminara la fase regular. Fue un poco una apuesta, porque cuando se cumplía el control de los seis meses con el doctor, Ignacio (Alvarado, preparador de arqueros) armó un video para mostrarle todo mi progreso en los entrenamientos. Le pregunté al doctor y me dio el OK, pero siempre con casco”, manifestó.

Natalia Campos fue titular contra Palestino.
Natalia CamposNatalia Campos fue titular contra Palestino.

Cuando me comentaron que iba a jugar, igual me entraron los nervios. Estaba nerviosa como para mi primer partido, era como empezar todo de nuevo. Por suerte salió todo bien”, agregó la portera.

En la misma línea, relató su proceso para retornar a los entrenamientos. “Tuve que usar casco siempre, como los de rugby. Es algo que no voy a poder dejar de lado mientras haga deporte. Volví a las canchas de manera gradual, con el preparador de arqueros solamente. No podía meterme en fútbol, porque primero tenía que volver a coordinar movimientos, volver a caer, pararme rápido. Y haciendo todo eso, me ahogaba”, señaló.

“Pero de a poco el cuerpo se me fue soltando e iba volando sola, casi sin darme cuenta. Fui aguantando más los ejercicios y así fuimos avanzando. Después de casi tres meses trabajando, me pude meter a los trabajos de definiciones de distancia y hacer cada vez más fútbol. Me he sentido bien, hasta que al final había que esperar solamente que el doctor diera el visto bueno para jugar”, sentenció.