Jaime García ha protagonizado históricas campañas al mando de Ñublense en los últimos años. El técnico ha destacado en Chillán por su manejo de grupo y su rol motivacional dentro del camarín, lo que le ha permitido destacarse dentro del panorama nacional.
Pero pese al éxito que ha conseguido, García todavía tiene una cuenta pendiente que espera saldar pronto, o al menos ayudar. El club de toda su vida, Cartagena Atlético, vive un delicado momento que lo mantiene lejos de la actividad, algo que el entrenador espera solucionar.
“Desde el 2019 que no se juega un partido acá. El municipio nos prometió una cancha sintética, iluminación y cierre perimetral, pero todavía no pasa nada. Estamos esperando los recursos, pero quiero que se tome el proyecto con seriedad, como lo presentó, aquí mismo, el alcalde de Cartagena, Rodrigo García. En realidad, lo estamos invitando a que siga construyendo la cancha para que los niños y la gente del club puedan jugar”, declaró el estratega a Las Últimas Noticias.
El sentido de pertenencia de Jaime García
Hace unos días, tras el memorable empate de Ñublense ante Flamengo en Concepción, García viajó en su vehículo particular a Cartagena, ciudad de la que es oriundo y en la cual están sus raíces.
“El Cartagena lo fundó mi abuelo, Ismael García, el 18 de septiembre de 1914, junto con otras personas. Mi papá, Jaime García, cuidó la cancha como 50 años. Mi mamá, Eugenia Arévalo, de 87 años, fue su tesorera. Aquí me inicié a los cinco años y jugué hasta los 18. Luego me fui a San Antonio Unido, Arica, Santiago Morning, Melipilla y Lota. Jugaba de central”, explicó.
El club añora por un cancha para volver a la actividad. “Aquí había una quebrada con zarzamora y teníamos que ir a buscar los balones abajo, pero no los encontrábamos. Soy hincha acérrimo del club. Mi padre fue su entrenador y yo también lo dirigí a los 21 años. Necesitamos la cancha, porque el club está quedando en el olvido y al borde de desaparecer”, imploró.
Tras las mini-vacaciones, el entrenador deberá retornar a Chillán para avocarse a lo que serán los últimos dos partidos de la fase grupal de la Copa Libertadores ante Aucas y Racing, que pueden determinar su futuro en la competición o la clasificación a Copa Sudamericana.