Desde el momento en que se conoció del accidente que protagonizó Mario Sandoval en estado de ebriedad en Calama, que llamaron la atención las medidas cautelares que determinó la Justicia y si podría seguir cumpliendo con su relación contractual con Cobreloa.
Doble firma semanal, arraigo nacional, reclusión nocturna y suspensión de licencia de conducir por 120 días hacían difícil que pudiera mantener su estatus de jugador del cuadro loíno, por lo que finalmente fue despedido de la institución naranja, aunque no fue solo por ese motivo.
Según indica El Mercurio de Calama, una fuente cercana al club contó que Sandoval “mintió al técnico y a sus compañeros respecto de la ausencia en los primeros días de entrenamiento desde el jueves”, ya que no contó el motivo por el que no llegó a los entrenamientos.
La gota que rebalsó el vaso e hizo perder la paciencia a Giovagnoli
Debido a que Sandoval mantuvo en secreto su accidente y no le contó al club, en la institución se enteraron de la situación cuando la noticia ya estaba en todos lados, lo que provocó la evidente molestia de Dalcio Giovagnoli.
Pese a que el volante ya había perdido la titularidad en la escuadra loína, cuando Giovagnoli se enteró del accidente de Sandoval tomó la decisión de que si el club determinaba no despedirlo, seguiría el resto del año entrenando apartado del plantel. Finalmente el club lo despidió y tuvo que retirar todas sus pertenencias de las dependencias loínas.
Aunque su vínculo contractual con Cobreloa se dio por terminado, mantiene un contrato con Deportes Melipilla, dueño de su pase, debido a que los Potros lo habían cedido a préstamo por todo el 2024 a los Zorros, mientras que su relación con el cuadro de Segunda División termina a fines de 2025.