Nazareno Solís, joven talento argentino que llegó a las divisiones inferiores de Universidad de Chile en 2014 con la ilusión de convertirse en una figura del fútbol nacional hace noticia en Argentina, y por una razón bastante extraña.
El atacante encandiló a todos en las juveniles de la U con su zurda, habilidad y visión de juego. El trasandino prometía mucho y apuntaba a ser una de las mayores joyas del club. Hoy, su pase pertenece a Boca Juniors, y será enviado a préstamo por ¡octava vez! desde que llegó al Xeneixe.
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El fugaz paso de Nazareno Solís por la U
Solís llegó a la U en 2013, en un momento en que el club buscaba potenciar su cantera con jóvenes talentos extranjeros. Su llegada generó gran expectativa, pero las oportunidades en el primer equipo fueron escasas.
A pesar de destacar en las categorías inferiores, el argentino no logró consolidarse en el plantel profesional. Tuvo solo 20 minutos ante Magallanes en la Copa Chile 2014 hasta que volvió a Argentina para firmar por Talleres de Córdoba, que en esa época estaba en Segunda División.
La extraña estadía en Boca Juniors para la exjoya de la U
Luego de ser figura en el ascenso de la T en 2016, Solís firmó por Boca Juniors. El sueño de jugar en uno de los clubes más grandes de Sudamérica parecía estar cumplido, pero la realidad fue muy distinta. En lugar de consolidarse en el primer equipo, el argentino comenzó una larga travesía por distintos equipos a préstamo.
Desde Huracán hasta Deportivo Madryn, pasando por Grecia y otros clubes argentinos, Solís ha acumulado una larga lista de equipos en los que ha jugado. Sin embargo, nunca ha logrado encontrar un lugar estable ni tampoco demostrar que merece una oportunidad en Boca.
Esta semana se resolvió su salida a préstamo a Deportivo Madryn por las próximas dos temporadas. Con este acuerdo, Solís estará 10 años seguidos cedido a préstamo, batiendo un récord en el fútbol argentino.
El contrato que vincula a Nazareno Solís con Boca Juniors expira en diciembre de 2026, por lo que lo más probable es que no vuelva al cuadro de La Ribera y, por fin, llegará de forma estable a un club. Quién sabe si a los 32 años vuelve a Chile, y por qué no, tiene una revancha en la U en el futuro.
