En la derrota 2-1 contra Curicó Unido, el director técnico de Universidad de Chile, Gustavo Álvarez, volvió a repetir una estrategia táctica que ha generado más frustraciones que éxitos.
El entrenador apostó nuevamente por reforzar la delantera, dejando debilitado el mediocampo, una fórmula que ya ha mostrado resultados negativos en varias ocasiones este 2025
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Álvarez y la insistencia de jugar con cuatro delanteros
Durante el primer tiempo, Álvarez optó por un tridente ofensivo compuesto por Nicolás Guerra, Leandro Fernández y Lucas Di Yorio. Sin embargo, esta ofensiva no fue efectiva.
Guerra desperdició oportunidades claras, Fernández anotó solo desde el punto penal, y Di Yorio pasó prácticamente desapercibido.
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Para la segunda mitad, el técnico azul incrementó aún más la presencia ofensiva con el ingreso de Rodrigo Contreras, dejando solo a Marcelo Díaz y Gonzalo Montes en la contención del mediocampo. El resultado fue evidente en la cancha: desequilibrio táctico y pérdida del control del juego.

Las 3 derrotas donde Álvarez tiró “la casa por la ventana”
Esta fórmula no es nueva. En el encuentro frente a Deportes Limache, desde el minuto 57 Universidad de Chile alineó a cuatro delanteros: Guerra, Di Yorio, Fernández y Contreras. El resultado fue otra derrota, esta vez por 2-0, sumada a un rendimiento colectivo e individual muy por debajo de lo esperado.
En otros dos duelos por el Campeonato Nacional también se repitió el patrón. Contra Cobresal y Everton, la U mostró una delantera poblada pero sin eficacia frente al arco rival, lo que se tradujo en dolorosas caídas.
La insistencia de Gustavo Álvarez en una fórmula ofensiva que debilita el mediocampo sigue generando críticas y, lo más importante, malos resultados.