Eduardo Vargas vuelve a sonar con fuerza en Universidad de Chile. Tras años de rumores que nunca se concretaron, esta vez el escenario parece distinto, abriendo una puerta para uno de los retornos más esperados en el Romántico Viajero.
En esta ocasión se conjugan una serie de factores que facilitan su regreso. La figura de la Sudamericana 2011 acaba de rescindir su contrato con Nacional de Uruguay, su familia ya no está radicada en Brasil y, al interior del club, el panorama ofensivo y el mercado abren una ventana que, por primera vez en mucho tiempo, parece real.
Vargas allanó el camino para su retorno
Uno de los puntos clave que siempre frenó su regreso al país tenía que ver con su entorno personal. Vargas optó durante años por permanecer cerca de Brasil mientras su esposa, Juliana Peixoto, terminaba sus estudios de medicina en Minas Gerais. Esta semana, la brasileña terminó formalmente su carrera.
Otro factor importante tiene que ver con la situación contractual de Vargas, ya que llegar a un acuerdo con Nacional hubiese sido una tratativa complicada. Sin embargo, el chileno negoció su salida como agente libre, lo que facilita su siguiente paso.
La actualidad del equipo también juega a favor del retorno de Turboman. Si bien Universidad de Chile está peleando arriba en el Campeonato Nacional, sus delanteros no han logrado consolidarse como figuras indiscutidas.
Lucas Di Yorio y Rodrigo Contreras han rotado constantemente la titularidad sin marcar diferencias notorias, y en las últimas fechas han sido blanco de críticas por su falta de gol.
En ese escenario, un nombre como el de Vargas asoma como una apuesta de peso. Pese a marcar solo dos goles en el año, su pasado en el club, su vínculo con la hinchada y el impacto que puede generar en el medio local lo transforman en una opción interesante en la interna.
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En la U todavía no se deciden
Pese a esto, no todo es tan simple. El técnico Gustavo Álvarez ha sido claro en el perfil del delantero que busca para este mercado: quiere un jugador que pueda desenvolverse por fuera y que le entregue amplitud al ataque azul.
Vargas, más acostumbrado a moverse como segunda punta o delantero centro, no encaja del todo en ese anhelo del bonaerense.
Aun así, su llegada podría acomodarse a otro cambio que se proyecta en el plantel: la posible venta de Nicolás Guerra al extranjero. Si el atacante deja el club, se abriría un cuarto cupo de refuerzo para el segundo semestre, lo que facilitaría aún más el aterrizaje del renquino.
Vargas deberá sacrificar dinero
Otro factor clave será el acuerdo económico. Universidad de Chile estableció hace algunos años un tope salarial cercano a los 30 millones de pesos mensuales, debido al complejo momento económico que atravesaba el club.
Esta cifra fue sobrepasada primero por Charles Aránguiz (quien ronda los 40 millones) y luego este año por Lucas Di Yorio, cuyo contrato alcanza los 60 millones, en parte justificados por la presencia del club en la Copa Libertadores.
Vargas, por su parte, ganaba 150 millones mensuales en Nacional de Uruguay, una cifra inalcanzable para el fútbol chileno. Si quiere regresar a la U, tendrá que aceptar una rebaja importante.
De todos modos, desde el entorno del jugador han dado a conocer su flexibilidad a Universidad de Chile. Esta vez, Vargas quiere volver para transformarse en la solución en la U, que este año tiene como principal objetivo volver a ser campeón.