Thomas Rodríguez fue uno de los fichajes más cuestionados de Universidad de Chile en los últimos años. Pese a llegar con un apellido de peso —hijo del exjugador Leonardo Rodríguez—, y de una buena campaña en Unión La Calera, su paso por la U fue discreto: cero goles y cero asistencias.
Para remate, su estancia en la U terminó de la peor forma: siendo agredido por hinchas en pleno campo de juego. Hoy, con 28 años, intenta relanzar su carrera lejos del fútbol chileno.
Un recorrido lleno de cambios y sin consolidación
Después de su salida de la U, Rodríguez pasó por Unión La Calera, Unión Española y Audax Italiano, sin lograr destacarse en ninguno. En 2024 firmó con el Burgos CF de la Segunda División de España, pero apenas sumó 15 minutos oficiales, nuevamente sin goles ni asistencias.
En enero de 2025 recaló en el modesto Juventud de Las Piedras, club recién ascendido a la Primera División de Uruguay. Allí firmó por un año y busca sumar continuidad en un entorno más alejado del foco mediático chileno.
Un paso para el olvido en Universidad de Chile
Rodríguez estuvo en la U durante la temporada 2021, sumando en total 22 partidos oficiales, acumulando 445 minutos, sin convertir goles ni asistir a sus compañeros.
Su nivel en cancha generó críticas constantes e incluso muchos lo acusaron de haber llegado al club más por su apellido que por méritos deportivos.
El episodio más recordado de su paso por la U ocurrió el 30 de octubre de 2021, en la derrota 2-1 ante Curicó Unido en el estadio El Teniente de Rancagua. En medio de la crisis deportiva del equipo, varios hinchas invadieron la cancha al finalizar el partido.
Thomas Rodríguez fue uno de los jugadores directamente confrontados por los barristas. Uno de ellos lo empujó violentamente y lo encaró con gritos e insultos, mientras otros también rodeaban a compañeros como Pablo Aránguiz.
Las imágenes del momento se viralizaron y graficaron el tenso ambiente que se vivía en la institución. Tras ese episodio, su presencia en el equipo se volvió insostenible, tanto así que al otro año volvió a Unión La Calera.
Hoy, a sus 28 años, y tras vestir 8 camisetas diferentes como profesional, busca un nuevo aire en Uruguay. Pero lo cierto es que para muchos sigue siendo uno de los peores fichajes que ha tenido la U en la última década.
