Previo a la llegada de Luis Enrique, el París Saint-Germain se obsesionó con conquistar la UEFA Champions League apostando por los petrodólares como su principal estrategia. Cada temporada partía como candidato gracias a sus estrellas, pero cuando se enfrentaba a un gigante europeo en instancias decisivas, terminaba eliminado.
Figuras como Zlatan Ibrahimovic, Ángel Di María y Sergio Ramos, pasaron por el club sin éxito continental, pero el mayor fracaso fue el del tridente Neymar, Messi y Mbappé. A pesar de su talento, nunca lograron ganar algo importante, y tras la partida de los astros sudamericanos, Mbappé quedó solo sin poder marcar la diferencia.
Sin Kylian Mbappé el PSG juega mejor
La salida de Kylian Mbappé al Real Madrid marcó el inicio de una nueva era en el PSG. Tras una década apostando por los petrodólares como principal estrategia, el club decidió cambiar su enfoque y buscar un estilo de juego basado en jóvenes talentos que garanticen resultados a largo plazo.
Para liderar este proyecto contrataron a Luis Enrique, quien recibió el control absoluto sobre el equipo -incluso con un mayor respaldo directivo del que gozaba el mismo Mbappé-, algo que sus predecesores no tuvieron, ya que debían ajustarse a las decisiones de la directiva y las figuras del plantel. En su primera temporada, las individualidades pasaron a segundo plano, y el técnico español priorizó el juego colectivo.
Justo antes de la partida de la Tortuga, Luis Enrique realizó declaraciones que generaron controversia en Francia, en donde aseguró que el equipo “va a ser mucho mejor el año que viene”.
Esta temporada, el español ha tenido la misma línea de pensamiento. “Me encanta la plantilla que tengo porque nadie sabe si va a ser titular y el que se relaja sabe que va al banquillo”, dijo hace algunas semanas. Con esta filosofía, ha roto con uno de los principales problemas del PSG en temporadas anteriores, donde muchos jugaban solo por el nombre.
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El PSG dejó en el camino al Liverpool, el gran favorito a levantar la Orejona. No fue casualidad ni mucho menos suerte. El equipo es uno de las escuadras que más ocasiones genera en la Champions y, al mismo tiempo, uno de los que menos llegadas recibe.
El otrora DT del Barcelona dejó atrás la era de las estrellas y conformó un equipo que fue de menos a más, capaz de competir de igual a igual con cualquier rival. Aunque clasificó raspando a octavos de final, terminó silenciando Anfield ante el mejor equipo de la temporada, demostrando que no necesitaban a Neymar, a Lionel Messi ni a Kylian Mbappé. Lo que realmente necesitaban era a Luis Enrique.
Ahora, el PSG espera a su próximo rival en los cuartos de final de la UEFA Champions League, que saldrá del duelo entre Aston Villa y Brujas. El equipo inglés tiene la ventaja tras imponerse 3-1 en la ida.
