¿Por qué es peligroso pisar el pedal de embrague y el freno al mismo tiempo?

Una práctica habitual en muchos conductores, pero que puede llevar a menos seguridad, además de un mayor gasto en mantenciones.

Pedales de auto Pisar embrague y freno puede ser un gran problema

Es una práctica habitual de muchos conductores, quienes lo hacen casi por inercia: presionar el pedal del embrague al mismo tiempo que el freno.

Se trata de un mal hábito aprendido quizás desde la primera lección de manejo o por simple imitación, que se realiza de forma automática sin cuestionar si realmente tiene un impacto negativo en el vehículo. Sin embargo, este acto aparentemente inofensivo tiene consecuencias en la mecánica del auto y en la seguridad en la carretera.

El funcionamiento del embrague: ¿por qué importa?

Para entender por qué esta práctica puede ser dañina, primero es necesario recordar la función del embrague. Este componente conecta o desconecta el motor de la transmisión, permitiendo que el vehículo cambie de marcha sin que el motor se apague o se dañe. Cuando el embrague se pisa, se desacopla el motor de la caja de cambios, lo que permite que el coche se detenga sin que el motor se apague, o que las marchas se cambien sin forzar el sistema.

Cuando se pisa el pedal del freno, el objetivo es reducir la velocidad del vehículo hasta detenerlo por completo. Pero al hacer esto simultáneamente con el embrague, el vehículo se “desengancha” de su marcha y, por lo tanto, depende únicamente de los frenos para detenerse. Esto genera varios problemas, sobre todo si se realiza de manera habitual.

El impacto en los frenos: un esfuerzo innecesario

Uno de los efectos más inmediatos de pisar el embrague y el freno al mismo tiempo es que se sobrecarga el sistema de frenos. Al “desacoplar” el motor, el vehículo pierde la capacidad de usar la fuerza de este para ayudar a detenerse, lo que significa que los frenos tienen que hacer todo el trabajo. Esto puede ser especialmente problemático en situaciones de frenado brusco o cuando el vehículo está viajando a altas velocidades.

En la práctica, este sobreesfuerzo podría desgastar los frenos más rápido de lo normal, haciendo que necesiten ser reemplazados con mayor frecuencia.

En un contexto urbano, donde las detenciones son frecuentes, el impacto sobre los frenos puede ser aún más significativo. Con el tiempo, esto podría resultar en una mayor probabilidad de fallos en el sistema de frenos, lo que comprometería la seguridad del vehículo.

Pisar embrague y freno puede ser un gran problema
Pisar embrague y freno puede ser un gran problema

El desgaste del embrague: un enemigo silencioso

Pero los problemas no se limitan a los frenos. El uso innecesario del embrague también puede generar un desgaste prematuro de sus componentes.

Cada vez que se pisa el pedal del embrague, los discos de fricción deben entrar en contacto para desacoplar el motor de la transmisión. Este proceso genera calor y desgaste, y cuando se realiza de forma innecesaria (como al pisar ambos pedales simultáneamente), acelera el deterioro de estos componentes.

En la práctica, el hábito de pisar el embrague sin necesidad puede llevar a una reducción en la vida útil del sistema de transmisión, especialmente si este comportamiento se repite a lo largo de los kilómetros.

En algunos casos, el desgaste prematuro de estos componentes puede notarse después de tan solo 60.000 kilómetros de conducción.

La importancia del control de los pedales

La clave para evitar estos problemas radica en el momento adecuado de pisar el embrague. El frenado debe ser realizado de forma progresiva sin la necesidad de “desembragar” el auto. El mejor enfoque es frenar primero, sin pisar el embrague, y solo hacerlo cuando se esté cerca de detenerse por completo o en situaciones donde sea necesario cambiar de marcha.

La recomendación de expertos es que se evite mantener el pie izquierdo sobre el pedal del embrague cuando el auto está detenido, como en los semáforos. Este hábito, además de ser innecesario, genera un desgaste continuo de los componentes del sistema de transmisión, lo que, con el tiempo, podría llevar a reparaciones costosas.

Consecuencias a largo plazo

A largo plazo, los efectos de pisar el embrague y el freno al mismo tiempo pueden traducirse en mayores costos de mantenimiento.

Los frenos se desgastarán más rápido, el embrague se deteriorará más temprano y la transmisión del vehículo podría sufrir daños debido al esfuerzo adicional que representa este mal hábito.

Los expertos recomiendan a los conductores no solo evitar esta práctica, sino también estar atentos a los momentos en que el vehículo comienza a “tiritar” o a hacer tirones, lo cual es una señal de que es el momento adecuado para pisar el embrague. Hacerlo de forma anticipada solo resulta en un gasto innecesario de energía tanto para el vehículo como para el conductor.