Ya son cuatro años. Parece ayer cuando el mundo del fútbol detenía su andar y la pelota quedaba triste. Diego Armando Maradona moría el 25 de noviembre de 2020 a la edad de 60 años.
Pasan los años y la figura del “10″ sigue presente en el recuerdo de los hinchas. A pesar de los recientes logros de su selección albiceleste y de la figura de Lio Messi, los hinchas no olvidan al genio que debutó en Argentinos Juniors y que también tuvo otra pasión fuera de la cancha, los autos deportivos.
- Te podría interesar: Ex goleador de la UC se gana un Porsche en torneo de golf por hacer “un hoyo en uno”
Los autos del “10″
La afición de Maradona a los automóviles comenzó en su adolescencia, ya que durante su niñez, donde el dinero era escaso en la familia, sólo había lugar para la pelota.
Pero el oriundo de Villa Fiorito fue creciendo junto al fútbol. Y junto a este deporte fue abriendo puertas para entrar a espacios que nunca soñó. Así fue cuando partió a una gira a Estados Unidos en 1979, ante del Mundial Juvenil de Japón 1980, donde sería campeón con Argentina.
“Diego quería comprarse y llevarse a la Argentina un Camaro, que estaba muy de moda en esa época. Eran los deportivos más rápidos que existían. Jorge Cyterszpiler, su representante, me pidió que fuéramos a probar uno. Llegamos los tres a una concesionaria y pedimos probarlo. Imaginen la escena. Tres personas, dos de ellas adolescentes, solo una de ellas sabiendo inglés y tratando de explicarle al vendedor quién era el potencial comprador”; decía Andrés Cantor, comunicador deportivo, en el libro “D10S. Miradas sobre el mito Maradona” del periodista Julio Ferrer.
En el libro, se dice que, a pesar de los problemas de idioma, lograron sacar el auto, momento en el que Maradona aceleró a fondo, haciendo oídos sordos a los gritos del vendedor.
Fue el inicio del romance con los autos. Por sus manos desfilarían llamativos deportivos, entre ellos un Mercedes-Benz 500 SLC que le regalaron los hinchas de Argentinos Juniors cuando pasó a Boca Juniors en 1980.
El Pelusa era tan querido por los hinchas que le compraron el exclusivo auto alemán del que se fabricaron 1.133 unidades y tenía un V8 que desarrollaba 237 caballos de fuerza. Lo adquirieron en la concesionaria de Juan Manuel Fangio..
Luego vendía el primer auto que registró Maradona. Era un Porsche 924 con motor de 2.0 litros de cuatro cilindros y 125 caballos de fuerza.
No era un auto nuevo, pero era un Porsche. Este vehículo haría noticia años más tarde, cuando apareció en una subasta en el sitio JamesList. La reseña decía que “el auto fue patentado en Argentina por la leyenda del fútbol Maradona el 22 de febrero de 1980, cuando tenía sólo 19 años de edad. Tal vez es el único auto registrado solamente a su nombre durante su carrera futbolística. Vendió el auto antes de ser transferido al club español Barcelona. Desde entonces permaneció en propiedad de serios coleccionistas, que mantuvieron el auto en muy buena condición. Viene con todos los papeles y certificados originales que demuestran que este es realmente el auto de Diego Armando Maradona”. El Porsche lo vendió antes de ser transferido al Barcelona.
Ya instalado en el equipo catalán, Maradona compró su primer cero kilómetro. No fue un súper deportivo, sino que un Fiat 128.
La compra se hizo el 24 de diciembre de 1982, días en los que todavía era jugador de Boca Juniors.
El regalo de navidad que se hizo lo compartió con su novia de aquellos años (Claudia Villafañe), con quien se le veía pasear en el barrio. Lo vendió en 1984.
El paso de Maradona por Barcelona no fue el mejor. Lesiones graves impidieron un mejor desenlace, por lo que pronto buscó nuevos horizontes y partió a Italia, al Napoli, donde su leyenda se hizo eterna tras ganar un scudetto.
La historia de Coppola
En el cuadro del sur de la península también llegaron los millones de dólares. Y los gustos empezaron a ser otros. Así, decidió la compra de dos Ferrari.
El encargado de la compra era su representante, Guillermo Coppola, quien tenía una misión: adquirir una Ferrari de color negro.
Y así se lo hizo saber al presidente de Nápoles, Corrado Ferlaino, quien se hizo cargo del costo y lo entregó como regalo al “10″.
Pese a que no era común, la casa italiana accedió y le entregó famosa Ferrari Testarossa que salió desde Maranello con un color denominado Glasurit Nero Met 901/C.
Acá sucede una de las historias más famosas. Luego que Maradona ganara el Mundial de México ‘86, el representante Guillermo Coppola se fue a Italia un par de días antes que Diego y su familia para ajustar los detalles de un regalo.
Cóppola había conseguido que Ferrari le entregase un Testarossa de color negro, algo que era imposible de conseguir. Pero Cóppola no aceptaba un No como respuesta y lo hizo. Y tenía el deportivo instalado en el aeropuerto para que al bajar Maradona lo viese de inmediato.
Mientras esperaban el que venía desde Roma, Coppola estaba junto al presidente del Napoli, Corrado Ferlaino, quien se sorprendió al ver el auto, pero se complicó también pues no le llevaba regalo.
“Qué buena máquina”, le dijo Ferlaino a Coppola. El representante, consciente de la situación, le dijo que pagara él por el auto y que se lo regalase. Lo insólito es que el presidente de Nápoles pagó 1 millón de dólares por el vehículo, 870 mil por el auto más 130 mil por la pintura especial.
Maradona vio que su petición se había cumplido y como el mismo Coppola comentó: “Se abre la puerta del avión, Diego la ve, se tira de paloma. ‘¡No, Guille, no!’, ‘¡No, Guille no, Corrado! ¡Te la acaba de regalar el presidente!’, ‘¡Caro presidente! ‘¡Qué grande, presidente! ¡La máquina que yo quería!’”,.
Con la Ferrari negra, Diego invitó a Coppola a subirse. “¡Qué buena, Guille! Ferrari negra. Tapizado blanco. Todo como querías, Diego. La pagué 470 (mil dólares) y se la cobré un palo (1 millón de dólares)”, contó su representante.
Todo iba de maravillas hasta que el argentino vio que el nuevo auto no tenía radio estéreo, ya que estaba pensado como un auto de carrera, por lo mismo tampoco tenía el tapiz en las puertas, para bajarle peso.
Eso no lo entendió Maradona y dijo “¿Ah, es de carrera? ¡Ferlaino, usted y Coppola se pueden meter esta Ferrari en el culo”.
Según Infobae, aquella Ferrari luego pasó manos de un coleccionista español, quien posteriormente la vendió en 250 mil euros, con apenas 20.000 kilómetros
El segundo Ferrari fue aún más exclusivo. Una Ferrari F40, que sólo se construyeron 40 unidades, todos de color rojo como los otros 39 que se produjeron para celebrar las cuatro décadas de la marca.
Arriba de un camión
Diego Maradona también tuvo momentos complejos, especialmente por el tema de drogas. Pero eso no impedía que se siguieran sumando autos, como el Renault Fuego GTA Max que compró en 1991.
Se trataba de un auto con un motor de 2.2 litros de 123 Hp y era el auto de fabricación argentina más rápido de esos años, ya que alcanzaba 198 km/h. Lo vendió en 1992.
Cuando regresó a jugar en Boca Juniors, Ferrari nuevamente entró en su horizonte. Ahí compró dos F355 Spider. Ambos de color rojo, sólo se diferenciaban por la patente, ya que compartían el motor V8 de 3.5 litros con 380 caballos.
Una de estas unidades años después estaría en las páginas policiales, puesto que se le requisó a la banda de narcotraficantes del clan Loza (junto a otros 25 autos). Y uno de esos autos era el F355 Spider que había pertenecido al Diego.
En Argentina manejó diferentes autos. Varios deportivos para escapar de los periodistas. Así se le vio en Porsche, incluso en un Mitsubishi, pero lo que aún varios recuerdan es cuando llegó en camión Scania 360.
“Vieron que linda maquinita. Ahora va a ser difícil hacerme notas, ningún periodista se va a poder colgar”, comentó en ese momento.
Posteriormente, cuando colgó los zapatos, y siendo entrenador de la Selección de Argentina, era común verlo llegar a Ezeiza en un Mini Cooper S. Ese fue el auto con el que pasó por arriba del pie de un camarógrafo que lo estaba grabando.
Los autos “ecológicos” también entraron en la vida de Maradona. En Dubai, por ejemplo, tenía un BMW i8, un deportivo híbrido que pasa de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos. En el país árabe también tenía veía en un Rolls-Royce Ghost, una máquina que gracias a un V12 de 6.6 litros doble turbo desarrollaba 570 Hp.
Luego vendría el vehículo más bizarro asociado a Maradona. Tras abandonar el equipo Al Fujairah en Dubai, fue contratado por el Dynamo Brest de Bielorrusia.
Lo convencieron con una serie de atenciones, entre ellas, que sería vicepresidente del club para supervisar el desarrollo estratégico. En ese cargo, le regalaron un vehículo militar anfibio, fabricado por la firma Sohra Group.
La vida del “10″ como entrenador seguiría en México, donde se hizo cargo de Dorados de Sinaloa. Al contratarlo, la dirigencia le hizo un pequeño obsequio, un Chevrolet Camaro RS. “Este es el color, papá. Me encanta, ¿viste cómo ruge?”, dijo Maradona al verlo y escuchar el sonido del V6 de 3.6 litros con 335 Hp.
Entre los últimos autos que se le vieron se cuenta un BMW M4, cuando estaba en Gimnasia y Esgrima de La Plata. Pero no sólo destacaba por el motor biturbo de 3.0 litros con más de 430 Hp, sino por haberlo adaptado con luces azules y una sirena como de vehículo policial.