Con la reciente muerte del papa Francisco, ocurrida el pasado 22 de abril de 2025, el mundo católico y gran parte de la comunidad internacional han rendido homenaje a la persona, que también fue un papa que eligió moverse en vehículos sencillos y austeros, fiel a su estilo sobrio.
En este momento de luto global, revisemos cómo comenzó la tradición de adaptar vehículos para el transporte del Sumo Pontífice: la historia del primer papamóvil.
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El nacimiento del Papamóvil
El primer acercamiento a un Papamóvil tuvo lugar en 1909. En aquel año, como un regalo del arzobispado de Nueva York para Pío X, se le quiso entregar un Itala 20/30 que había utilizado pero el Sumo Pontífice lo rechazó al sentirse incómodo con esta clase de tecnología.
Veinte años después, en 1929, la fábrica estadounidense Graham-Paige envió al Vaticano un modelo 837 especialmente adaptado para el papa Pío XI.

Era un lujoso sedán de casi cinco metros de largo tenía un motor de ocho cilindros en línea de 5.3 litros, capaz de entregar unos respetables 120 Hp, una cifra destacable para la época. Su velocidad máxima rondaba los 120 km/h, aunque lo importante no era la velocidad, sino su presencia imponente y su elegancia.
La carrocería era tipo landaulet, con la parte trasera abierta y elevada para permitir la visibilidad del Papa durante los desplazamientos públicos.
Tapizados en terciopelo, estribos exteriores para escoltas y una estructura modificada para sostener un dosel desmontable eran algunos de los elementos que lo hacían único. Este vehículo marcó el inicio de una nueva forma de interacción del pontífice con los fieles: visible, accesible y móvil.
Según consigna el sitio www.museivaticani.va, dicho auto fue donada a Pío XI el 10 de noviembre de 1929 por los hermanos Graham con ocasión de la Conciliación entre la Iglesia y el Estado italiano.el
El Graham Paige 837 fue utilizado tanto por Pío XI como por Pío XII, de quien queda el escudo en las puertas. Al igual que las carrozas, por razones de protocolo su habitáculo posterior está equipado con un asiento que recuerda el trono papal.
Históricamente este vehículo es importante porque Pío XI lo utilizó para ir a Letrán a celebrar el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal (22 de diciembre de 1929): era la primera vez que un Papa dejaba el Vaticano después de la caída de Roma el 20 de septiembre de 1870.
¿Y el Mercedes-Benz Nürburg 460 Pullman?
Poco después, en 1930, el papa Pío XI recibiría un segundo vehículo que muchos historiadores del automovilismo y del Vaticano consideran el primer papamóvil “oficial”: el Mercedes-Benz Nürburg 460 Pullman.

Este vehículo, regalo de la automotriz alemana, fue presentado con una elegancia sin precedentes. Además, fue diseñado por Ferdinand Porsche y se basó en un modelo presentado en el Salón de París de 1928.
Se trataba de una limusina Pullman con carrocería similar tipo landaulet, pero con acabados de altísima calidad y tecnología de vanguardia para la época.
El Nürburg 460 estaba equipado con un motor de seis cilindros en línea de 4.6 litros, con una potencia aproximada de 80 Hp. Aunque menos potente que el Graham-Paige, su suspensión más avanzada y su construcción robusta lo hacían ideal para largos desplazamientos ceremoniales.
También destacaba por sus acabados artesanales, como el escudo papal esmaltado, cortinillas bordadas a mano y un trono giratorio en el asiento trasero, diseñado para que el papa pudiera saludar sin moverse del vehículo.
Tal como indica el sitio museoivaticani, “parece ser que durante la vuelta de prueba en los Jardines Vaticanos, al referirse (el Papa) a la potencia de su motor, exclamó: “¡Un coche estupendo! Una obra maestra… Una maravilla de la tecnología moderna”‘.
Por su refinamiento, su posterior uso en eventos públicos del Vaticano, y el hecho de haber sido el primero fabricado directamente para el Vaticano, el Nürburg 460 Pullman es considerado por muchos como el verdadero primer Papamóvil de la historia