Lo que pudo ser. Cuando Nicolás Jarry cayó en cuartos de final del ATP de Brisbane ante Jiri Lehecka, no sabía que probablemente estaban disputándose el título.
¿Cómo así? Resulta que el checo tuvo la gran fortuna de que sus dos próximos rivales se le lesionaron, por lo que hoy terminó siendo campeón casi sin jugar.
El sábado, ganaba por 6-4 y 4-4 en semifinales cuando el búlgaro Grigor Dimitrov se tuvo que retirar, mientras que este domingo ocurrió algo similar, cuando el estadounidense Reilly Opelka -el verdugo de Novak Djokovic- solo aguantó cinco juegos antes de abandonar la final que perdía por 4-1.
¿Le podría haber tocado esta suerte a Jarry y terminar siendo campeón en Brisbane? Nunca lo sabremos.