Fue un episodio que dio la vuelta al mundo. El 2 de febrero pasado, el tenis vivió un momento inaudito en la serie de Copa Davis entre Bélgica y Chile.
Las imágenes son archiconocidas: el europeo Zizou Bergs celebró más de la cuenta un punto, golpeó a Cristian Garin, el chileno se retiró y la ITF coronó al conjunto belga como ganador del match.
Las voces de repudio hacia la decisión de la Federación Internacional se multiplicaron, pero finalmente Bélgica avanzó. El tenis chileno, como era esperable, reclamó, pero nada se pudo hacer.
Y este jueves, el presidente de la Federación de Tenis de Chile, Sergio Elias, detalló cómo fue la movida que hizo la ITF para sacarse de encima el reclamo chileno y, a la postre, perjudicar al equipo nacional de Copa Davis, que se quedó sin seguir avanzando en la Ensaladera de Plata.
La movida de la ITF para sepultar el reclamo chileno
En conversación con La Tercera, Elías explicó la insólita forma de actuar de la Federación Internacional de Tenis.
El desarrollo explicado por el timonel del tenis chileno fue así: en primer término, tras el reclamo, la ITF estableció un “panel”, compuesto por solo una persona, el presidente del organismo, David Haggerty, quien en corta ceremonia le dio la razón a los belgas y al umpire del duelo, el portugués Carlos Ramos.
Chile, entonces, solicitó que se formara un panel como corresponde, con más participantes, y es entonces que el caso pasó al Panel Independiente de la ITF.
Entre otras cosas discutidas, estuvo si es que dicho panel tenia o no la jurisdicción sobre el tema y es allí donde surgió la “jugada maestra” de la ITF para desligarse.
Lo explica Elías: “Ellos decidieron que no tenían jurisdicción en el tema. Por lo tanto, la única arma que nos dejaron fue recurrir al TAS para apelar esta decisión. Pero dado cómo manejaron esta situación, solo se puede recurrir al TAS para que determine si el panel tiene jurisdicción o no, ya que no se pronunciaron sobre el fondo. Esto cuesta cerca de 25 mil dólares y en el mejor de los casos nos podrían decir que sí tiene jurisdicción, para empezar todo de nuevo, lo que podría tardar bastante tiempo”.
La ITF salió jugando
En palabras sencillas, pasaron la pelota de un lado a otro. En caso que el TAS hubiera determinado la jurisdicción del panel, los alegatos habría que haberlos comenzado todos desde cero y el tema se prolongaría eternamente.
En el escenario de habérsele dado vía libre al reclamo chileno, la ITF perfectamente podría haber fallado nuevamente en contra, por lo que Chile, otra vez, habría tenido que acudir al TAS, esta vez con el fondo del caso; es decir, otros 25 mil dólares.
Con tantas trabas, la Federación Chilena decidió no perseverar en el asunto. Set y match para la ITF y su muy hábil leguleyada.
