Hace doce meses, Nicolás Jarry pasaba por el mejor momento de su carrera. En una actuación histórica para el tenis chileno, logró llegar hasta la final del Masters 1000 de Roma y alcanzó el mejor ranking ATP de su vida: 16°.
Con Roland Garros a la vuelta de la esquina, parecía que era el momento en que el Príncipe diera el salto definitivo a la elite... pero pocos sabían que sería el comienzo de un desplome increíble, que hoy lo tiene enfrrentado a una nueva realidad en su carrera.
Luego de su eliminación en segunda ronda de esta edición de Roma, Jarry caerá más allá del puesto N° 140 en la clasificación mundial, despidiéndose por un tiempo de los grandes torneos y quedando forzado a jugar qualies y torneos Challenger para recuperar el terreno perdido.

El desplome de Nicolás Jarry
Mala suerte o no, justo en el que prometía ser su mejor momento, Nicolás Jarry sufrió una infección en el oído que, de una forma u otra, le sigue afectando. La neuronitis vestibular le provocó problemas de equilibrio que repercutieron directamente en sus resultados y cortaron por completo su trayectoria.
Y si el Roma del año pasado iba a ser su salto definitivo, lo acompañó con seis derrotas consecutivas en primera ronda, y todas ellas en torneos más que relevantes: Roland Garros, Wimbledon, Juegos Olímpicos, Masters 1000 de Canadá y Cincinnati, y el US Open.
Desde su final del año pasado en el Foro Itálico, apenas ganó 10 partidos más, en 23 torneos disputados. Y solo tres veces pudo ganar más de dos partidos en el mismo evento, no pudiendo superar nunca más los cuartos de final.
Y su ranking, que en un momento le permitía ser cabeza de serie en torneos Grand Slam y Masters 1000, se desplomó: en doce meses pasó del 16° que tenía, al 146° que ocupará en la próxima actualización del ranking.
Si bien alcanzará a jugar el próximo Roland Garros, de ahí todo en adelante será distinto para él. Tendrá que jugar la qualy de Wimbledon -la primera vez que tiene que pasar por eso en un Major desde el Australian Open 2023- y anotarse en torneos Challenger, una etapa que parecía superada para él.
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A cinco meses de cumplir 30 años y entrar en la madurez de su carrera, no cabe duda que esta etapa que se avecina es absolutamente clave para el chileno, tal vez su última chance de volver a posicionarse en los primeros planos del tenis mundial... o, ojalá que no, marcar el comienzo de su declive definitivo.
