Coco Gauff fue una merecida campeona de Roland Garros, pero no cabe duda que buena parte de su victoria en la final femenina de este sábado corrió de la mano de los fallos de Aryna Sabalenka; 70 errores no forzados cometió la número uno del mundo.
Tal vez frustrada con su actuación, además de la amargura de seguir sin poder ganar el Grand Slam francés, fueron los detonantes para que la bielorrusa no pudiera contener sus lágrimas durante la ceremonia de premiación. De hecho, le tomó bastante tiempo poder hablar, mientras el público la ovacionaba.