Luego de la histórica participación de Los Cóndores en el Mundial de Rugby en Francia del 2023, a Martín Sigren (28) se le siguieron abriendo puertas. Mientras vivía su primera experiencia en el extranjero en Inglaterra, le propusieron llegar a la Major League de Estados Unidos. Tenía intenciones de mantenerse allí pero, a principios de este año, al conocerse la lista del club chileno Selknam, la sorpresa se hizo presente: el capitán había vuelto.
“Tuve dos experiencias muy buenas y quise volver a Chile en un año importante. Un año de clasificatorias donde el proyecto acá requiere toda la atención”, manifiesta Marto, como lo conocen sus amigos. “Estaba con una sensación en la que creía que desde acá, en Chile, podía empujar mucho más hacia los objetivos que teníamos, que es clasificarnos al Mundial”.
En julio de este año comienzan las clasificatorias al Mundial de Rugby Australia 2027. Y la misión es clara: repetir la hazaña de Francia en 2023, cuando la Selección Chilena de Rugby se clasificó por primera vez para la máxima cita planetaria.
Además del hito histórico, la clasificación trajo consigo una evidente exposición internacional. Pese a que Martín ya estaba en el extranjero, le dio la oportunidad para dar el salto a Estados Unidos. Ambas experiencias lo nutrieron para la misión que enfrenta hoy. “Me ayudó mucho a ampliar mi liderazgo. Acá me tocaba ser líder y allá me tocó ser un soldado más. Eso estuvo buenísimo. Me ayudó a crecer como persona y, al final, me convierte en un mejor jugador”.
Su rol de capitán y referente
La pregunta sobre si se siente referente, la responde con una sonrisa diciendo “eso es lo que dicen”. Y muy propio de su rol de capitán, lo traslada a lo colectivo. “Todo este grupo ha logrado ser referente del rugby chileno. Somos el mejor equipo de rugby en la historia de Chile. Llevamos al país por primera vez a un Mundial. Sin lugar a duda que somos referentes y es una muy linda responsabilidad la que tenemos”.
Pero en lo individual sí tiene un rol como capitán y Martín analiza su liderazgo. “Trato de disfrutar mucho el día a día. Hay muchas cosas duras en el entrenamiento. Hacemos ejercicios de contacto, lucha, cansancio al máximo y lo trato de disfrutar. Luego, intento contagiar esa alegría, esa energía positiva”.

La historia de Marto en Los Cóndores dio el pitazo inicial en 2016. “Fue en Chile contra Corea. Todavía era joven. De 20 años y creo que con 20 kilos menos de lo que peso ahora. Estaba perdido, no tenía claro si el rugby era lo mío. Yo creo que llegué ahí quizás con más talento que esfuerzo. No fue un debut soñado, pero fue un buen debut”, recuerda.
Estaba tan perdido como su posición. En ese entonces, jugaba de centro, aportaba tanto labores ofensivas como defensivas. “Después llegó un entrenador de Nueva Zelanda. Uno de los grandes entrenadores que he tenido en el colegio. Él fue el que me dijo que estaba equivocado de posición y que me va a llevar a los forwards”. Una posición en la tercera línea con más vocación por la generación del juego ofensivo.
Han pasado seis años desde que Martín asumió la capitanía de Los Cóndores. Su historia viene de mucho más atrás, en su primer club: Old Boys. ¿Qué le diría a ese joven diez años atrás? “Que siga trabajando. Que se escuche. Que escuche esa voz de la guata. Que al final, cuando uno hace lo que le gusta y le mete dedicación y esfuerzo, se puede llegar lejos. Hasta se puede llegar a vivir de eso. Así que, que persiga esa voz”.
No es menor a lo lejos que ha llegado. La experiencia con el equipo Doncaster Knights lo hizo transformarse en el primer chileno en jugar rugby profesional en Inglaterra. Pero eso no es todo. También logró sacar una carrera profesional ajena al deporte.
Golf, spikeball, sushi y minería: el otro lado de Martín
El legado que dejará Martín en el rugby no es el único que carga en su historia. Su familia tiene una empresa que opera en Chile desde hace 85 años. Fue fundada por su bisabuelo. “Vendemos equipos súper técnicos para minería. Este año, con mi vuelta a Chile, decidí sumarme. Para el día de mañana, tener esta cabeza fuera del rugby, porque va a ser necesaria”.
Para el ingeniero comercial de profesión, la empresa familiar no es lo único en que ha incursionado más allá de la cancha. Hace diez años que junto a dos amigos decidieron traer la marca de Spikeball a Chile. “Para los que no lo conocen, es esa malla con la pelotita amarilla que se ve mucho en las playas. Una especie de vóleibol. Es un juego muy entretenido y dinámico. Estoy convencido que es una gran herramienta de educación física, que trato de incorporar en los colegios”.
Mantener la cabeza en negocios no es lo único que lo distrae. En sus momentos libres, le ha dejado espacio al golf. “Me ayuda a trabajar mucho la cabeza. Venir de un deporte de contacto, de mucho esfuerzo y fatiga, a pasar a un deporte que es uno contra la cancha, a un ritmo mucho más calmado, es una buena terapia”.

La alimentación, punto clave para cualquier deportista, también lo es para relajarse de vez en cuando y poder comer sin tantas restricciones. ¿Qué gusto se da Martín en esos momentos? “El sushi y las hamburguesas. Cuando me quiero desordenar, una hamburguesita con un buen chop. Y una vez a la semana, un arrocito con pescado”.
“Los Cóndores”, un estilo de vida
En más de una ocasión, Martín ha dicho que Los Cóndores es un estilo de vida. Y su tatuaje del ave en el brazo lo refleja a la perfección. “Nosotros tenemos un código de conducta. Son 15 frases de las cuales debemos guiarnos. Y la número uno es que ser un cóndor, es un estilo de vida”.
“Ser un cóndor es algo que requiere de tu 100 por ciento. De tu energía. De tu foco. No puedes estar 30, 70 afuera. Es un poco la referencia. Al final es el estilo que debería tener un deportista. La responsabilidad que tenemos nosotros al ser embajadores del deporte y de los valores que trata de enseñar el rugby. Hay que ser un cóndor dentro y fuera de la cancha”, subraya.
Los valores que entrega el rugby, para Martín Sigren, son únicos. “Es un deporte de mucha unión. Los lazos que logra generar este deporte, creo que muy pocos lo tienen. Tienes que ir a la cancha, para estar con 15 compañeros al lado, que prácticamente están yendo a la guerra. Poner tu cuerpo a la línea, hacer esfuerzos gigantescos de lucha, porque es un deporte de contacto, te logra generar ese lazo que es bien profundo y que dura mucho”.
El mensaje a quienes están empezando a ver como opción practicar este deporte, Martín lo tiene claro: “El rugby le va a entregar muchas herramientas que lo va a ayudar a enfrentar distintos desafíos que le puede traer la vida. Y que lo disfrute, porque es una muy linda escuela”.
Reflexiones que ha transmitido en las diferentes clínicas que ha participado desde su regreso a su Chile. “El rugby es un deporte que da la posibilidad de generar un impacto positivo en las sociedades. Eso es algo que quiero hacer, ayudar a muchos niños, porque estoy seguro que el rugby forma buenas personas”.

El rugby hoy: el antes y después de Francia 2023
Los efectos de la clasificación al Mundial no fueron solo marcar un hito, sino que fijar un punto de inflexión. “Hoy día podemos ser profesionales de alto rendimiento. Los jugadores estamos contenidos para poder ser los mejores. Recibimos mucho apoyo, distintos sponsors han puesto su confianza en nosotros”.
La visibilidad hacia los auspiciadores, también ha sido para quienes veían al rugby como un deporte de elite. “Yo creo que muy poca gente sabía quiénes eran los Cóndores o Selknam. Hoy se ha logrado abarcar a casi todo Chile, todos han escuchado hablar de Los Cóndores. Nosotros, de lo que más hablamos, es de tratar de representar a los chilenos. Que la gente que nos ve, se sienta identificada por la garra que ponemos, por la entrega, por el esfuerzo que hizo este equipo, de repente con pocos recursos. A sangre, sudor y lágrimas, logró hacer cosas extraordinarias. Y yo creo que al chileno le gusta eso”.
Cuando Martín recuerda los inicios, no hay comparación a la realidad actual. “Para mi debut, la Selección entrenaba martes y jueves. En las tardes, cada uno hacía gimnasio por su cuenta. Nos juntábamos un mes antes de cada competencia. Hoy día entrenamos de lunes a viernes de las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Es una estructura ciento por ciento profesional”.
Parte de este avance, también se traduce en la remuneración de los jugadores. Algo impensado hace años, e incluso en la actualidad para muchas otras disciplinas. “Hay algunos jugadores que sí tenemos la opción de vivir de esto. La gran mayoría de los jugadores estudian. Somos contados con una mano o quizás dos los que ya estamos egresados con un título profesional”.

Pese a ese sueldo como deportista, menciona lo fundamental de tener otra actividad. “Si bien uno puede vivir, es importante hacer otras cosas en paralelo y seguir desarrollando otra carrera. Porque si bien podemos vivir el momento con el rugby, el día de mañana no nos vamos a poder retirar con un bolsillo lleno”.
La importancia de la localía y el anuncio de sede mundial U-20
El Centro de Alto Rendimiento del Rugby se encuentra ubicado al interior del Parque Mahuida en la comuna de La Reina. La cancha, recién renovada, es de pasto sintético certificado por la World Rugby y vivió su primer encuentro oficial a principios de este año.
El pasado 1 de marzo, Selknam Rugby, el equipo chileno profesional donde milita hoy Martín, jugó su primer partido como local contra los Dogos XV. Lo ganaron 45-40, frente a más de 2.200 personas. Algo inédito para la historia del rugby nacional. “Ha sido especial (jugar de local). Hemos visto la evolución de esta cancha, de este centro gigantesco, desde el minuto cero que partimos haciendo este trabajo de alto rendimiento”.
“Era una cancha de tierra donde nadie daba un peso por ella y hoy día estamos pudiendo recibir a 2 mil personas los días sábados. Tener una cancha de última tecnología ha sido una muy linda evolución y es como estar en casa. Antes no se sentía tanto la localía como la estamos sintiendo acá, donde estamos todos los días, donde hemos sudado, sangrado y llorado en esta cancha. Poder realmente salir a pelear contra otro equipo, acá es distinto”.
La inversión ha traído opciones para que otros eventos de carácter internacional puedan poner el ojo en Chile. A mediados de abril, se anunció que el país será sede del World Rugby Challenger Cup U20 este año. Si bien, es tercera vez que se realiza en suelo nacional -la vez pasada fue en 2013-, será la primera con la nueva cancha.

“Es un tremendo hito, que vuelve a validar internacionalmente el trabajo que ha estado haciendo la Federación, como también para el mismo gobierno, porque seguir recibiendo apoyo público es fundamental y bueno para las marcas”, afirma Sigren con argumentos, pues la nueva cancha fue un aporte del Instituto Nacional del Deporte, con una inversión de más de mil millones de pesos.
El futuro para el rugby y el desafío de Martín Sigren
El rugby avanza progresivamente, y también la ambición del capitán de Los Cóndores. “Mi sueño es volver a vivir el Mundial en Australia 2027 e ir al Mundial de Estados Unidos 2031. Que este cuento que vemos acá (Parque Mahuida) realmente se convierta en un centro de alto rendimiento”.
“Hay un lindo proyecto para arreglar la gradería, hacer cambios en los gimnasios, en los camarines y así armar un centro de máximo nivel, para que sea la punta de lanza del rugby chileno y que después de eso se dispare”, proyecta.
Si bien queda bastante antes de colgar los botines, las proyecciones de Martín Sigren se mantienen en el rugby una vez que eso ocurra. “Me veo trabajando allá arriba, en las oficinas de la Federación, siguiendo y empujando el proyecto, cuidando esto que está guagüita, que hemos logrado crear y mantenerme involucrado. El rugby nunca va a dejar de ser mi pasión”.
La huella que Martín Sigren quiere imprimir está definida. Más allá de la que deja previo a los partidos, cuando entra descalzo a cada cancha -“quiero sentirme parte, entrar y sentir el pasto”-, es ver al rugby seguir creciendo en Chile y que la clasificación a Francia no sea un hecho aislado, sino el inicio de una nueva historia de este deporte en el país.