Luis Marcoleta reseña todos sus ascensos de división, que se circunscriben a dos décadas. El primero, registrado a fines del siglo pasado, y el último, con Deportes La Serena, que pese a que reglamentariamente no le corresponde, él sí lo suma porque “moralmente” fue el ideólogo y ejecutor de casi toda la campaña.
Deportes Talcahuano: 1999
“Hace poco me tocó ir a jugar mi último partido con Santiago Morning, en el estadio Naval de Talcahuano, donde salí campeón en 1999. Me acuerdo que terminé concentrando en la isla Quiriquina, en un recinto de la Armada, donde comíamos en el rancho con los marinos. Todos eran muchachos Sub 23, a los que le aportaban 50 mil pesos de ayuda. Entrenábamos con viento, pero los muchachos estaban mentalizados. Ese equipo hizo más de cien goles. Lo recuerdo porque fue el primero y con jóvenes muy humildes. En ese tiempo ya jugaba con línea de 3, con dos laterales, un volante mixto y un contención, un enganche y dos extremos. A varios de esos niños los contrató Colo Colo, pero no llegaron mayormente, salvo el Pato (Patricio) Morales, que fue goleador de fútbol chileno”.
Ñublense: 2004
“Estaba en Tercera División, yo venía de Concepción, y ascendimos en una final con Curicó, un clásico, que tenía un tremendo equipo, donde estaba Johan Fuentes. En ese momento, sale una entrevista a alguien de Curicó que decía que se sentían campeones. Eso me sirvió para motivar a mis muchachos. Curicó perdió con Barnechea, que recuerdo jugó en el estadio Palestino. Nosotros ganamos y quedamos a tres puntos. Y a mí me tocaba enfrentar a Barnechea, jugamos en su cancha, y ganamos con dos goles del Pescado (Ricardo) Parada. Quedamos a tres puntos. Curicó tenía que ir a Chillán, donde nosotros teníamos que ganar para ir a una definición. Había 16 mil personas en el antiguo Nelson Oyarzún. En el primer tiempo perdíamos 1 a 0. Empatamos en el segundo tiempo y en el gol más gritado de la historia de Ñublense, les ganamos en el minuto 94. Fuimos a jugar una definición a Linares. En los tres partidos le jugué distinto y les ganamos 2-0. Allí se genera el clásico. Eso fue un campeonato de creer en lo que hacíamos”.

Ñublense: 2006
“En 2005, el que subía de Tercera era invitado a jugar en el ascenso. En ese tiempo, el presidente de Ñublense era Sergio Zarzar, alcalde de Chillán, y que también fue vicepresidente de la ANFP. Él me dijo: ‘No vamos a subir, pero vamos a ser campeones en la galería y se van a llenar los estadios’. Salimos cuartos y nos correspondía ir a la Liguilla, pero no pudimos. Dejamos una base, que me sirvió para al año siguiente, donde sí ascendimos. Pero no salimos campeones: fue Melipilla. Recuerdo que cuando jugamos contra San Felipe, íbamos perdiendo y ganamos con dos penales de (Néstor) Zanatta. Con eso ascendimos, pero fuimos a la última fecha y si ganábamos a Lota Schwager, éramos campeones. Fuimos a Collao y en el otro equipo estaba Pato Morales, que peleaba por ser el goleador con Carlos Cáceres, que era nuestro centrodelantero. Empatábamos 1-1 y sobre el final, nos cobran un penal. Si convertíamos, éramos campeones. Va Zanatta, pero Cáceres agarra la pelota. Me enfurezco y me fui al camarín, porque sabía que lo iba a perder. Dicho y hecho. La gente igual festejó, pero lo único que quería era agarrarlo del cogote, me vino a pedir disculpas: lo mandé a la punta del cerro. Pero me dejó una enseñanza: mientras nosotros pensamos en el equipo, Carlos Cáceres pensó en la individualidad. El buscó su conveniencia individual y no la conveniencia del equipo. Entonces, si le puedo poner un término, siempre hay que pensar primero en el equipo. Después, opté por no seguir en Ñublense”.
Curicó: 2008
“Me fueron a buscar de Curicó, aunque me odiaban porque le había ganado la final. Me fui a meter en las patas de los caballos. A mí me gustan los desafíos. Me hacían ‘pebre’. Incluso, el que me fue a buscar fue don Luis Silva, uno de los dirigentes. Me dijo: ‘Usted hace unos años me hizo llorar de tristeza, ahora quiero que me haga llorar de alegría’. Y lo logramos, ganamos el Apertura, el Clausura y el campeonato nacional. O sea, de una subimos con Curicó a Primera. La primera vez en la historia del club”.

San Marcos: 2012
“A Arica, llegué a mitad de año. Nos salvamos del descenso y don Carlos Ferry me dijo que quería que siguiera. Le pregunté por el presupuesto y me dijo 100. Le dije que le iba a sobrar. Empezamos a armar el plantel con jugadores de la división, que hubiesen peleado liguilla o que hayan salido campeón. Igual, ganamos el Apertura, el Clausura y el nacional. Estadio lleno, con gente que pernoctaba la noche anterior en las afueras. Ganamos con goles del Flaco (Mauricio) Segovia y de (Francisco) Piña. ¿Qué es lo anecdótico de esto? Les digo a los profes: ‘Vamos a ir al Morro’. Yo quería tener una panorámica del festejo abajo. La gente que empezó a cachar que estaba allí y nos empezamos a sacar fotos con la gente”.
San Marcos: 2013
“Al año siguiente, nos tocó el coeficiente en Primera. Duramos seis meses en la división. Viene Carlos Ferry y me dice que quería que siguiera. Mi error allí fue que renové casi todo el equipo y en un torneo de seis meses era muy poco tiempo para tomar la idea. Entonces, le dije al presidente que íbamos a subir de nuevo. Y logramos el objetivo, que fue toda una gracia (sonríe), en un año subimos, bajamos y volvimos a subir”.
Curicó: 2017
“Me voy a Curicó, que había descendido el 2016-2017 y ahí hicimos una gran campaña. El primer año fue como me gustaba a mí, un equipo goleador, que jugaba bien al fútbol. Estábamos definiendo con Iberia y quedamos afuera con un gol de (Rodrigo) Echeverría. Yo me confié en lo futbolístico, porque jugaban bien, pero no los preparé para la adversidad. Al año siguiente, fue pura cabeza. Y ahí Curicó hizo la mejor campaña que ha hecho: 19 fechas invicto, el más goleador, el menos goleado, el goleador del torneo. Fue un ascenso extraordinario. Ahí le doy un mérito a Pablo Milad, porque él me contrató y cuando terminó el año anterior con Iberia, vino y me ofreció contrato por tres años, pero le dije que no se comprometiera por más de un año. Al final, lo ascendimos”.

Deportes La Serena: 2019
“El último ascenso me corresponde moralmente, aunque no legalmente. Yo lo considero así, porque íbamos segundos y se cortó el torneo. Mi contrato se terminaba en diciembre y se jugó una liguilla en enero de 2020. La Serena clasificó a la final por el segundo lugar y esperaba al ganador de la liguilla. Jugó un solo partido y subió. Por eso los jugadores se acordaban de mí al final, por eso lo considero el octavo ascenso, porque me perdí un solo partido. Por eso lo considero moralmente mío, pero reglamentariamente no. Ese equipo, como decía yo, era malito, pero aplicadito. Tengo los videos de cómo empezó a trabajar y cómo terminó de trabajar. Uno lo puede mecanizar, pero con gente de buen nivel, que capta rápidamente, después ese equipo jugaba prácticamente solo. Eso da gusto ver. Y eso que era malito... pero aplicadito”.