En cada mercado de pases del fútbol chileno es común ver a jugadores que ascienden o descienden de categoría, según su desempeño individual o el rendimiento de sus clubes. No obstante, encontrar a uno que registre pasos por las cinco divisiones del balompié nacional, que considera desde la Primera A hasta la Tercera B, es un verdadero hallazgo. De hecho, desde 2012, año en el que se creó la Segunda División y se consolidó la forma de la pirámide, apenas siete hombres han podido pisar, al menos, un minuto en todos los escalones.
No existe un recorrido definido para completar la vuelta larga. Algunos futbolistas inician sus carreras en las canteras más reconocidas del país, mientras que otros deben abrirse camino desde las divisiones más bajas, donde ser considerado por un club profesional es prácticamente un milagro. Eso sí, hay algo que une a cada caso: la capacidad de adaptarse a las distintas exigencias de este peregrinaje.
Gonzalo Tapia, flamante refuerzo de Palestino, es el último en lograr este hito. Aunque fue formado en Universidad de Chile, el oriundo de La Pintana fue borrado de los azules en su etapa juvenil y tuvo que transitar por las cinco categorías para tener su primera oportunidad en la serie de honor a los 28 años.
Gasparín FC, Rodelindo Román y Real San Joaquín son algunos de los clubes que asoman en su historial amateur. Por su parte, Deportes Pintana, Deportes Recoleta, San Marcos de Arica y Santiago Morning engrosan su currículum en el profesionalismo. Sin embargo, el verdadero despegue de Tapia llegó en 2024 con la camiseta de Barnechea, donde se consagró como el hombre revelación de la Primera B y pudo cumplir su gran sueño: llegar a la máxima división.
Los pioneros en conocer las cinco divisiones
El primer futbolista en vivir el rigor de las cinco divisiones fue Jesús Pino (33). Su debut profesional se produjo el 6 de noviembre de 2010, cuando sumó 23 minutos en el duelo entre Unión La Calera, su club formador, y Deportes Antofagasta por la Primera B. No obstante, al no encontrar espacio en el primer equipo durante su último año como juvenil, el zaguero central tomó una arriesgada decisión para la temporada 2012: fichó por Deportes Santa Cruz, que en ese entonces intentaba escapar de la Tercera B.
En su primer año logró el ascenso a Tercera A y, dos temporadas más tarde, repitió el éxito al subir a la incipiente Segunda División, donde se mantuvo hasta mediados de 2016. Tras un fugaz paso por Unión San Felipe en la serie de plata, a comienzos de 2018 fue contactado por San Luis de Quillota para completar su último desafío: jugar en la categoría de oro. El 30 de marzo de ese año, en el marco del duelo entre los quillotanos y O’Higgins, por la séptima fecha del Campeonato Nacional, Pino inauguró la senda de los jugadores que apuestan por la vuelta larga. Actualmente, defiende los colores de Deportes Santa Cruz, donde es considerado un histórico.
Claudio González (34) fue el segundo en lograr la hazaña, con la particularidad de ir escalando uno a uno los pisos de la pirámide del fútbol chileno. El guardameta disputó la Tercera B y Tercera A con Deportes Linares, entre 2011 y 2012. Luego, el formado en Curicó Unido tuvo un fugaz paso, pero exitoso, por San Antonio Unido en Segunda División. Sus destacadas actuaciones en los lilas le abrieron las puertas de la Primera B, donde tuvo un extenso recorrido defendiendo los arcos de Unión San Felipe, Deportes Copiapó, Everton y Unión La Calera.
Precisamente en La Calera fue donde logró completar el camino ascendente. En 2018, Claudio González tuvo la oportunidad de defender el arco del cuadro cementero en Primera División. ¡Y de qué manera! El rival era Colo Colo y el escenario era el imponente Estadio Monumental. El curicano dejó su arco en cero aquella noche y, con el pasar de las temporadas, se consolidó como un habitual en los planteles de las dos máximas categorías. Es más, hoy por hoy pelea por un puesto de titular en Everton y podría tener la chance de sumar sus primeros minutos internacionales en Copa Sudamericana.
Kilian Delgado (34) también tiene una historia que contar en materia de ascensos. En rigor, es el único que ha conseguido subir en cada una de las divisiones y en tres oportunidades lo hizo con el club de sus amores: Deportes Valdivia. En 2011 escaló a Tercera A y al año siguiente repitió la hazaña tras conseguir el quinto cupo que entregó ANFA para competir en Segunda. En 2016, agigantó definitivamente su historial en la Región de Los Ríos, al ser parte del plantel que consiguió titularse como campeón de la tercera categoría profesional y, de paso, timbrar su boleto para la Primera B.
Eso sí, este nivel lo conoció con la camiseta de Coquimbo Unido, club al que llegó tras sus consagratorias actuaciones en su ciudad natal. En los aurinegros se mantuvo hasta 2019, donde pudo sumar unos dignos 116 minutos en Primera. Luego, Delgado engrosó su currículum con pasos por Cobreloa, San Marcos de Arica y Fernández Vial en la serie de plata y finalizó su carrera en Segunda División con la camiseta de Provincial Osorno, rival eterno de su club formador.
¿Pirámide o montaña rusa del fútbol chileno?
Daniel Castro (30) es un caso insigne de la vuelta larga. A pesar de no haber completado una formación tradicional en divisiones inferiores, inició su carrera en Quintero Unido, en la Tercera B, durante las temporadas 2014 y 2015. Posteriormente, tuvo dos años extraordinarios en la Tercera A: primero con General Velásquez, donde se consagró como máximo goleador del torneo, y después con Deportes Limache. En 2018, sus rendimientos le permitieron dar un salto sin precedentes: Unión La Calera, que retornaba a Primera División, confió en el artillero para reforzar al plantel de cara a la venidera temporada.
Sin embargo, Castro no logró adaptarse a las exigencias de la categoría. Tras un discreto debut profesional frente a Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo, el delantero regresó a Deportes Limache en la Tercera A, donde nuevamente destacó. Esto le valió una oportunidad en Unión Española, pero, una vez más, le costó consolidarse en la máxima categoría.
En 2022, Santiago Wanderers le brindó la chance de brillar en la Primera B, aunque su rendimiento fue irregular. Quedó claro que su lugar estaba en Limache, club al que retornó en 2023 para lograr el título de Segunda División y, al año siguiente, convertirse en una de las figuras del inédito ascenso a Primera. Ahora, con 10 años de experiencia en todos los niveles del fútbol chileno, Castro espera alcanzar su consagración definitiva.
Gustavo Fuentealba (30) también ha experimentado altibajos significativos en su carrera. Su trayectoria comenzó en 2015, con la camiseta Lota Schwager, donde disputó partidos en Primera B y Segunda División. En 2017, el excéntrico guardameta arribó a Fernández Vial en Tercera A, donde se convirtió en la figura de un equipo que retornó al profesionalismo tras casi 10 años en el fútbol amateur. Luego, se estableció en Segunda cuidando los tubos de Independiente de Cauquenes.
En la segunda mitad de 2019, ante la escasez de oportunidades que tuvo en Deportes Vallenar, Fuentealba tomó la decisión de firmar en Colegio Quillón de la Tercera B. De todas formas, su estadía en la Tierra del Sol duró apenas un semestre, aunque por una buena razón. En agosto, el portero recibió el llamado de Deportes La Serena para disputar la recta final de la Primera B, donde los Papayeros lograron el ascenso a la máxima categoría en la liguilla final. Un 14 de febrero de 2020, Fuentealba completó el sueño de llegar a la élite del fútbol chileno tras debutar en Primera División. Fue en la fecha 4 del certamen, defendiendo el pórtico serenense por 90 minutos ante Unión La Calera, donde su escuadra cayó por un ajustado 2-1.
Wladimir Cid (27) es otro caso particular. En 2016, tras completar su formación como futbolista en Naval de Talcahuano, el artillero tuvo un breve paso por Tercera B con Deportes Tomé, club de su ciudad natal. Sus buenas actuaciones en la quinta categoría llamaron la atención de los veedores de Universidad de Concepción. Después de destacarse en las juveniles de los Auricielos, Cid debutó en Primera División el 5 de mayo de 2017, en un partido entre la UdeC y Unión Española disputado en el Estadio Ester Roa. Un vaivén de experiencias en menos de un año.
No obstante, ante la falta de minutos en la serie de honor, Cid partió a Segunda División en busca de sumar experiencia. En el tercer escalafón, el tomecino defendió las camisetas de Fernández Vial (2018) y General Velásquez (2019), sin lograr grandes actuaciones que le permitieran retornar en gloria y majestad a Universidad de Concepción. En 2020, tuvo su estreno en Tercera A tras ser fichado por Deportes Limache, donde, posteriormente, logró el título de haciendo una dupla de ensueño con Daniel Castro.
En 2022, Barnechea aprovechó el gran momento goleador de Cid y le ofreció sumar experiencia en la Primera B. Su rendimiento en el sector oriente de la capital le permitió regresar a la máxima categoría con Coquimbo Unido. Sin embargo, su estadía en el Puerto Pirata fue breve, sumando sólo 45 minutos en cancha. En el segundo semestre de 2023, el atacante tuvo un efímero paso por San Luis de Quillota, mientras que en la temporada pasada selló su retorno al Campanil.
La vuelta larga también es a la inversa
Phillip Araos (34) es el claro ejemplo de que la vuelta larga no siempre es de forma ascendente. En 2009, con apenas 19 años, irrumpió con fuerza en Colo Colo al debutar en Primera División con un gol frente a Rangers de Talca. El delantero, apodado el “Artillero de Macul” por sus más de 200 goles en las inferiores de los albos, prometía convertirse en una interesante figura del fútbol chileno, pero su carrera se diluyó de manera paulatina.
Ante las escasas oportunidades en su club formador, Araos fue cedido a Everton de Viña del Mar. Su paso por la Ciudad Jardín duró pocos meses y estuvo marcado por la falta de compromiso que demostraba en los entrenamientos. Luego, arribó a Coquimbo Unido, que en ese entonces competía en la Primera B, pero su estadía en el Francisco Sánchez Rumoroso pasó inadvertida. Así, de manera sucesiva, fue descendiendo de categoría en busca de un espacio donde poder reencontrarse con su mejor versión.
En 2012, Araos sólo tuvo acción en Colo Colo B, equipo que participaba en la recién creada Segunda División. Al año siguiente, se mantuvo en la misma categoría, esta vez defendiendo el escudo de Deportes Puerto Montt, aunque sin mucho éxito. En 2014, llegó lo que pudo ser su despegue. Colchagua, que militaba en la Tercera A, apostó fuerte por él y respondió con ocho goles en la temporada. Si bien su desempeño en San Fernando fue óptimo, esto no fue suficiente para que tuviese una nueva oportunidad en el profesionalismo.
En 2016, tras un breve paso por Real San Joaquín, disputó lo que sería su última temporada en la pirámide del fútbol chileno. Fue en Tercera B, vistiendo la camiseta de Buenos Aires de Parral. A esas alturas, las ganas ya no eran las mismas en el otrora Artillero de Macul, por lo que sólo pudo disputar un puñado de partidos, entre la Copa Absoluta y la fase regular de la última categoría.
La historia de Carlos Contreras (29) es similar a la de Araos, aunque no tuvo que cargar con la pesada mochila de ser el futuro crack de la cantera de Colo Colo. El mediocampista se formó en el Estadio Monumental y debutó profesionalmente en 2012 con el equipo filial de los albos, el cual se encontraba en Segunda División. Su rendimiento en el “equipo B” del Cacique permitió que se estrenara en la máxima división del fútbol chileno el 1 de marzo de 2015, en el marco de la victoria de los de Pedrero ante Ñublense por la fecha 9 del Clausura.
Sin embargo, a mediados de 2016, la nula consideración que tuvo en el primer equipo provocó que tuviese que salir de su club formador en busca de rodaje. Barnechea lo acogió en el tercer escalafón profesional, donde no sólo encontró los minutos necesarios para su progreso, sino que también consagró campeón. Al año siguiente, su carrera continuó en Primera B perteneciendo al plantel de Deportes Valdivia.
En 2018, le llegó una curiosa oportunidad: Rodelindo Román, que contaba con el respaldo económico de Arturo Vidal, armó un equipo de lujo para su estreno en Tercera B. Contreras, ayudado por su pasado en Colo Colo, se enroló en las filas de los de la Población El Huasco, donde fue el eje central de un equipo que en tres años consiguió ascender a Segunda División. A fines de 2021, el volante anunció su retiro del fútbol.