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Copa Davis: el peor bochorno del siglo o cómo Chile y Cristian Garín perdieron de golpe

Así fueron los tensos minutos y desconocidos detalles que vivió la delegación chilena de Copa Davis desde la agresión a Cristian Garín hasta que el equipo abandonó Bélgica. Una historia que todavía parece increíble y que a nadie le gustaría repetir.

Christian Garín por el suelo La caída del ariqueño tras un golpe de su rival decreta el final anticipado del match contra Bélgica. (OLIVIER MATTHYS/EFE)

El Sporthal Alverberg de Hasselt, un gimnasio de básquetbol adaptado para el match entre Bélgica y Chile por Copa Davis, tiene una capacidad para casi dos mil espectadores. El domingo 2 de febrero estaba prácticamente repleto. La barra nacional, la mayoría chilenos residentes en el país sede, Alemania, Francia y Países Bajos, no llegaba a las 300 personas. Pero alentaba ruidosamente, casi lo mismo que el resto del aforo constituido por hinchas locales.

El triunfo de la pareja de dobles belga (Sander Gille y Joran Vliegen) sobre Nicolás Jarry y Tomás Barrios le había otorgado a los espectadores belgas la tranquilidad de saber que el match, en el peor de los casos, se extendería a un quinto partido. Cuando el crédito local, Zizou Bergs, le quebró el saque en el tercer set a Cristian Garín y quedó 6-5 arriba con el servicio a su favor, el encendido público belga estalló.

La algarabía duró cerca de cinco segundos. Lo que vino después fue una sucesión de hechos inéditos en la historia de este tradicional certamen por equipos, que hizo que el mismo público que ovacionaba a su jugador, quedara perplejo.

A Bergs le había costado mucho ganar su servicio en el tercer set, por eso que cuando le quiebra a Garín, la energía contenida del belga, de 88 kilos y 1,85 centímetros de estatura, se desata. Y ejecuta una rutina que es muy común en los partidos disputados del circuito, cuando los tenistas que han obtenido una ventaja decisiva salen corriendo a su posición de descanso para cruzar frente al umpire antes que el rival. Los tenistas conocen esos códigos, son señales de entereza, una suerte de canchereo para terminar de amilanar al rival.

Bergs corre a su silla y salta eufórico; no visualiza a Garín. Que fuera un recinto originalmente diseñado para jugar básquetbol y adaptado para tenis, hace que algunos espacios queden al límite de lo reglamentario. La impetuosa reacción de Bergs se hace riesgosa por el angosto pasillo en que transita, debido a que la superficie que tenían los jugadores para caminar a sus sillas entre los games, era más estrecha de lo habitual en el circuito profesional.

Zizou Bergs golpea con su hombro el rostro de Cristian Garin. Torpeza e imprudencia.
El instante funestoZizou Bergs golpea con su hombro el rostro de Cristian Garin. Torpeza e imprudencia.

Garín, que lamentaba el quiebre, camina con la cabeza gacha, concentrado para tratar de revertir el marcador. Es en esa circunstancia que el frenesí de Bergs termina con su hombro impactando en el rostro del chileno, que no alcanza ni siquiera a esquivarlo como acción refleja.

Atónitos, exaltados e impotentes

Nicolás Jarry había terminado de hacer su calentamiento con el preparador físico cubano Duglas Cordero y estaba en el camarín preparándose para el eventual quinto partido. Observaba el partido por televisión, en una pantalla que la organización había puesto en el vestuario visitante, cuando ve el incidente. Parte corriendo desde el camarín a la cancha, porque interpreta el choque como una agresión, un acto casi de matonaje. Impedido por reglamento de ingresar a la cancha, Jarry se ubica junto al equipo chileno. Ahí, a un costado, detrás de la banca del capitán Nicolás Massú, se encuentran atónitos con la situación el encordador Exequiel Carvajal (‘Yogurt de mora’), el gerente de la Federación, Andrés Otero; el doctor Alejandro Orizola, el masajista Diego Farías, el jefe de comunicaciones de la Federación, Leo Iturra, y el kinesiólogo Andrés Pérez. Unos pocos metros más hacia el rincón estaban Hans Podlipnik y Jorge Aguilar, ayudantes de Massú, y los tenistas Tomás Barrios, Matías Soto y Diego Fernández, cuarto y quinto jugador del equipo, respectivamente, más el presidente de la Federación, Sergio Elías.

Luego del golpe de Bergs, Garín cae y queda tendido en el sector de la cancha de los belgas. Es conminado a gritos por sus compañeros chilenos a que se quede en el piso y que no se levante, porque acababa de recibir un trauma en la cabeza.

Pero ya es tarde. El chileno está conmocionado por el fuerte golpe que le ha dado el belga.
Zizou Bergs se disculpa con Christian GarínPero ya es tarde. El chileno está conmocionado por el fuerte golpe que le ha dado el belga.

Aparece en escena Carlos Ramos, el árbitro español del enfrentamiento por Copa Davis. Luego de observar a Garín que yace en el piso, lo primero que hace Ramos es decirle 'venga por favor' al médico de Chile. La decisión del juez es anómala, porque lo que el reglamento establece es que el primero que debe ingresar a atender al tenista debe ser el fisioterapeuta del match. Si después de dos minutos y medio el jugador requiere una atención mayor, el árbitro debe solicitar la presencia del médico neutral. Pero Ramos, claramente sorprendido con la situación, le pide a Orizola que ingrese.

El médico chileno le solicita al capitán del equipo belga, Steve Darcis, que le pase una toalla enrollada para que Garín tenga algo más blando donde apoyar la cabeza. Massú camina de un lado para otro, mientras Orizola examina al jugador. El capitán está enfadado con Bergs, pero nunca pierde la compostura. Les había comentado a algunos integrantes de la delegación, durante la semana, que evitaría cualquier discusión con Ramos -haciendo alusión a un incidente que tuvo con el español en el US Open de 2004, en que el chileno se salió de madre.

Orizola termina de revisar a Garín. Le comunica al resto que el ariqueño tenía una contusión en el pómulo y que está mareado, producto del golpe en la cabeza que se dio cuando cae.

Pasan unos pocos minutos de total incertidumbre, hasta que Garín se pone en vertical y se dirige a su silla. Sus compañeros observan al jugador completamente ido del partido y sus colegas chilenos en Hasselt lo comprenden. Ha sufrido un tipo de trauma al que los tenistas no están acostumbrados, ni física ni emocionalmente, como sí lo pueden estar otros atletas que practican deportes donde el roce es parte de la competición. En el tenis, nadie está preparado para recibir un golpe, menos del contrincante.

Cristian Garin en Copa Davis. EFE
Cristian Garin en Copa DavisCristian Garin en Copa Davis. EFE

En el intertanto, Ramos vuelve a hablar con Massú para expresarle que el partido debe continuar, que queda poco, que hay que terminarlo. El árbitro está preocupado porque el ambiente, que ya era ‘copero’ en ese tercer set, se ha enrarecido, y al parecer le preocupa que los ánimos se sigan alterando en la tribuna. Pero el capitán chileno es tajante y le responde que Garín no está en condiciones de seguir.

La delegación chilena le pide a Ramos que solicite la presencia del médico neutral, un facultativo belga, para que revise la condición de salud de Garín. Darcis se acerca a Massú a preguntarle cómo está el chileno. Bergs, que al comienzo le hizo gestos de al público local para que alentara, ahora baja el perfil y se queda en su lugar. Nunca se acercaría a preguntarle a nadie de la delegación nacional por el estado de Garín.

Desde el público le pasan a un miembro del equipo chileno un celular con el video del choque entre Bergs y Garín. Se lo muestran a Massú. El capitán lo observa y enfila adonde está Ramos y se lo hace ver. Testigos del episodio aseguran que el árbitro cambia de expresión, pero al cabo de unos segundos le precisa a Massú que, por reglamento, él no puede actuar por lo que exhibe un video que no se remita al juego.

Ramos solicita la presencia del médico neutral, quien baja desde la tribuna. Se dirige adonde Garín. El tenista está sentado con la toalla fría sobre su rostro. El doctor no le presta ningún tipo de atención médica a Garín. Solo le pregunta dos veces en inglés ‘¿estás bien?’, y luego ‘¿estás para jugar?’ y ‘¿cómo te sientes?’ A Garín se le escucha decir con enojo: ‘¿pero cómo me preguntas eso? Estoy aquí porque me golpearon’.

El error de procedimiento y la caída de los warnings

La incredulidad del equipo nacional es total. Esperan que el médico neutral respete el protocolo que rige cuando un jugador requiere atención y examine a Garín en el camarín, para comprobar si tiene o no un traumatismo producto del golpe o de la caída. Sin embargo, el médico neutral ,después de aquel intercambio de preguntas con el jugador, le hace un gesto afirmativo a Ramos y le informa que Garín puede seguir jugando.

(N. de la R.: El procedimiento reglamentario estipula que el médico neutral debe examinar al tenista en el vestuario o sala de atención y que deben estar presentes los médicos de cada delegación, más los capitanes y el árbitro. Si el médico neutral hubiese seguido este protocolo y dictaminado que Garín podía jugar, la posición de Chile se habría debilitado, reconocen en la delegación nacional. Pero como el médico no siguió el procedimiento, el cuestionamiento chileno fortalece la posterior argumentación ante la ITF).

Garín es "examinado" por el médico neutral al lado del árbitro Carlos Ramos.
El error de procedimientoGarín es "examinado" por el médico neutral al lado del árbitro Carlos Ramos.

Con el dictamen del médico neutral, Ramos se acerca a Garín y le insiste en que tiene que jugar. Pero el tenista le repite que no está en condiciones. El diálogo de sordos se reitera por un minuto, hasta que Garín le reprocha que ‘¿por qué si no tienes los huevos para echarlo a él (Bergs), me obligas a mí?’.

Cae el primer warning contra Garín, frente a un equipo chileno que sigue estupefacto por lo que está pasando, pero con un absoluto respaldo a la decisión de no jugar de Garín. El árbitro le comunica al umpire que también señale warning a Bergs, lo que a los chilenos los vuelve a sorprender, porque el reglamento no tipifica warning por agresión -sea voluntaria o no- a otro jugador, umpire, juez de línea, árbitro, pasapelota o público. Si es por un golpe, solo cabe la descalificación.

Al otro lado de la red, los belgas se mantienen expectantes. En Chile hay un completo convencimiento de que Garín no se debe retirar del partido, pero que si se presenta a terminar el partido en inferioridad condiciones, legitimara la postura del árbitro y la argumentación del rival de que podía jugar. Así, una posterior revisión de los hechos, será más bien un saludo a la bandera ante la ITF.

Ramos no claudica con su decisión de continuar, ante un público local respetuoso pero más inquieto con la espera, y con bastante alcohol en el cuerpo, ya que se permite el expendio de bebidas alcohólicas en el recinto. Más de un miembro del equipo comentaría después que en Hasselt se vivió un ambiente muy copero el domingo, mucho mayor incluso al experimentado en partidos jugados en China e Italia.

Un par de minutos después, cae el segundo warning (pérdida de un punto). La barra de unos 300 chilenos, ya previendo el desenlace, comienza a tapar de pifias e insultos al árbitro, mientras Garín y Massú no se mueven de su determinación. La delegación le pide a algunos hinchas chilenos que eviten entrar en disputas con los espectadores locales, pues cualquier incidente perjudicará los intereses nacionales.

Cristian Garín no entiende la actitud del árbitro. Ya es un diálogo de sordos.
Carlos Ramos insiste en seguirCristian Garín no entiende la actitud del árbitro. Ya es un diálogo de sordos.

Dos minutos después, se informa del tercer warning y el umpire declara ganador a Bergs y a Bélgica, provocando una estampida de palabrotas contra Ramos, de parte de los hinchas chilenos, y aplausos y vítores del público local, ante el festejo un poco más fervoroso del equipo europeo.

De entre esa masa de chilenos impotentes con la decisión, sobresale uno con la camiseta roja de la Selección Chilena. Iracundo, se acerca lo más que puede a Ramos, que mantenía una distancia razonable con la barra nacional, y saca de su bolsillo un grueso fajo de billetes de 100 dólares que empieza a revolotear con su mano derecha, vociferando hacia el árbitro lo que se les suele gritar a los jueces en una cancha de fútbol.

Los equipos chilenos y belgas se retiran de la cancha central. Nunca más se verían cara a cara, y menos volverían a divisar la figura de Bergs.

Revuelo mundial y un concurrido punto de prensa

Tras la decisión arbitral, la delegación en pleno se reúne en el vestuario. Garín es sometido a una nueva revisión por parte de Orizola, y Tomás Barrios con su celular aprovecha de sacarle la fotografía al rostro del jugador, con el pómulo enrojecido producto del golpe. A los pocos minutos, la imagen es subida a las redes sociales.

Prontamente, todos en el camarín comienzan a ver las masivas reacciones en sus teléfonos móviles. Cuando ven que la ITF había subido el video con una leyenda que decía “el accidental golpe”, y que a los pocos minutos había eliminado esa versión, en el equipo chileno sintieron que se le estaba empezando a tomar el real peso a la situación.

El compañero de equipo de Garín obtuvo el testimonio gráfico que recorrió el mundo.
La foto que sacó Tomás BarriosEl compañero de equipo de Garín obtuvo el testimonio gráfico que recorrió el mundo.

Lo que más impresiona, sobre todo a los jugadores, es que tenistas como Nick Kyrgios y Mardy Fish, leyendas como Martina Navratilova, y otros colegas sudamericanos aparecen criticando la determinación arbitral y manifestando apoyo a Chile. Ahí se comienza a sopesar que el incidente tiene una impensada repercusión mundial. (N. de la R.: Durante la cena del sábado, justamente se había comentado lo sucedido en el match de Francia con Brasil, donde un fallo arbitral perjudicó abiertamente al jugador sudamericano Seyboth Wild en favor del galo Arthur Fils).

Garín continúa muy enfadado. Insiste en que el partido estaba abierto para ambos y que sentía que lo podía ganar previo al descalabro de Bergs. Desde Chile, Miguel Ángel Mujica, presidente del COCh, se contacta para ofrecer toda la ayuda que se requiera, anuncia que sacarán una declaración oficial y pone a disposición de la Federación de Tenis el equipo legal de la institución olímpica.

La decisión del equipo es apurar la conferencia de prensa. Si bien el orden establecía que fuera el equipo chileno el primero en hablar, se quiere minimizar los riesgos de que salgan los belgas a dar su versión primero, por lo que se dispone que se presente todo el equipo. A todos se les instruye que en el relato de los hechos y en los comentarios personales sean cuidadosos de no calificar lo acontecido como si se tratara de un delito, o sea, que no hablaran de “robo arbitral”.

El árbitro, quien también es responsable de la realización de las conferencias, afirma que no puede asistir el equipo chileno en su totalidad. Finalmente, se define en el vestuario que se presenten Massú, Garín, Barrios y Jarry. La presencia del dobles nacional también es motivo de debate con Ramos. El juez sostiene que no debían estar porque no habían tenido participación en el cuarto single. Sin embargo, al árbitro se le precisa que la pareja no había dado su punto de prensa luego de perder el partido, ya que tanto Jarry como Barrios eran jugadores elegibles para el quinto punto, y no habían tenido tiempo para declarar porque debían ir a prepararse. Además, para evitar cualquier multa o sanción -se le subraya a Ramos-, el dobles también haría declaraciones. Al árbitro español no le agrada, hace saber que no es necesario, pero debe acatar la decisión nacional porque se ajusta al reglamento.

A la salida del camarín, rumbo a la sala de prensa, la delegación se encuentra con cinco guardias de seguridad apostados en el pasillo. Más de uno en Chile, en esos momentos de tensión, interpreta dicha presencia como una señal de amedrentamiento de parte de la organización, que había sido extremadamente cordial con los representantes chilenos. Pero como no había habido ningún amago de intimidación de parte del público en los instantes más álgidos del impasse, enviar a los agentes no se justificaba.

A la prensa local, cerca de una decena de reporteros belgas, se le comunica que dada la relevancia que tenían los hechos para Chile, la conferencia no comenzaría en inglés, sino que en español. Los reporteros nativos, recuerdan los numerosos testigos de la delegación nacional, entienden muy poco lo que los chilenos dicen, pero quedan impresionados por cómo gesticula Massú cuando habla. Hasta que les toca el turno de hacer las preguntas en inglés, y se cercioran que las respuestas del capitán en el otro idioma, son igual de enfáticas.

Nicolás Massú despliega su habitual capacidad de expresión.
La conferencia de prensaNicolás Massú despliega su habitual capacidad de expresión.

Minutos después de la conferencia nacional, se conoce la versión de la ITF. A través de un vocero oficial, confirma la victoria del equipo belga por no presentación de Garín en el juego final de su partido con Bergs. Poco antes de que el equipo chileno abandonara el recinto, el presidente de la Federación belga se reúne con Sergio Elías para saludar y presentar disculpas formales por el desenlace del match. Aquel encuentro directivo, más una llamada telefónica que recibiría el domingo por la noche Massú del capitán Steve Marcis, para conocer el estado de Garín y lamentar el abrupto término, serían las únicas manifestaciones de los belgas post partido hacia sus rivales.

El equipo local haría su punto de prensa cuando el equipo chileno ya se trasladaba al hotel. En su turno, los belgas se remiten a que el árbitro estimaba que Garín podía jugar y que no lo hizo. Bergs asume que cometió una imprudencia, pero que el golpe no había sido tan violento y que Garín lo había exagerado. De ese libreto estudiado, el equipo europeo no se sale.

Salón ajeno, pizzas y despedidas

El regreso en una van al Hotel Radisson Blu, que hospedaba a ambos representativos, dura diez minutos aproximadamente.

La delegación se va directo a uno de los salones privados del segundo piso del hotel, especialmente reservado para los equipos de Copa Davis. A los pocos minutos se dan cuenta que ese salón estaba destinado a Bélgica, pero nadie hace ni el amago de moverse. Los empleados del hotel comprueban con algunas caras nacionales que tampoco había ánimo para acceder a cambiarse al salón que le correspondía a Chile.

Son pasadas las 21 horas del domingo en Hasselt y el restaurante y la cafetería del hotel habían cerrado. Se tenía planificado volver a cenar al restaurante, pero la jornada se extendió más allá de lo pensado. Se cumple el plan B: pedir una decena de pizzas por delivery.

En el salón, casi todos comienzan a revisar sus celulares y no terminan de sorprenderse del revuelo internacional. Recién en ese instante, decanta la tensión acumulada y algunos integrantes esbozan sonrisas y dejan caer las primeras tallas. Massú continúa repitiendo que no podía creer lo que había sucedido y Garín conserva su cara de frustración por no haber podido en cancha revertir el resultado con Bergs.

Fue durante ese lapso, que la Federación Chilena de Tenis redacta un durísimo comunicado narrando los hechos que había vivido, como también se escribe la carta al presidente de la ITF, con un petitorio y exigencias varias, que se enviaría a la mañana siguiente.

Al equipo belga se le escucha a lo lejos llegar al hotel, pero nadie tiene ganas de asomarse al pasillo. Luego de comer, el grupo se disgrega. Algunos jugadores, los que no deben partir de madrugada, se quedan jugando al cacho en el salón. Otros se van a dormir unas pocas horas a las habitaciones ubicadas en el sexto y séptimo piso del Radisson Blu.

Garín, quien había sido el primero en llegar a la ciudad belga de 90 mil habitantes una semana antes, es también el que inicia el éxodo desde el hotel, a las 3 de la madrugada del lunes. A las 06:00 horas pasarían a buscar a Massú para llevarlo a Rotterdam, donde debía estar presente para ver el debut de su dirigido, el tenista polaco Hubert Hurkacz. A las 7 de la mañana, el resto del equipo se marcha a París. En la estación de ferrocarriles algunos integrantes de la agotada delegación de Chile se topan en la cafetería de la Hasselt Station con el árbitro Carlos Ramos. Está solo. Bebe un café amargo.