Sudamericano de Mar del Plata, la semana pasada, Grand Prix Orlando Guaita, este viernes 2 de mayo. En ambos, Ivana Gallardo (31) confirmó su gran momento deportivo. Bicampeona reciente de los torneos subcontinentales indoor y outdoor, ahora la lanzadora nacional tiene una nueva meta: batir su propia marca.
Solo han pasado cuatro meses del año y la atleta nacional ya cuelga dos oros. El primero, el pasado febrero en el Sudamericano Indoor de Cochabamba, y el segundo, el reciente Sudamericano Outdoor en Mar del Plata.
“Me esperaba ganar (en el Sudamericano) porque estaba como primera del ranking y uno se lo toma con más calma. Pero también es bonito acordarse de todo lo que a una le costó por llegar ahí. Entonces, trato de conectar con ese sueño más de niña chica y decir como ‘mira dónde estoy ahora’”, evoca la lanzadora, en conversación con En Cancha Prime.
Recuerda la primera vez que se subió a un podio. “Fue en 2021 con un bronce. Y en 2023 gané el primer oro y ahí lloré mucho. La emoción fue demasiado grande y ahora como que un poco venía a revalidar mi título”.
- También te podría interesar: Martina Weil: “Esta temporada en torneos indoor me ha generado confianza, un yo sí me la puedo”
Si bien la reciente medalla estaba entre sus objetivos, también se refiere a otros más concretos, “como revalidar la beca, poder clasificar al Mundial de Tokio, en septiembre. El Sudamericano suma muchos puntos y además, el campeón tiene cierta preferencia; si no hay ningún sudamericano que te supere, clasificas automáticamente. Yo estoy clasificando por el sistema tradicional, pero en el fondo, eso también te da cierta tranquilidad de que hay un cupo asegurado para Sudamérica”.
Con todo lo vivido hasta ahora, Ivana considera que si bien está en su mejor momento deportivo, “tengo una espinita de mejorar mi marca. No la he mejorado desde el 2023 (17.91 metros). He estado ahí todo el rato, muy cerca. No han salido por cosas que, de repente, no sé, un pequeño error técnico en las competencias. Nunca he estado tan consistente en mi vida”.

Ivana de niña y su referente: Natalia Ducó
En más de una ocasión, Ivana ha dicho que sus logros han sido más por el esfuerzo que un talento propiamente tal. “Estaría mintiendo si digo que no tengo nada de talento. Sí fui una niña que destacó, pero no de forma extraordinaria. Como, por ejemplo, Natalia Ducó”.
Recuerda cuando tenía 14 años y le preguntaron cuánto quería lanzar: “Lanzaba ocho metros y dije 18. Me dijeron que estaba loca. Que era imposible. En ese minuto, yo medía 1,68 (cm). Todas las lanzadoras de bala que lanzaban 18 metros medían por lo menos 1,80 (cm) para arriba. Entonces, me da mucho orgullo y me da mucha felicidad el poder decirle a esa niña chica, que está al lado de cumplir lo que se propuso”.
Ella dice no saber si es una referente, pero sí destaca la importancia de tenerlas. “Cuando era chica había muchos prejuicios en relación al deporte femenino. Jugaba a la pelota, era de hombre. Jugaba básquetbol, era de hombres. Y yo necesitaba jugar. Era muy hiperactiva y me gustaba mucho el deporte. Entonces, cuando tú no tienes referentes, te sientes el bicho raro y en realidad estás haciendo algo que es extraordinario”.
Hoy, además de poder ser un ejemplo para niñas en el deporte, también les entrega directamente sus conocimientos. Ivana es actualmente profesora de Educación Física del Colegio Sagrados Corazones de Manquehue y además, entrena a niños y niñas en lanzamiento de bala y disco. “No sé la percepción que tienen las niñas, pero yo me planteo actuar de buena forma y si una niña me pide una foto, que me pasa cada vez más en los campeonatos escolares, me pasa de ser amable y dar una palabra de aliento. Creo que es muy importante para los niños”.
Más allá de dedicarse a ello, destaca la importancia de transmitir el deporte en los más pequeños. “Una persona que se desarrolla en una carrera deportiva, independiente de si es exitosa o no en el alto rendimiento, genera una disciplina que te va a ayudar en todas las áreas de tu vida. Y creo, que ese valor que te entrega el deporte, es muy importante, y debe esparcirse en toda la comunidad, a las niñas y niños. Trato de que esa sea mi manera”.
París 2024 y Los Ángeles 2028
El año pasado, Ivana tuvo su primera participación en la máxima cita mundial del deporte. “Decimoctava del mundo con 17,47m. Muy feliz de estar dentro de mi nivel en mis primeros Juegos Olímpicos, ése era mi primer objetivo y estoy satisfecha de haberlo cumplido, porque costó muchísimo. Es un paso importantísimo en mi carrera y estoy muy emocionada por lo que acabo de vivir”, reza en su publicación de Instagram sobre ese acontecimiento, con la foto en el Stade de France.

Admite que no era muy activa en sus redes sociales, pero que justamente hace poco las estaba revisando y vio que publicaba hitos, más que todo. “Me fijaba en lo que puse, por ejemplo, para el Mundial de Beijing, después de Budapest y como que iba avanzando pasito a pasito en la forma de competir. Me fue mal en esos mundiales, pero rescataba algo como para avanzar”.
Pero esto no siempre se condice con la percepción general. “Nosotros los chilenos somos secos para decir ‘a este gallo le fue pésimo. No hizo nada’. Pero no los culpo. Yo creo que hay cierta ignorancia en lo que es el deporte competitivo. Lanzar 17,47 (m), que es lo que hice en los Juegos Olímpicos, no es lo mismo que lanzar acá, por ejemplo, en San Carlos de Apoquindo. Y tú dices, claro, quedó 18 y la gente espera una medalla. Pero soy la 18 del mundo. No es menor”.
Y como en cada paso que ha dado, en Ivana está en vivir la segunda experiencia de unos Juegos Olímpicos. “Yo creo que mientras me mantenga a nivel mundial, porque el atletismo tiene mundiales cada dos años, lo más probable es que Los Ángeles sea un objetivo súper alcanzable”.
Para ese entonces, tendrá 35 años. “El peak de los lanzamientos son 36, 35, 34, dependiendo del atleta. Puede ser incluso 37, 38. Pero creo que ahí uno lo va viendo año a año. Así que nada, yo feliz de participar en Los Ángeles, así que voy a trabajar mucho por eso y ojalá que me vaya mejor de lo que me fue en París, que ya quedé bastante contenta con mis resultados”.
No descarta proyectarse para los Juegos Olímpicos de 2032 en Brisbane, Australia. “Es una posibilidad. Tendré 39 años y muchos atletas lo han hecho, incluso llegando a competir hasta los 43 ó 42 años. Como me gusta el atletismo ahora, yo te diría que sí voy, pero hay que evaluarlo en ese minuto”.
La opción de un retiro la ve lejana, ya que lo asocia más a una motivación personal que al cansancio. “Una vez escuché a un psicólogo deportivo que hablaba de cuándo retirarse. Decía que no había que hacerlo cuando estás viejo o cansado, sino que cuando ya te deje de gustar, encantar o pasarlo bien”.
Entiende que muchos deportistas de alto rendimiento sí lo consideren tempranamente. “No los culpo. Ser deportista de alto rendimiento es demasiado complicado y muy difícil, muy sacrificado y todo, pero yo también lo veo como una suerte”.

“Para mí, es un regalo poder entrenar todos los días en el alto rendimiento. Entonces, no sé si lo veo tanto como un sacrificio. No quiero decir que no he pasado momentos difíciles, pero para mí es una oportunidad tremenda. Es algo que disfruto y lo gozo todos los días”.
Su próximo desafío: superar su marca
Más que un título traducido en medalla, para este año Ivana busca uno a nivel personal. “En estos torneos que quedan de preparación para el Mundial, es netamente buscar lanzar bien y hacer el mejor lanzamiento de mi vida. ¿Cuándo va a salir? Creo que da un poco lo mismo. Yo creo que el objetivo, por lo menos hasta el Mundial, es buscar lanzar más lejos”.
“Cuando superé mi propia marca, tuve un salto bastante importante. Mi media era 17,30 metros. Hoy estoy lanzando en la mayoría de los torneos sobre 17,50m y ya me he metido por sobre el 17,78m este año. Así que espero que en el algún minuto salga mi mejor marca. Ojalá pasar la barrera de los 18 metros. Trato de no pensar mucho en eso, pero sería la idea. Sería como un broche de oro al buen momento que estoy pasando”.