El “último 10” que ha pasado por Universidad de Chile, reseñan algunas publicaciones sobre la figura del volante argentino Walter Damián Montillo (40). Si bien con la U solo pudo dar la vuelta olímpica del Apertura 2009, sus dos períodos en el club universitario son recordados con absoluta claridad por los hinchas, en especial el primero, con aquella Copa Libertadores 2010 cuando los azules llegaron a semifinales.
El inesperado retiro del fútbol de Montillo a comienzos de 2021, con un cierre de temporada 2020 en Universidad de Chile no del todo feliz debido a roces con la parte directiva, dio paso a una definición de su futuro profesional que tuvo un paréntesis literario tras publicar “Carlitos Cachaña”, un libro infantil. Pudo más, al final, su deseo de seguir ligado al fútbol, pero básicamente enfocado en el desarrollo de los jugadores, para encauzar desde su labor de agente lo que aprendió dentro y fuera de la cancha.
-¿Por qué elegiste ser representante de futbolistas, y no entrenador o gerente deportivo de algún club?
Hice el curso de director deportivo, es algo que me gustaría hacer en algún momento. Tengo la particularidad de haber tenido un solo representante en mi carrera (Sergio Irigoitía), él es como un padre para mí. Cuando se estaba acercando mi retiro, empecé a pensar qué era lo que me gustaba. Y el acompañamiento de los jugadores que hace un buen representante, la formación de los jóvenes, ayudarlos, darles herramientas para lo que viene a futuro, me atrajo. Y conversando con Sergio tenía ganas de meterme en este mundo sabiendo que no es fácil. Pero como mi relación con él fue y es muy buena, la idea es poder hacer lo mismo con algún chico, ojalá que con todos, que sea representado por la empresa.
-Muchas veces el rol del agente es mal visto. ¿En qué puede beneficiar a un jugador el rol del representante, y en contrapartida, en qué lo puede perjudicar?
Yo tengo una frase que apliqué desde joven: las cuentas claras conservan la amistad. Mi idea es que el jugador sepa todo. El futbolista tiene que saber desde el comienzo lo que hace su agente, por lo menos esa fue mi experiencia y lo que trato de hacer. Nosotros tenemos a los chicos con nutricionista, con un sicólogo deportivo, por si alguno lo pueda necesitar, y no es que seamos los únicos, porque varios más lo hacen. Pienso que la transparencia es la clave. Después, son ellos los que juegan, y te la pueden hacer más fácil o más difícil, si juegan bien o si no están rindiendo. Pero el punto de partida es que tengan confianza en uno. Pueden haber buenos o malos -no digo que haya malos-, hay distintos métodos de trabajo.
-Los representantes hoy influyen notoriamente, más todavía si deben muchas veces definir las inversiones a futuro de su representado.
Claro, imagínate que los jugadores están confiando una parte muy importante de sus vidas, que es lo económico. Es tan corta la carrera de los futbolistas y de los atletas profesionales, para no quedarse solo en el fútbol, que deben tratar de hacer una diferencia económica para el día de mañana elegir lo que quieren hacer. Todos hablan maravillas de que la vida del futbolista es hacer lo que les gusta, sí, concuerdo, pero los chicos dejan muchas cosas de lado. Una de ellas es, lamentablemente, los estudios, porque muchas veces no van de la mano con el fútbol competitivo, que cada vez hace debutar a los jugadores más y más jóvenes. Y si bien ahora las carreras de los futbolistas se han alargado, igual puedes retirarte a los 37, 38 años y por ahí si no tienes ningún tipo de estudio, y no te fue bien en la parte económica, va a ser muy difícil insertarse en la vida laboral.
La lentitud, un factor en contra
-Estás radicado en España ahora. Con tu actual óptica, ¿cuál característica distintiva ves en el jugador chileno que lo haga apetecible para el mercado europeo?
En todas partes hay buenos jugadores, lo que cambia es la dinámica en el juego. En Chile de pronto los partidos son más lentos que en otros países, y eso te hace una diferencia muy grande. En una época los chicos chilenos que vinieron a Europa físicamente eran ‘animales’; (Arturo) Vidal, por ejemplo, es un tipo dotado en la dinámica del juego. En España se fijan mucho en ese aspecto. Que en Chile se juegue lento, evidente que conspira a que salgan más jugadores a Europa. (Darío) Osorio salió ahora, y fíjate en su físico: delgado, buena estatura, zancada larga, en dinámica parecido a Di María, con un ida y vuelta importante, técnicamente muy bueno. Creo que el fútbol mundial está buscando eso, es una tendencia que no solo recae para el jugador chileno.
-Mucha gente criticó que Osorio se fuera a jugar a Dinamarca, pero parece que es el paso adecuado para después llegar a un liga top. Está el caso opuesto, de Damián Pizarro, que llegó a Italia directamente y no ha podido jugar. ¿Cuál es tu criterio respecto de dónde es mejor llegar, si a una intermedia para adaptarse un tiempo o a la máxima exigencia inmediatamente?
Sacando a los monstruos-monstruos, la gran mayoría parte de un escalón más abajo. Y eso sucede en todas partes. Cuando llevás a un chico argentino a Chile, por lo general va a un cuadro de medianía de tabla y después, si resulta, pasa a un grande. Paulo Dybala fue al Palermo primero, por ejemplo. Pero todos lo asocian a la Juve o a la Roma, ahora. El Cuti Romero también, hoy lo vemos en el Tottenham, en la Premier League, pero a Europa entró por el Genoa y después siguió en el Atalanta. Lo de Osorio yo lo veo perfecto. Porque si es verdad que lo están siguiendo del Liverpool, yo lo vería complicado para él si saltara de la U a la Premier League. Además que te empezás a acostumbrar a la mentalidad del europeo, al idioma, a otras cosas menos tangibles.
-Varios entrenadores me han comentado que los chicos chilenos maduran tardíamente porque la estructura del fútbol en Chile no les da lo que necesitan, acompañamiento, alimentación, mejor entrenamiento, incluso la de los clubes grandes.
En Chile, los equipos grandes son muy pocos y el gran caudal de jugadores se va a probar a esos clubes, y después los descartados van decantando a otros. Debe ser complicado también para los clubes más pequeños capturar jugadores de talento que lo único que quieren es irse a los grandes. En Argentina es distinto porque hay más clubes. Pero más allá de eso, hoy todos los clubes están obligados a entregarles las herramientas a sus jugadores, para que vean el tema físico, alimentario, el estudio, el manejo en las redes sociales, por ejemplo. Hay que entender la idiosincrasia de los países. Aquí en Europa al chico se le insiste hasta el cansancio con el estudio, en Argentina, el niño a los 4 años de edad ya quiere ser futbolista profesional. En Chile es diferente. Me acuerdo haberlo hablado con (Ariel) Paolorossi, el captador que estuvo en Colo Colo, y coincidíamos en algo: en Chile lo que falta es el baby fútbol competitivo. En Argentina, a los 4 años, los niños ya están compitiendo. Si no lo tienes, empezás a jugar a los 8 o 9 años. Das 4 o 5 años de ventaja. Puede ser una tontería lo que estoy diciendo, pero para mí es fundamental, porque estás jugando con público que te grita y le querés ganar al rival, y además te da la técnica de jugar en espacios reducidos, de tomar decisiones con rapidez.
“Assadi tiene un futuro brillante”
-¿Cómo ves el recambio de la Selección Chilena, que tanto está costando? ¿Lo ves como algo normal?
Esa generación dorada estuvo durante muchísimo antes jugando en los mejores clubes de Europa o en equipos grandes. El 75 por ciento de ese equipo jugaba en equipos de primer nivel europeo. Entonces ese plus se notaba cuando ibas a jugar con otras selecciones sudamericanas. Cuando tenés en un plantel de selección a jugadores que juegan en un nivel superior, van a marcar diferencias. El recambio de esas figuras necesita también crecer, necesita tener roce. Hablábamos de Osorio o Assadi, Lucas, que es un chico joven, que para mí tiene un futuro brillante. Si les pasas la posta a ellos, con la corta edad que tienen, y le transfieres que todo el recambio generacional pase por ellos, es muy difícil. No sé cuánto va a demorar eso, ojalá dure poco porque Chile es un gran país, bueno, mis hijos son chilenos, y es feo que estén pasando lo que están pasando. Teniendo, además, un técnico argentino como (Ricardo) Gareca, que es un tipo serio, que sabemos que trabaja bien. Ojalá que le den tiempo porque no va a ser de un día para otro.
-Sí, porque Chile ha cambiado sistemáticamente de entrenador, y parece que por ahí no se resuelve el problema.
Sí, pero en Argentina también, cuando no encontraba el rumbo y todos estábamos nerviosos y esperábamos ese recambio; demoró un poco, no fue rápido. Porque desde el 2014 hasta que llegó (Lionel) Scaloni hubo 6 o 7 años de espera. Y bueno, los chicos fueron creciendo. Si te ponés a mirar, Julián Álvarez, por ejemplo, cuando era pequeño tenía fotos con Messi con la camiseta de Argentina. La diferencia es que en Argentina te aparecen jugadores debajo de las piedras. Ese es el tema. En Chile es otra cosa, no es que todos los años sus jugadores saltan a Europa. Tienen que saltar a Argentina, que lo están haciendo, y bien, porque ese roce lo van a ayudar a dar el siguiente salto.
-Hoy para el jugador chileno parece que Argentina y Brasil es el paso más lógico para seguir desarrollando una carrera, ¿no?
Sí, porque además del roce, hay que ver que no todos los chilenos tienen ciudadanía europea. Yo llevo dos años en España. Acá usan dos extranjeros, nada más. Y tienen un convenio con los africanos, que no les ocupan esa cuota de extranjero. Si no tenés la ciudadanía, está siendo muy difícil. En Chile, por lo que vamos conociendo y trabajando, casi nadie tiene la descendencia europea, entonces hay que ver otras alternativas.
-¿Ves bien a Carlos Palacios para Boca Juniors?
Es difícil dar un pronóstico. Es un muy buen jugador, que llama al juego, que le gusta tener la pelota y que tiene personalidad. Después el mundo Boca, yo no jugué ahí, pero no debe ser fácil. Boca viene de unos años que le pegan bastante, Palacios va a tener que asumir una responsabilidad muy rápido. Pero lo bueno es que llega para hacer una pretemporada, jugar unos amistosos, le va ayudar a posicionarse para el torneo.
“Llamé a Álvarez para felicitarlo”
-¿Cómo viviste la definición del fútbol chileno? Sabemos que tenías un candidato...
No lo pude ver en vivo, pero lo iba siguiendo a través de (Joaquín) Larrivey. Pero triste, porque me considero hincha de la U, es un club al que quiero mucho, que me ayudo muchísimo en mi carrera y tengo memoria. Fue triste por cómo se dio, en tu casa, con 45 mil personas y lo tenías (el triunfo). Después en el gol anulado, con esa falta que para mí no existió, porque el jugador magnificó. Hablé con el gerente deportivo y lo felicité, porque la U hace tiempo que no peleaba arriba, y en los dos torneos; va a ir nuevamente a la Libertadores, entonces no hay que dejar de lado que el trabajo de Gustavo (Álvarez) fue extraordinario.
¿Hablaste también con Gustavo Álvarez?
Sí, lo llamé para felicitarlo, porque no es fácil salir campeón con Huachipato, llegar a un club grande y nuevamente volver a pelear arriba. Y ser campeón de la Copa Chile. La U no puede dejar de lado que este año volvió a disputar un título, ganó otro, venció en el Monumental después de muchísimos años. Hay que poner los pies sobre la tierra.
A propósito de Larrivey, a quien representas. Ya se despidió de Magallanes. ¿Va a seguir jugando? ¿Suena el teléfono para preguntar por él?
Larrivey es un tipo al que todos lo conocemos. Es un profesional que se prepara muy bien. Y, además, es un goleador. Un tipo así, mientras siga haciendo goles, va a querer seguir jugando, más todavía si en Magallanes jugó casi todos los partidos y la cantidad de goles fue impresionante. Él es alguien que tiene mercado, además que, no sé qué mes, le va a salir la ciudadanía y no va a llenar cupo extranjero. Creo que es una gran oportunidad para los clubes chilenos. No porque yo lo represente, sino porque es mi amigo y quiero que le vaya bien. Cuando llevas a ‘Larry’ a un club, yo lo viví con él, estás tomando un combo: juega mucho, hace goles y, fuera de la cancha, te arrea a los más chicos. Es un tipo muy positivo para el vestuario. Le sobra para jugar en Primera división. El teléfono suena, no hay nada concreto, porque se fue de vacaciones, pero él quiere escuchar qué hay.