Cheché Vidal (65), Juan José Vidal, estuvo de paso por Chile, invitado por el Centro de Estudios del Deporte (CEDEP) para la primera versión de la Feria del Libro del Deporte. Su nombre se escribe con mayúsculas entre los especialistas mundiales de desarrollo digital, mientras que los aficionados al fútbol en general lo recuerdan vagamente como un seleccionado venezolano que estuvo en la Copa América de 1979 y participó en los Juegos Olímpicos de Moscú.
Su trayectoria deportiva es restacable, pero la profesional es asombrosa. Fue seleccionado juvenil desde los 14 años. Debutó como profesional antes de cumplir 18. Cuando fue a negociar un mejor contrato, se dio cuenta que nunca podría ganar lo que aspiraba. Abandonó su país y, sin saber inglés, partió a EE.UU., “a educarme” y a jugar por la Universidad de Boston, mientras aprendía el idioma. Ingresó a estudiar ingeniería, se graduó e hizo una maestría en biomecánica y tecnología aplicada al deporte. Volvió a Venezuela para insistir en el fútbol profesional. “Pero mi cabeza ya estaba en otra parte”, recuerda. Retornó a Estados Unidos para dedicarse a lo que había estudiado.
Con poco más de 30 años, postuló para integrarse el Comité Organizador del Mundial USA'94 y resultó seleccionado. Se hizo cargo del departamento de tecnología y telecomunicaciones desde cero. Cuando Olivetti se alejó de FIFA e IBM no quiso asociarse al evento, Cheché debió crear y comercializar una nueva plataforma de comunicaciones. Levantó 50 millones de dólares en sponsors y contrató 2 mil trabajadores que operaban remotamente.
Estaba en pleno desarrollo del sistema de información del Mundial cuando, a fines de 1993, lo contactó un científico que prestaba servicios para el Pentágono. Le dijo que había escuchado del modelo que pensaba implementar para USA'94 y le presentó Mosaic, el primer navegador que mostraba imágenes en línea con el texto, herramienta clave para que la World Wide Web y la Internet en general se masificaran, ya que integraba multimedia como textos y gráficas.
“Fuimos los primeros en el mundo, y le discuto a cualquiera que me quiera rebatir, en hacer una demostración pública en la red para un evento de nivel mundial. Ni la Casa Blanca tenía web site. Montamos la plataforma con Mosaic en dos meses”, precisa Cheché, a esa altura convencido de que USA'94 pasaría a la historia más por su desarrollo telecomunicacional que por lo deportivo. No estaba equivocado.
La historia de FIFA.com
Cuando Cheché creó el primer portal oficial de un Mundial (USA'94.com), que sirvió básicamente como plataforma para el proceso de acreditación, se dio cuenta que no había punto de retorno. Convenció a los sponsors tecnológicos y a Michel Platini de repetir la experiencia para Francia ’98, y persuadió a la FIFA para que, después de ese Mundial galo, creara un departamento de tecnología para las siguientes copas del mundo. Le compraron la idea y le ofrecieron trabajar para la FIFA, pero no quiso.
El futbolista-ingeniero venezolano tenía claro el plan. Corría 1995 e iba a fundar su empresa propia y venderle la idea desarrollada y en funcionamiento. Pero para convencer al jerarca Joao Havelange y su acólito Sepp Blatter que el portal web institucional online de FIFA era el futuro, había que ser innovador. Programó una conferencia telefónica transcontinental en la que les mostrarían, a través de dos laptop en cada lugar, una fotografía: el retrato de Havelange. Cuando por la pantalla del computador de la sede en Suiza apareció el rostro del brasileño, cuenta Cheché, “Havelange se voltea hacia a Blatter y le dice: ‘Tenemos que hacer esto’”.
Cheché recibió una carta de intención de FIFA que nunca se transformó en contrato, pero fue suficiente respaldo legal para que de su bolsillo invirtiera en implementar, con todos los derechos, el sitio con el dominio FIFA.com. “Fue difícil negociar con los sponsors de FIFA para que auspiciaran el sitio, que además había empezado a abarcar Conmebol, Concacaf y otras confederaciones. Ellos no entendían lo que era internet. Conseguí que FIFA me pagara por la mantención y alimentación del contenido del sitio. Pero aparecieron Yahoo, Google y otros monstruos con muchas ganas de quitarme el sitio, hasta que me agoté de los tira y afloja, y decidí vender en 1997”.
-¿En cuánto le vendió FIFA.com a FIFA?
En decenas de millones de dólares. Para mí, un regalo, porque hoy vale miles de millones de dólares. Pero para FIFA, en ese momento, el monto de la compra fue considerado ‘muy alto’. Después del acuerdo les decía que lo mío había sido una contribución al fútbol, pero ellos no lo entendían. Se demoraron diez años en comprenderlo, y todavía nadie de FIFA me lo agradece.
Su nuevo proyecto revolucionario
Cheché está ahora en otra. Abocado a disfrutar una familia de la que durante largos años estuvo alejado, vive en Miami y trata de estar lo más posible con su esposa y dos hijos, ambos profesionales ligados a la tecnología. El menor, por lo demás, está involucrado en el nuevo proyecto del pionero tecnológico venezolano: dribbli.com
-¿De qué se trata dribbli.com?
Lo que quiero hacer es una plataforma para ayudar a gestionar cualquier organización del deporte. Dribbli.com se define como una plataforma de aplicaciones web y móviles de colaboración social o crowdsourcing, orientada a los participantes, desarrolladas para ayudar, digitalizar y conectar comunidades deportivas. La idea es que en la medida que comienzas a usar dribbli, esa comunidad se digitaliza en una red social en la que todo lo que suceda dentro de ella, persiga la máxima excelencia de cada participante individual. Dos tercios de la población juvenil de Chile o Argentina, por ejemplo, juegan al fútbol o a algún deporte. ¿Dónde pueden buscar sus datos esos niños? En ningún lado, porque aunque estés en una liga o en una asociación, no te dan los datos.
-Estamos hablando de acopiar el historial de juego de cada participante, o algo parecido.
Claro. ¿Qué niño o joven hoy recibe su historial de datos de una liga, por ejemplo? Facebook lo hace, pero en otro sentido. Tu historia ya la tiene, si perteneces a Facebook; LinkedIn, a otro nivel, también. ¿Cómo es posible que no haya ninguna red social que siga la vida deportiva de cada persona que compite de algún modo? El futbolista o basquetbolista tiene que pedirle por favor a alguien de la federación o de la liga que le consiga su historial y lo valide como jugador. Entonces, esta plataforma está creada para entregar estas herramientas en el mundo digital para toda asociación con una gobernanza reconocida socialmente. Partimos de abajo hacia arriba, primero del equipo, luego del club, la competición, la asociación y, si está federada, la federación. Este cosmos de organizaciones asociativas están emuladas con portales, empezando por los tres esenciales: la competición, el equipo y el club.
-¿Cómo funciona dribbli.com en la práctica?
Muy simple: un club que empieza a usar nuestra plataforma digitaliza al equipo para que lo comience a administrar el entrenador, los jugadores y todos los que estén integrados a la comunidad. Toda la información que se genera, cada individuo, en cualquier rol, estará en la palma de la mano a través de dribbli. Esto es como cuando uno entró por primera vez a un portal y pasó a una red social. Comenzaste saludando a alguien que conocías, intercambiando una fotografía, por ejemplo, y luego te integraste a un todo. Es igual a como funciona el deporte, que al final del día es una sociedad donde cada uno cumple un rol y va aportando información para generar resultados más eficientes. Nosotros le llamamos un crowdsourcing.
-¿Cada club tiene que pagar una admisión para estar en dribbli.com?
No, para jugadores y clubes es gratis. Si la asociación o liga es capaz de digitalizar bien el volumen de información que tienen sus competiciones, va a ser capaz de generar sponsors para estar dentro del portal. Y en la medida que la red crezca, las organizaciones a nivel nacional también podrán comercializar sus auspicios y nosotros, como administradores generales de la red, también venderemos sponsors de calidad. Todo esto con el objetivo de que las organizaciones de base cada vez paguen menos o muy poco para incorporarse a esta red. Esto es lo mismo que cuando un youtuber que tiene una comunidad o público cautivo, digitaliza sus contenidos para que los vean y, a su vez, para obtener auspicios. Las marcas que lo auspician lo harán porque quieren llegar a esa comunidad. Imagínese una liga que congrega a una comunidad y que digitaliza la información de sus clubes y jugadores. Tendrá una comunidad que alimenta sus contenidos, que pueden ser muy interesantes para los auspiciadores.
-¿Cómo se va alimentando la data?
El director de la competición informa el partido, el árbitro va colocando la información estadística del mismo y los jugadores aportan sus datos. Toda esa contribución de miembros de la comunidad es lo que genera la data. Al igual que como lo hice en FIFA.com cuando comenzó, el oficial de competición es el árbitro y en la aplicación le daremos las herramientas para que ingrese la data. Hoy las federaciones emplean el sistema Comet, avalado por FIFA, donde se ingresa una data que la mayoría de las veces no es transparente, no se conoce salvo para los miembros de esa federación. En dribbli.com la información estará abierta, será limpia y transparente. Y los árbitros de competiciones que hoy llenan planillas de papel, harán lo mismo pero digitalmente en dribbli.com. Hay que tener en cuenta que dentro de la industria, lo que conocemos como deporte profesional solo representa el 20 por ciento. El resto también es deporte, pero no tiene una red que lo integre. Nosotros hemos partido desde abajo, atacando las ligas comunitarias.
-Hay un concepto de juego limpio que la plataforma pretende incentivar. ¿Cómo piensa hacerlo?
La plataforma está hecha para auspiciar e incentivar la buena administración de competiciones de asociaciones, equipos y clubes. Y eso lo vamos a hacer midiendo y comparando actuaciones en los tres niveles, como también en la gestión deportiva. Esto funciona con el mismo principio de las redes sociales, la asociación a esta plataforma es libre. Queremos combatir lo que consideramos malo, por ejemplo, que se tenga cada vez que pagar más para poder jugar. Aquí en Chile hay niños que no pueden jugar fútbol en una competición porque no pueden pagar. Queremos llevar la economía digital al deporte. Una vez que formemos las comunidades, traeremos sponsors bajo los mismos paradigmas del juego limpio. Mientras más gestionas, tu ecosistema digital crece, y con un buen volumen de usuarios no es necesario entregar data privada a los sponsors, porque los tienes identificado por segmento de edades, socioeconómico, etc.
-¿Maneja algún volumen del universo de participantes que podrían potencialmente tener?
Mira, si seguimos la data que FIFA nos dio en 2007, porque nunca más la abrieron públicamente, yo creo que por temor, ahí se hablaba de 265 millones de jugadores de fútbol en el mundo. Yo creo que hay más, por cierto. De ese total, el 0.04% es jugador profesional. Si yo te pregunto: ¿quién crees que sabe más de la población de Estados Unidos: el Gobierno o Facebook? Claramente a cualquier gobierno le cuesta más conseguir la data privada de la población que a Facebook, que ya la tiene hace muchos años.
-¿Dribblin.com ya está en operaciones?
Empezamos en febrero pasado con un torneo de Conmebol, que si lo buscas en la web de Conmebol, no existe. Ahora estamos desde agosto haciendo un piloto muy interesante en Venezuela, y vaya que cuesta hacerlo en mi país. Primero, porque lo que yo haga está vetado allá, y después, porque tienen condiciones inhumanas, sin electricidad durante gran parte del día, sin internet. Pero aún así, no hay ninguna división formativa de un club en Sudamérica que pueda mostrar lo que hace Ameritense, el club venezolano con el que estamos trabajando. También piloteamos en República Dominicana, Argentina y Estados Unidos.
-¿También tienen la intención de incorporarle contenidos históricos a dribbli.com?
Sí, claro, porque la plataforma tiene un objetivo social. Lo que está haciendo Cedep con el registro histórico del fútbol en Chile es muy valioso. La plataforma de dribbli también puede ir hacia atrás y revisar lo que hicieron los clubes en el pasado. Puedes digitalizar la historia y hacerla presente para la gente. Imagínate revisar los portales oficiales de la Selección de 1979, que fue subcampeona de América, y poder ver la historia de cada jugador, y que cada jugador o su familia baje la aplicación y con un móvil en sus manos pueda recorrer el historial como futbolista y agregarle fotos o información. Yo quiero empezar desde la base. Así como Facebook empezó con universidades y siguió con comunidades, mi idea es empezar con competiciones, de ahí tomar equipos, luego clubes... Esto puede ser más grande que FIFA.com, porque obviamente abarca todos los deportes, no solo el fútbol.
“Dribbli.com es como el estadio”
-¿Qué plazo se ha fijado para desarrollar por completo y masificar la plataforma?
Hablar de futuro es hablar de un mundo en que todo es digital, y si a eso le agregas la IA, todo puede ir rápido. Mañana con dribblin vas a tener un asistente con IA que a una federación le puede organizar en cinco minutos un campeonato para 20 clubes, si le proporcionas el período de tiempo en que se va a jugar y en qué canchas. Y de ese campeonato, el asistente de IA le entregará a cada jugador su data personal de rendimiento en cada partido y cada campeonato. Y, por ejemplo, el entrenador tendrá la data de todos sus jugadores y el asistente artificial le podrá advertir de ciertas claves de acuerdo a lo que le pida ese técnico. Y estamos hablando de un club amateur de una asociación cualquiera.
-¿Cómo convive esta plataforma de deporte federado competitivo con el deporte recreativo, que es seguramente el de mayor volumen?
Una definición antes de responder. Si está fuera de la base de la competición, el deporte sigue siendo competitivo, aunque sea recreativo. La base del deporte está hecha de desarrollo, formación y recreación. En cuanto a dribbli.com, no abarca el espectro recreativo porque está fuera de la estructura base de la industria. Si el día de mañana, por ejemplo, una actividad recreativa toma forma de competición, sí podríamos incorporarla. Eso, por favor, que no se entienda que no creamos que el deporte recreativo no es importante. Pero para darle funcionalidad a la data, hay que tener un mínimo de organización.
-¿No se corre el riesgo de que haya una tendencia a atomizarse y aparezcan muchas redes sociales que respondan a distintos intereses de comunidades?
No. Esa pregunta hacían cuando nació Facebook. Mira cómo está. No hablaría en términos de atomizar, sino que de segmentar. Yo le explico a la gente: dribbli es el estadio, mientras que Facebook, LinkedIn u otras son el mundo. Yo desde aquí traspaso a las redes sociales, lo mío es lo que se hace, no lo que se dice. Lo mío es el partido.