- “Colo Colo es tan grande y tiene tanta repercusión a nivel internacional, que muchas veces los jugadores que están en el club no lo ven. Pero cuando vos te vas afuera y ves lo que mueve Colo Colo, te das cuenta".
- “La decisión de volver el 2018 a Colo Colo la tomé porque quiero al club. Y después me fui porque nunca voy a ir en contra de los intereses de Colo Colo”.
- “(Después de una buena campaña internacional) muchas veces lo difícil es sostener el buen rendimiento en el plano local, pero en 2024 Colo Colo demostró que tenía esa categoría para ganarle la carrera al archirrival”.
Lucas Barrios (40) oficia hoy como embajador. El Borussia Dortmund lo ha elegido como la imagen del club para que lo represente en Sudamérica, y el ex delantero argentino nacionalizado paraguayo se siente más que honrado con la nominación. “Soy un jugador-leyenda”, afirma con orgullo el ex delantero de Colo Colo.
Pero Barrios tiene en mente otro destino: comenzar su carrera como entrenador. “He tenido la posibilidad en algunas partes. Pero quiero partir en un lugar con buena estructura”, comenta el ex jugador, quien se retiró el año pasado defendiendo a Sportivo Luqueño y que vistió la camiseta de 19 clubes, coleccionando una decena de títulos.
-¿Qué recuerdas de tu primer paso por Colo Colo? ¿El hincha te lo recuerda?
El vínculo que tengo con la gente de Colo Colo es enorme, realmente. Pasan los años y sigo sintiendo el mismo cariño de antes, porque los hinchas me lo hacen sentir. Trato de mantenerme actualizado de la situación de Colo Colo, lo sigo, pese a la distancia. La relación nace porque el paso mío en el 2008 y 2009 fue bastante positivo, tanto que terminé transferido al Borussia Dortmund. Siempre he manifestado el sentimiento que tengo hacia el club. Porque uno se enamora apenas llega y se entiende lo que es la institución. Tuve una explosión futbolística muy grande y me valorizó que la haya vivido en Colo Colo, como también valorizó al club y la transferencia a Europa fue el desenlace perfecto. Creo que la gente de Colo Colo sinceramente se alegró que me fuera al Borussia.
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-¿Sientes que alcanzaste la categoría de ídolo?
No, no, no, ídolo no. Siempre he sido una persona de muy bajo perfil, pero sí sé que la gente me tiene un cariño enorme, como lo tengo yo hacia el hincha y los simpatizantes. Yo siempre fui muy frontal con la gente, siempre manifesté lo que pensaba. Creo que por eso el hincha cada día valora más lo que yo hice por Colo Colo en su momento. Y también porque nunca estuve ligado a ningún sector dirigencial interno del club. Mi compromiso siempre fue con los hinchas.
-En ese título del Clausura 2008 reconoces que tuviste un gran rendimiento. ¿Dónde ubicas esa temporada dentro de tu carrera?
A título personal, es una de los mejores. Yo tuve muchos años buenos y no fue fácil mantenerse en la élite. Me tocó estar casi ocho años en Europa y estar en la Selección también por muchos años. Colo Colo fue un despegue para mí. Siempre lo digo: Colo Colo es tan grande y tiene tanta repercusión a nivel internacional, que muchas veces los jugadores que están en el club no lo ven. Pero cuando vos te vas afuera y ves lo que mueve Colo Colo, te das cuenta. Ese año realmente fue increíble, porque fui goleador del mundo jugando por Colo Colo, y esa marca me hizo reconocido en el extranjero. Después ratifiqué el nivel en el 2009, en la Copa Libertadores, le hice goles a Palmeiras y a Liga de Quito, que era lo que la gente a nivel internacional pedía, ¿no? Después de ese torneo, Dortmund se interesó y me compró.
“Llegué al Dortmund a aprender alemán”
-No era normal que los jugadores saltaran a Europa desde Chile, menos a un club poderoso de Alemania. ¿Qué fue lo que más te costó de la adaptación, independiente del idioma?
La verdad es que no era fácil irse a Europa desde un país que no fuera Argentina, Brasil o Uruguay, y más en ese momento en que había una crisis financiera mundial que afectó a las transferencias, que en la práctica no se estaban haciendo. Si hasta el premio de goleador del mundo no me lo habían entregado por la crisis económica. Adaptarse los primeros meses sin conocer el idioma fue complicado. Tuve que llegar y empezar a tener clases de alemán casi desde el primer día. En el balance, la apuesta de representar al sudamericano la saqué adelante, y mi trabajo en Alemania creo que ayudó a abrir puertas al futbolista chileno y también a muchos jóvenes del continente, porque siguen confiando en los sudamericanos. Lo han hecho en su momento con Paolo Guerrero, Claudio Pizarro, Arturo Vidal, Roque Santa Cruz, Demichelis, D' Alessandro, y muchos más que me estoy olvidando. Representar bien al fútbol sudamericano y haber conquistado en Alemania todo lo que conquistamos con ese grupo, fue una alegría doble.
-Cuando salió campeón en la temporada 2010-2011 se habló de un interés concreto del Real Madrid. ¿En qué instancia estuvo esa negociación?
En el verano ya se había hablado del Manchester City, del Milán... como venía de ser el goleador del mundo en 2008, eso lo ratifiqué en Alemania, hice goles en la Europa League, entonces había ojos de clubes grandes puestos en mí ¿no? En el invierno europeo fue que circuló mi nombre para el Madrid. La verdad, Dortmund a mí no me iba a dejar salir, se hablaba, pero eran especulaciones. Nosotros íbamos primeros en la Bundesliga, era el goleador del equipo. No sé en qué quedó, pero mi foco era el club. Estoy agradecido de que se hubieran interesado en mí, porque realmente eran equipos grandes en Europa, así como el Dortmund. Yo estaba muy cómodo en Alemania, había renovado por tres o cuatro años, me iba a quedar hasta que vino la lesión muscular del 2011 en la Copa América. Eso hizo que cambiara mi intención de quedarme en Dortmund, porque ese último año no había tenido tanta continuidad y ya estaba apareciendo Robert Lewandowski.
-Usted hoy forma parte del equipo de las leyendas del Borussia Dortmund. ¿Qué significa integrar ese equipo?
Tratamos con el equipo de leyendas de representar al Dortmund por todo el mundo. En el caso de los sudamericanos, somos la imagen del club en los distintos países del continente. El otro día hicimos el partido en Chile con Colo Colo, y llevamos 35 mil personas contra River Plate. La gente se entusiasma cuando ve jugar a grandes futbolistas que han pasado por su club. Nos estamos enfocando en tratar de que el público, cuando no hay torneos o durante fechas FIFA, disfrute con jugadores históricos de renombre.
-China, Francia, Rusia, fueron varias las experiencia en distintas ligas. ¿Cómo se aquilatan hoy esas vivencias, dentro y fuera de la cancha?
Lo de China fue particular porque vivía al revés de todos los que estaban en Sudamérica. Cuando por acá se levantaban, yo me estaba yendo a dormir, no tenía una relación normal con mi familia, con mi hijo. El tema del horario era complicado. Después, la comida fue otro tema, que es diferente a la nuestra. Pero lo principal que me pasó a mí fue la adaptación al fútbol chino, los viajes, todo era nuevo, yo venía de Europa, de una estructura totalmente diferente. Las historias que siempre nos acordamos con (Darío) Conca eran las que teníamos con (Marcello) Lippi, que era el entrenador, y el problema del idioma ¿no? Cómo hablar en chino, cómo manifestar las indicaciones delante de los jugadores chinos. A Lippi también le pasaba que cada vez se quería explicar algo, lo tenía que hacer a través de otra persona. En lo personal, con tanto viaje por el mundo, tuve que aprender a hablar inglés, alemán, portugués y de esa manera tratar de ganarle a la vida.
-Porque además provienes de un lugar bastante retirado de centros poblados.
Yo nací en San Fernando (provincia de Buenos Aires) y me tuve que curtir de todas estas cosas y aprender en el camino, porque provengo de una familia humilde. Yo fui a un colegio donde no enseñaban inglés, por ejemplo, y todas estas materias que por ahí hoy tengo la posibilidad de brindarles a mis hijos. En el transcurso de mi carrera tuve que ir aprendiendo, así que a mí me sirvió no solamente en el plano futbolístico, sino que cultural. Ése es un mensaje para los chicos de hoy, para que puedan ir preparados cada vez que tengan que asumir un desafío.
-¿Su paso por China afectó mucho la relación familiar?
No fue fácil, pero también sabía que tenía que hacer el esfuerzo por ellos. Estuve solo, viví solo, entonces fue un poco difícil. Cuando vos estás estabilizado, vivís en familia, es diferente. Pero al estar solo, me costó un poco más que en otros lados, aunque fuimos campeones, hice goles y me fue deportivamente muy bien. Y bueno, después de un año y medio, decidí volver. En China no querían que me fuera, porque la verdad que hicimos un gran trabajo con el equipo. Pero mi idea era regresar a Europa y tratar de volver a la selección paraguaya también y tener continuidad. Eso fue lo que hice y realmente fue lo mejor. Porque tuve la posibilidad de jugar en Rusia (Spartak de Moscú) y Francia (Montpellier), y fueron ligas que me sorprendieron y de las que tengo grandes recuerdos.
-Compartió con figuras de lujo, nombrar a uno en especial puede ser injusto, ¿pero quién o quiénes se les viene a la cabeza automáticamente?
Roman Weidenfeller era el arquero en el Dortmund campeón de 2010. Un crack dentro de la cancha, pero fuera de ella, mejor todavía, una gran persona. A mí me tocó compartir mucho con él y me ayudó mucho cuando yo estuve en Alemania. Sebastián Kehl, el capitán de aquel entonces y hoy director deportivo del club, un fenómeno y una estupenda persona además. Y el técnico actual, Nuri Sahin, otra gran persona y un tipo que hace poco me recibió en el club. Siempre digo que los más grandes siempre son los más humildes. Me ha tocado ir a visitar a (Carlo) Ancelotti, he estado con Jürgen Klopp y con muchos entrenadores importantes, y todas las veces me ha admirado la humildad que tienen, por algo les va bien, porque se lo merecen.
-¿Cómo fueron las últimas temporadas como futbolista? ¿Extendiste la carrera más allá de lo pensado al comienzo?
Tenía una deuda pendiente de jugar en Paraguay y la cumplí. Se hizo más largo, porque en principio iba a ser por un solo torneo en el primer semestre del 2023, pero me fue muy bien con Sportivo Trinidense y entonces me embalé. Jugué el segundo semestre en Sportivo Luqueño, con el que clasificamos a la Copa Sudamericana y alargué hasta 2024. Pero dejé el fútbol para tratar de enfocarme ciento por ciento a ser técnico, que es algo que vengo buscando hace como cinco años.
“Veo bien a este Colo Colo de Almirón”
-Volviste a Colo Colo con 34 años, por solamente un semestre. No se terminó repitiendo la anterior historia feliz. ¿Hoy a la distancia, qué balance haces de ese paso?
La decisión de volver el 2018 a Colo Colo la tomé porque quiero al club. Y después me fui porque nunca voy a ir en contra de los intereses de Colo Colo. Vi cosas que no me gustaron y no me quedé, aunque tenía un año y medio de contrato. Cuando di la conferencia para anunciar que me iba, quedó claro lo que dije y la gente entendió. En lo deportivo, sabía que me podía quedar. Llegué sin hacer pretemporada, me tocó jugar con muchos jóvenes, porque había muchos jugadores lesionados. Con todo, tuvimos la posibilidad hacer historia grande en Copa Libertadores cuando le ganamos a Corinthians en el Monumental y perdimos allá, pero el gol que hice en Sao Paulo nos sirvió para pasar a los cuartos de final. Después, contra Palmeiras, un equipo muy fuerte, perdimos bien. Eso creo que fue lo mejor que hicimos en ese semestre. Después, en el Campeonato Nacional, nos fue mal. Colo Colo es así.
-Algo muy parecido te pasó la vez anterior en Colo Colo.
Sí, en la temporada 2009, cuando estábamos con (Marcelo) Barticciotto como entrenador. Hicimos una buena campaña en la Copa Libertadores, donde tuvimos a dos brasileños en el grupo, pero dimos pelea hasta el final. Claro, nos fue mal en el torneo local, quedamos en deuda. Esos momentos en los clubes grandes tienes que aprender a vivirlos. Si vos no sos campeón, la crítica va a venir. Lo que no cambió nunca fue el cariño de la gente, el hincha nunca me negó el cariño y la educación. El 2018 me trató muy bien, el 2008, el 2009, hasta hoy me tratan en la calle con un enorme estima, porque saben el compromiso que yo tuve y tengo con el club.
-Sigues a Colo Colo más o menos de cerca. Desde hace un par de temporadas está invirtiendo y reforzándose como hace mucho tiempo no lo hacía. ¿Puede este 2025 competir en la parte alta de la Copa Libertadores, que es a lo que el hincha aspira?
Primero, hay que reconocerle a Colo Colo lo que hizo el año pasado. Llegó a los cuartos de final de Copa Libertadores jugando desde la etapa preclasificatoria. Y disputó con River de igual a igual. Y, además, demostró la jerarquía en el ámbito nacional, porque en los últimos diez u once partidos los resultados fueron fantásticos. Muchas veces lo difícil es sostener el buen rendimiento en el plano local, a propósito de lo que hablaba anteriormente, pero en 2024 el equipo demostró que tenía esa categoría para ganarle la carrera al archirrival. Para este 2025, veo bien a este equipo. Creo que se puede dar llegar a la parte alta de la Libertadores, porque Colo Colo ha dejado la base y se está reforzando. Aquino viene de un gran año en Vélez, mantuvo a Correa, a Arturo Vidal, se quedó Brayan Cortés. Le faltan dos o tres refuerzos más, que son los que pide Jorge Almirón, y que ojalá se los puedan traer. Porque con esa base, y con lo que ya tiene del campeonato pasado, a la Libertadores puede llegar arriba. Contar con estos jugadores de jerarquía siempre le dan a los clubes la posibilidad de pelear cosas importantes a nivel internacional.