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“Para tener trabajo hoy, muchos entrenadores han debido renunciar a sus principios”

Miguel Ramírez afirma que hoy lo único que da seguridad laboral a los DT es “nunca decir que no y pertenecer a un corral de representantes”.

Miguel Ramírez en acción El entrenador tiene un apreciable pasado como futbolista. Jugó en Europa y fue mundialista. Conoce la élite y otras realidades, por eso su mirada busca subir el nivel de la discusión. (DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT/DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT)
  • “Yo sé que colegas como José Luis Sierra, Mario Salas, Jaime Vera, Fernando Díaz y Gustavo Huerta, que están plenamente vigentes, han dado la lucha desde adentro en muchos casos“.

Saca las cuentas Miguel Ramírez y llega espantarse. “Uno se empieza a acordar que muchos, la gran mayoría diría, de los entrenadores nacionales que fueron top en Chile en los primeros 15 años del siglo XXI, hoy no están dirigiendo: Jorge Garcés, Raúl Toro, César Vaccia, Jorge Pellicer, Héctor Pinto, Jaime Pizarro, Fernando Vergara, Juvenal Olmos, Claudio Borghi, Marcelo Barticciotto, Ivo Basay. Toda gente que perfectamente por edad y condiciones podría estar dirigiendo en un equipo profesional”.

-¿Por qué pasa eso, según usted?

Claro, muchos de los que nombré han elegido otros caminos, como Jaime, que se metió en el ámbito político, y Claudio, Jorge, Juvenal y Marcelo que están en los medios de comunicación. Pero la mayoría no está porque no pertenece al circuito, al medio, tal y como está estructurado hoy.

-¿Y cómo está estructurado?

Muchos clubes, la mayoría, está dominado por empresarios y representantes que imponen dos reglas básicas a los entrenadores: nunca decir que no, y eso incluye muchas veces la contratación de ciertos jugadores, y pertenecer a algún corral o empresa de representación. Eso es hoy lo que te permite seguir en la industria.

-Es decir que, si uno tiene trabajo, como usted mismo, debe suponerse que cumple esas reglas…

No, yo me he ido de clubes cuando me han tratado de imponer jugadores y no pertenezco a una empresa de representantes. Pero es obvio que para tener trabajo hoy, muchos entrenadores han debido renunciar a sus principios. O adaptarse a las reglas del juego para sobrevivir. Varios, en todo caso, son capaces de poner ciertos límites o si no, se van.

-Fernando Vergara y Jorge Pellicer han dicho que no volverán a dirigir justamente porque no están dispuestos a ceñirse a este nuevo orden…

Claro, y es valorable que lo digan porque transparentan una realidad. Yo sé que colegas como José Luis Sierra, Mario Salas, Jaime Vera, Fernando Díaz y Gustavo Huerta, que están plenamente vigentes, han dado la lucha desde adentro en muchos casos, pero uno sabe que, a la larga, puede pagarse un costo.

-La gran cantidad de entrenadores extranjeros, en especial argentinos, denota que ellos sí están dispuestos a jugar bajos las reglas que hoy rigen ¿no?

Es una visión. Hay un porcentaje que viene y aporta, pero hay otro que viene, da un paso al costado rápido y luego reaparece en otro club ligado a la misma empresa que los llevó al primer club. Digamos las cosas como son: hay clubes que sólo trabajan con su corral de entrenadores”.

-¿Se puede impedir de alguna forma la llegada de ese porcentaje de DT que llegan y se suben a este carrusel?

“Unirnos como gremio siempre será importante, pero lo que debemos hacer es exhibir nuestro trabajo, demostrar que somos capaces, obtener triunfos. Eso nos va a empoderar”.