- “Gareca al menos ya encontró el equipo para jugar el martes ante Ecuador: el mismo que contra Paraguay, pero con Luciano Cabral en lugar de Arturo Vidal, y Fernando Zampedri por Eduardo Vargas”.
- “Alexis comete el mayor error que pueda exhibir un volante: le gusta quedarse en demasía con la pelota. Yo fui mediocampista y le aseguro que lo que uno quiere en ese puesto es hacer transitar rápido el balón para llegar al gol. Alexis no”.
- “Yo tengo una estadística que me respalda. En 2024, con seis extranjeros en cada club de Primera, o sea, con un universo de 96 futbolistas, sólo el 17 por ciento alcanzó a jugar el 80 por ciento de los partidos de su club”.
Jorge Aravena (66) no se resigna. Sabe que, tras la derrota sufrida en Paraguay, sólo las matemáticas no han materializado lo que parece lógico: que Chile no irá por tercera vez seguida a una Mundial.
“Es que siempre hay que creer y pelearla hasta el final”, dice el entrenador, ex jugador y capitán de la Selección en los ’80. “Además, creo que el partido ante los paraguayos fue el mejor de la era de Ricardo Gareca. Chile fue superior en todos los aspectos de juego y debió ganar”, asegura.
-El caso es que perdió y que lo más probable es que el curso de los acontecimientos no cambie en el futuro. ¿O no lo ve así?
Claro que cuesta ser optimista cuando uno ve que Chile está colista en la tabla. Pero fíjese que Gareca al menos ya encontró el equipo para jugar el martes ante Ecuador: el mismo, pero con Luciano Cabral en lugar de Arturo Vidal, y Fernando Zampedri por Eduardo Vargas.
-Usted está dándole la extramaunción a la Generación Dorada…
Es que Vidal y Vargas ya no están para la alta competencia. Lo digo con cariño y respeto. Son jugadores sin ritmo para estos partidos. Vidal, todo lo que hizo fue tocar para el lado y fallar. Vargas ni siquiera se movió. Y es lógico, porque son jugadores mayores, de gran recorrido. Es obvio que no estén a la altura de sus mejores momentos. Los años pasan. Es ley de la vida.
-Vidal y Vargas fueron nuevamente llamados tras largas ausencias. ¿No se requería de jugadores de experiencia en estas instancias?
La experiencia y el liderazgo de camarín sólo sirve hasta que suena el silbato inicial del partido. En ese momento lo que sirve sólo es jugar bien. Nada más. Vidal seguro que fue llamado por el ascendiente que tiene, por lo que motiva. Pero no fue ni con mucho uno de los jugadores destacados de Colo Colo el año pasado.
-En esta última nómina, aparte de Vidal y Vargas, estuvieron Charles Aránguiz y Alexis Sánchez, exponentes destacadísimos de la Generación Dorada. ¿Ellos deben dejar también el paso a los más jóvenes?
Yo creo que ellos dos sí están para seguir en la Selección. Charles le dio clase al equipo cuando entró ante Paraguay y puede seguir haciéndolo. Y en el caso de Alexis, creo que debe seguir, pero con una condición: que juegue como delantero, no como volante.
-¿Por qué?
Porque Alexis comete el mayor error que pueda exhibir un volante: le gusta quedarse en demasía con la pelota. Yo fui mediocampista y le aseguro que lo que uno quiere en ese puesto es hacer transitar rápido el balón para llegar al gol. Alexis no. A él le gusta quedarse con ella y por eso no trasciende y recibe patadas que lo lesionan. Él debe entender dónde puede ser útil hoy.

-¿Lo ve por el medio, como el llamado “falso 9”?
Para nada. En esa posición Alexis termina al lado del volante de contención, y con ganas de quitarle la pelota. No. Sánchez debe jugar de puntero, abierto. Aún tiene velocidad y habilidad para actuar ahí. El tema es que hay que decirle eso y que él lo entienda.
Las culpas y las deudas
-Una de las mayores críticas que se le ha hecho a la selección actual, justamente, es que carece de una mano técnica eficiente. ¿Cómo califica usted a Ricardo Gareca?
Creo que Gareca es un buen entrenador. Cuando llegó a Chile, venía de clasificar a Perú a un Mundial y de quedar eliminado de otro por penales en un repechaje. Tiene sus pergaminos y recuerdo que cuando lo contrataron dije esto mismo, pero con un agregado: que si clasificaba a Chile al Mundial, sería un milagro de su parte…
-¿Creía que el tema no se trataba de la mano técnica que dirigiera la Selección?
Por supuesto. Antes del inicio de estas eliminatorias, Chile había quedado fuera de dos Mundiales -Rusia y Qatar- con distintos entrenadores y con la Generación Dorada incluida. El problema era, y así ha quedado demostrado, la carencia de jugadores.
-O sea que ningún seleccionador ha tenido gran responsabilidad para usted…
Yo no he dicho eso. Digo que por lo que estamos viviendo hoy, el culpable no es Gareca, sino que es otro. Y lo digo con nombre y apellido: Jorge Sampaoli.
-¿Le achaca a él todos los males si ha habido, desde que se fue, cinco entrenadores más en la Roja (Pizzi, Rueda, Lasarte, Berizzo y Gareca? ¿En serio?
Se lo digo totalmente en serio. Sampaoli tenía el deber y la responsabilidad de buscar de a poco el recambio de la Generación Dorada y no lo hizo. No quiso.
-Pero es que parecía lógico mantener a un equipo ganador…
Yo siempre lo dije y muchos de sus colegas me hicieron pebre cuando señalé que al equipo campeón de la Copa América 2015 había que buscarle recambio de inmediato. Como no se hizo nada, porque Sampaoli jugaba todos los partidos con los mismos jugadores, hoy, 10 años después, lo estamos lamentando.
-¿No cree que más que responsabilidad de Jorge Sampaoli era de sus jefes en la Federación los que debían haber hecho un plan para encontrar ese recambio?
Concuerdo que Sampaoli no es el único responsable. Al medio chileno, en general, le pasó lo mismo que a Colombia luego de tener la generación del Pibe Valderrama: creyó que su equipo ganador era eterno. Pero Sampaoli nunca buscó el recambio de la Generación Dorada porque no le interesaba el fútbol chileno. Total, no era su país. Y su jefe de ese entonces ya sabemos… está detenido por el FBI en Estados Unidos, donde debe estar.

-Si se hubiese seguido el camino del recambio rápido, quizás Chile no hubiese ganado otra Copa América o llegado a la final de la Copa de Confederaciones…
Cierto. Pero se nos vendió la pomada de que con esta generación íbamos a pelear el Mundial de Rusia. Y ni siquiera clasificamos. Le memoria es frágil.
Pocos, pero buenos
-Puede que se pueda estar de acuerdo en que no hubo interés técnico por buscar el recambio, pero debe haber explicaciones más de índole estructural, ¿no?
Por supuesto. Es un tema recurrente el trabajo poco profundo que se realiza en las divisiones menores y que repercute luego en las Selecciones a todo nivel, empezando por las juveniles…
-Chile hace rato que no se clasifica a un Mundial de menores. Este año jugará un Sub 20 porque es local. ¿No hay planes ni labor seria a ese nivel de Selecciones?
Conozco el trabajo que hoy está haciendo Nicolás Córdova y de verdad creo que es serio y profesional. Hay preocupación del cuerpo técnico por desarrollar a los chicos en todos los aspectos. El problema es que llegan de los clubes con carencias porque no existe, en su gran mayoría, buen trabajo y planes que sustenten objetivos.
-¿La crisis es de los clubes?
Claro, salvo contadas excepciones, como Unión Española, que es único club que anualmente promociona y vende jugadores de su cantera. Todos pedimos resultados en los Sudamericanos juveniles y resulta que jugamos contra Uruguay que tiene en la banca a un delantero que juega en Italia. Y nosotros ponemos como titular fijo a Damián Pizarro, que no juega ni en las cómicas en Udinese. ¿Por qué? Porque en Uruguay forman jugadores y los hacen debutar pronto. Tienen 100 partidos en Primera antes de venderlos.
-¿Cree que la regla del Sub 21 ayuda a la promoción de jugadores jóvenes?
Para nada, eso es mentira. Esta es una regla que se supone que potencia, pero, a la larga, castiga. Yo dirigí a Deportes Valdivia y jugaba con cinco Sub 21, pero me contaban sólo uno para la regla. O sea, me castigaban el hecho de que le diera oportunidades a los jóvenes. Igual yo creo que la promoción de jugadores depende de la capacidad del entrenador para jugársela. Yo he dirigido a muchos equipos e hice debutar a jugadores como el Bocha Carrasco, Felipe González, Eduardo Vargas y Charles Aránguiz. Y lo hice por convicción, no por obligación.
-Estamos claros que no se invierte en mejorar el trabajo de base. ¿Cuál es la explicación real?
Que los dueños de los clubes prefieren promocionar a los jugadores extranjeros que traen para mostrarlos. Ése es el negocio,
-¿Y cómo puede evitarse eso?
Lograr un acuerdo que hoy es imposible: reducir, pero en forma drástica, la cantidad de futbolistas extranjeros.
-¿Qué es “drástico”?
En Primera División sólo dos extranjeros por equipo y en Primera B y Segunda Profesional, ninguno.
-Eso raya en la xenofobia…
Que se entienda: yo no estoy en contra de que lleguen extranjeros a jugar. Fui extranjero siete años en cuatro países diferentes siendo futbolista y me sentí acogido en cada uno de esos países. Pero luego de demostrar lo que valía. Acá hay que filtrar, impedir que pase lo que pasa ahora. Yo tengo una estadística que me respalda. En 2024, con seis extranjeros en cada club de Primera, o sea, con un universo de 96 futbolistas, sólo el 17 por ciento alcanzó a jugar el 80 por ciento de los partidos de su club. Y hubo un gran número de extranjeros que no sumó más de 90 minutos en todo el torneo. Era cosa de ver las bancas donde los clubes tenían hasta cuatro extranjeros. Eso es increíble y dañino no sólo porque tapa jugadores jóvenes, sino porque se denuncia que la mayoría de los que viene no tiene condiciones y eso explica el mediocre nivel de nuestro campeonato.
-Igual debe ser económicamente rentable para los dueños de los clubes hacer eso…
Es que ni siquiera. Es pura cosa de lógica matemática. Supongamos que por cada extranjero el club paga 10 mil dólares. O sea, entre todos, gasta 60 mil dólares. Si eso lo reparte sólo en dos jugadores, a 30 mil dólares por cada uno, se hace de mejores jugadores, eleva la calidad del torneo y luego los puede vender en mejores condiciones. No hay que ser mago para hacer una transformación…