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“Respeto al entrenador chileno porque le traen técnicos de otros países y tiene que remarla”

Walter Lemma salvó a Unión La Calera de irse al descenso la pasada temporada. Se quedó este año y tuvo la opción de armar un plantel, por primera vez en su carrera. Luego de llegar a Chile como ayudante de Gustavo Quinteros, el entrenador argentino se prueba a sí mismo como jefe técnico de un club. Hasta ahora, el examen lo está aprobando.

Walter Lemma, técnico de Unión La Calera. Ex futbolista, se retiró a los 28 años, se dedicó a la gastronomía, hasta que decidió volver al fútbol como entrenador. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT/ANDRES PINA/PHOTOSPORT)
  • “Esta es una profesión en la cual todo el tiempo te está exigiendo tomar buenas decisiones, todo el tiempo estás expuesto al análisis ajeno, al interno, todo el tiempo estás al filo de acertar y de errar".
  • “En Colo Colo no tuvimos la experiencia de pelear el descenso con gente en las tribunas, porque estábamos en pandemia. Por un lado, creo que fue mejor, porque la presión hubiese sido altísima para el jugador y para nosotros".
  • “(Cuando nos salvamos del descenso) con Calera no sentí como que me había sacado una mochila de la espalda, sino de la cabeza. Al otro día me sentí una persona diferente. Es inexplicable, por la presión y el miedo al fracaso".

Walter Lemma (52) era un volante derecho, de ida y vuelta, con el pelo largo, al viento como se usaba a comienzos de los ’90. Sus inicios fueron en Lanús, después pasó por Estudiantes de La Plata, Banfield, el fútbol italiano (Ancona y Virtus Entella) para cerrar su carrera tempranamente a los 28 años con la camiseta de San Martín de San Juan.

Pero el público chileno lo reconoce en otra faceta. Ya con el pelo corto, algunas canas y a veces con lentes. Desde su etapa como ayudante de Gustavo Quinteros en Colo Colo y ahora como entrenador de Unión La Calera.

Con mate en mano, se sienta a un charla futbolera para recorrer su carrera y su presente.

-¿El Walter Lemma entrenador hubiera puesto en su equipo al Walter Lemma jugador?

(Sonríe) Sí, creo que sí. Porque me gustan mucho los jugadores mixtos. Esos que puedan cumplir varias funciones. En ese aspecto, sí. De todas maneras, aquel jugador tendría mucho que aprender. Hoy me doy cuenta de eso.

-¿Qué cosas tendría que aprender el Lemma jugador?

Tácticamente, hoy entiendo mucho más el juego de lo que entendía cuando jugaba. No hay ninguna duda. He aprendido mucho más. Antes nos hacíamos así, un poco con las experiencias propias y no había un desarrollo táctico tan avanzado como el de ahora.

-¿Puede ser que el futbolista de antes era más silvestre que el de hoy?

En esa época tenía mucho menos información. En realidad, te adaptabas a lo que pedía el entrenador en ese momento. Y lo tenías que hacer con la información básica que había en ese momento. En algún momento, con los videos y cuando se veía algún que otro partido si la televisión lo permitía, y uno con los años iba conociendo a los rivales que no cambiaban tanto como ahora. Pero no había la comunicación que hay hoy, entonces en ese en ese aspecto había mucho menos desarrollo.

Por primera vez en su carrera, al mando de un plantel profesional conformado por él, asumiendo las limitantes económicas del club calerano.
Walter Lemma versión 2025Por primera vez en su carrera, al mando de un plantel profesional conformado por él, asumiendo las limitantes económicas del club calerano.

-¿El futbolista de esa época le gustaba ver más fútbol que lo que se ve hoy?

Probablemente. O lo poco que tenía para ver. Creo que en ese momento necesitaba desarrollarse más todavía. Se ocupaba mucho más de uno mismo porque había menos distractores. Hoy hay tanta información por todos lados y tantos distractores que al jugador se le hace complicado adaptarse.

-¿Era más rebelde el jugador en su época que el de hoy? Hablo de que tomaba más decisiones solo dentro de la cancha.

Es probable. Había gente más grande también. Los planteles están conformados al revés ahora. En ese tiempo eran 70 u 80 por ciento de jugadores grandes y 20 por ciento de chicos. Entonces, sí había jugadores con más experiencia con toma de decisión más desarrollada. Y hoy es al revés. Hoy hay un 80 por ciento de chicos. Entonces el proceso de aprendizaje está todavía en formación.

-¿Por qué se retiró a los 28 años?

Porque no tenía mercado para mí. Era un momento de mucho cambio en el fútbol, donde los representantes recién se estaban metiendo en el fútbol. Entonces yo estuve ahí en el medio y tomé la decisión de retirarme. Nada más que una decisión personal.

El momento de ser DT

-¿Por qué dejó pasar un tiempo para volver?

Dejé pasar un tiempo porque no tenía claro de seguir ligado al fútbol y me dediqué a un negocio gastronómico que tenía. Cuando me metí en el fútbol de nuevo, tenía mucha expectativa sobre lo que era liderar un equipo de trabajo. Lo tenía como profesional, como jugador y tenía la iniciativa de trabajar con juveniles. En un principio no tenía la intención de trabajar con profesionales. No era mi objetivo principal en ese momento, porque sabía que tenía que hacer un camino. Si quería dirigir profesionales, tenía que hacer un camino largo. No tenía intenciones de estar cerca de un plantel profesional porque no me sentía preparado y seguí un camino. El camino más largo, a mi entender.

-Y ese camino fue Lanús y después Talleres.

Sí. Cinco años en cada uno.

Torneo argentino 1992: Lemma de pie, es el segundo de izquierda a derecha. Abajo, al medio, otro viejo conocido: Marcelo Espina.
Walter Lemma en LanúsTorneo argentino 1992: Lemma de pie, es el segundo de izquierda a derecha. Abajo, al medio, otro viejo conocido: Marcelo Espina.

-A esa altura ya estaba consciente de sus ganas de dirigir. Imagino que el negocio gastronómico había quedado atrás.

Lo había dejado. Al año vendí los negocios que tenía. Me quedé solamente con el fútbol y cuando voy a Talleres tampoco tenía la expectativa de dirigir en Primera división. Estaba muy metido en la metodología de trabajo en campo para juveniles y a raíz de tener algunos resultados positivos como entrenador empecé a creer en mí, que podía estar a nivel profesional. Estaba en la cuarta de Talleres, que la dejé a mitad de año y a fin de temporada salió campeona. Y después, en la Reserva, que salimos bicampeones, primero con Lucas Bovaglio, y después, dirigiendo solo.

-¿Ya ahí las ganas de dirigir en Primera estaban más cercanas?

Ahí ya me decidí a ser un entrenador a nivel profesional, pero durante ese camino pasó de todo. Me fui preparando, no solamente a nivel de entrenamiento, sino que me fui capacitando, fui utilizando muy buenos profesionales que tenía cerca y terminé de concretar las ganas en Talleres, porque el club estaba organizado como un plantel profesional. Ahí me dieron ganas de seguir a nivel profesional.

-Y el primer llamado es de Gustavo Quinteros.

No tenía opción, porque Andrés Fassi (N. de la R.: presidente de Talleres) no me iba a dar la posibilidad. Empecé a buscar dónde dirigir y surgió la posibilidad de hablar con el presidente de Godoy Cruz. También estaba hablando en ese momento con Los Andes, que iba a ser un poco más complejo. No se dio lo de Godoy Cruz y apareció la posibilidad de Gustavo. Lo primero que hablé con él fue que era un camino que podía tomar para sumar experiencia a nivel profesional, más allá de que lo hice como jugador. Como entrenador, no tenía esa relación con el jugador actual, y tomé mi rol con expectativa de sumar experiencia.

-¿Y en ese camino cómo fue? Porque imagino que era totalmente distinto de cómo recibe el mensaje un jugador joven a uno que es profesional.

Sí, totalmente diferente. Pero había hecho un camino de juveniles que me permitía estar más cerca del jugador en ese aspecto. El lado de la metodología en campo lo tenía bien desarrollado. No tenía problema. Además, me sumé a un cuerpo técnico con un entrenador con mucha experiencia. Entonces tomé un rol más cercano que el que toma un entrenador y empecé a desarrollarme en esa área, en la comunicación y en la cercanía con el jugador profesional, para poder mejorar ese aspecto donde no tenía experiencia.

-Y el paso de Colo Colo fue una montaña rusa.

Arrancamos con un Colo Colo que estaba mal. Con un plantel que había partido con otro tipo de expectativas y después se cayó y terminamos peleando la promoción. Fue algo histórico para un club tan grande, aunque al año siguiente salimos campeones. Tuvimos buenos momentos en la Copa, ganamos campeonatos, ganamos Copa Chile. Pero nos fuimos de un extremo a otro. Fue como todo un aprendizaje de una. De hecho, en Colo Colo no tuvimos la experiencia de pelear esa instancia tan difícil con gente en las tribunas, porque estábamos en pandemia. Por un lado, creo que fue mejor, porque la presión hubiese sido altísima para el jugador y para nosotros. Ya fue alta a nivel personal. De otra manera, con gente en la cancha, hubiese sido también bravo. Nos dio una experiencia terrible, porque pelear abajo es muy diferente a pelear arriba.

En la banca del equipo popular, en 2023, junto al técnico de Colo Colo, para un encuentro ante Unión Española en Santa Laura.
Walter Lemma con Gustavo QuinterosEn la banca del equipo popular, en 2023, junto al técnico de Colo Colo, para un encuentro ante Unión Española en Santa Laura.

-Dice que esa campaña que terminó en la promoción hubiera sido mucho peor con público...

Creo que con la presión de la gente en sí, hubiera sido peor. Porque si la cosa arranca bien, la gente te ayuda mucho. Te da un impulso diferente, pero si en algún momento la cosa se pone media pesada, que los resultados no se dan, ahí no te juega tanto a favor, porque uno siente esa presión y la urgencia de la gente por el resultado. De todas maneras, cuando llegamos a jugar ese partido de la promoción con la U. de Concepción, fue impresionante cómo la gente se manifestó durante todo el camino hasta llegar al estadio.

La hora de La Calera

-En el momento en que lo llama La Calera, ¿tenía decidido la idea de trabajar solo?

Sí, sí, de hecho se lo dije a Gustavo el primer día cuando hablé con él. ‘No sé si voy a estar con vos un año o diez. Quiero que vos sepás que mi vocación es ser entrenador y me gustaría ayudarte en el rol que me toca, pero ayudar y no solamente armar un entrenamiento. Ser parte de un equipo de trabajo y después, si surge la posibilidad en algún momento, bueno, lo hablaremos’, le dije. Se lo avisé el primer día.

-Y llegó con la experiencia de haber peleado abajo con Colo Colo.

Y la de Vélez Sarsfield también. La diferencia está que uno es cabeza de grupo, uno es el entrenador. Cuando empezás hay cosas que te sirven de lo que viviste y hay otras que son totalmente nuevas. Antes no tomaba decisiones y eso es casi imposible de replicar. Y llegamos en una situación muy compleja. La verdad que en Calera teníamos 8 puntos de 45 en juego en la primera rueda y había un punto que el club lo estaba peleando por la vía administrativa.

-Que les terminaron dando ante Audax.

Así es. Al primer partido me presento con Cobresal, en El Salvador. Dirijo sin haber entrenado al equipo, porque lo conozco antes de ir al partido y decido salir a la cancha de manera estratégica. Decidí darle mi apoyo a los jugadores en ese momento, que ellos supieran que yo iba a estar con ellos en esa situación. Y bueno, perdimos ese partido sin haber entrenado un solo día. Después, a los tres días, enfrentamos a Unión Española de visitante y lo ganamos 1-0. Yo tenía la experiencia de haber pasado por esas situaciones antes y de pelear el descenso y entender de qué se trata. Finalmente, cuando entrás a un club hay cosas que se repiten cuando un equipo está peleando abajo, entonces desde ese lado ya tenés un panorama preestablecido de alguna manera o una lectura de lo que más o menos te podés llegar a encontrar. Hay patrones muy parecidos, también te encontrás con un plantel totalmente nuevo, con jugadores que no elegiste y que no sabés cómo reaccionan al momento y si realmente van a reaccionar, por dónde tenés que entrar, por dónde va el convencimiento, cómo trabajar la parte anímica, que es la parte más importante cuando entrás a un plantel que está mal. Hay un plantel en crisis y, como en cualquier crisis, no entrás de un día para otro en ese estado, y menos vas a salir de un día para otro.

-¿Y cuándo se logra el objetivo?

Es como salir campeón. Es rara la sensación, porque no ganaste nada y lograste objetivos muy fuertes, que es para lo que te contratan. Y la verdad, cuando pasa el tiempo, te das cuenta que nadie cree en nadie. Dentro de una situación como ésa, hay pocos que creen, y otra que el entrenador es nuevo y ni el dueño creía. Tenía que hacer un cambio y me eligió, tuvo una visión. Todo es muy raro, y después termina todo el mundo al revés. Todo el mundo unido cumpliendo un objetivo, que cuando se cumple es tan importante que se asemeja a ganar un campeonato.

-Al día siguiente llega el relajo...

Es increíble. A mí no me pasó en Colo Colo, porque no estaba al mando, era segundo o tercero. Pero con Calera no sentí como que me había sacado una mochila de la espalda, sino de la cabeza. Al otro día me sentí una persona diferente. Es inexplicable, por la presión y el miedo al fracaso. Esa inseguridad que uno tiene todo el tiempo, aún ganando, siempre está en esas situaciones. El jugador y el entrenador siempre están inseguros.

Un afectuoso saludo con historia. El técnico de Calera fue ayudante del actual DT de Palestino en la Reserva de Talleres de Córdoba, y un año después asumió la dirección en la categoría. En ambas ocasiones salió campeón.
Walter Lemma y Lucas BovaglioUn afectuoso saludo con historia. El técnico de Calera fue ayudante del actual DT de Palestino en la Reserva de Talleres de Córdoba, y un año después asumió la dirección en la categoría. En ambas ocasiones salió campeón.

El plantel 2025

-Walter, pasa ese día que se sacó la mochila de la cabeza y le ofrecen seguir. ¿Ahí tiene que armar un plantel suyo?

Son una expectativa y una responsabilidad totalmente diferentes. Esta es una profesión en la cual todo el tiempo te está exigiendo tomar buenas decisiones, todo el tiempo estás expuesto al análisis ajeno, al interno, todo el tiempo estás al filo de acertar y de errar. Está la responsabilidad de armar o de participar en el armado de un equipo. Y ahí es donde también uno va haciendo experiencia, porque en definitiva tampoco había armado un equipo. Esa es la realidad. Había elegido jugadores, pero en ningún momento había armado un equipo. Tenía claro en la teoría cómo hacerlo, pero en la práctica no tenía la experiencia.

-¿Porque imagino que uno tiene un equipo en el ideal, pero claramente después ese ideal no necesariamente se da en el papel?

Claro, pero vos podés tener un ideal de jugador. Uno empieza a armar en relación al presupuesto que tiene, esa es la realidad. Entonces vos más o menos vas sabiendo qué tipo de jugador podés tener, más allá del nombre. Creo que muy fundamental es hacer un armado con características de jugadores más que con nombres. El mejor nombre del momento para tu nivel económico, eso está claro, porque en principio no te asegura absolutamente nada, pero sí te da una base. Es mi forma de verlo, no digo que sea la verdad. Después se va equilibrando el equipo en relación a la idea que se tiene de juego, al modelo y a las características de los jugadores.

-¿Y lo que muestra La Calera refleja su idea?

Está en desarrollo cuando tiene la pelota. Hay otros aspectos que son un poco más difíciles de lograr. La parte que a todos los que nos dedicamos al fútbol menos nos gusta: jugar sin pelota, el equilibrio que uno tiene que tener como equipo. Es decir, ser equilibrado en la fase ofensiva y en la defensiva. Creo que es un equipo todavía en desarrollo, porque vinieron 14 o 15 jugadores. Acá no quedó una base de jugadores en relación al año pasado.

-Pero a La Calera le pasa todos los años.

Es la lógica del club, que todos los años cambia. Yo creo que el año que peleó con (Juan Pablo) Vojvoda venía de una lógica diferente, con dos o tres años de una base y terminó peleando, entrando en copas.

-¿Pero eso igual lo sabía teniendo en cuenta al club que llegaba?

Sí, totalmente. Y también había tenido una experiencia así, porque me había desarrollado en juveniles y todos los años se cambian las categorías. Pero uno tiene una idea matriz que no se cambia, se puede adaptar, pero no se cambia. Te puedo dar un ejemplo: si a los centrales les cuesta salir jugando, entonces vos por ahí salís jugando con una segunda jugada, buscás alternativa. Yo me adapto a los jugadores y no los jugadores a la idea. Yo creo que arrancamos bien, tuvimos momentos altos y estamos en ese proceso de crecimiento como equipo.

El técnico de Calera no estuvo de acuerdo con que su equipo bajó el rendimiento ante la U en el Nacional.
Lemma discrepa con Charles AránguizEl técnico de Calera no estuvo de acuerdo con que su equipo bajó el rendimiento ante la U en el Nacional.

-El otro día, Charles Aránguiz dijo que La Calera jugó muy bien contra la U y después bajó el rendimiento.

Lo escuché y no coincido. Creo que son más frases hechas que otra cosa, porque desde el funcionamiento jugamos con Huachipato, que venía primero, y ganamos y jugamos mejor. Con la U tuvimos momentos de funcionamiento muy buenos y no logramos el resultado. Con Palestino lo hicimos muy bien y terminamos perdiendo sobre el final. Así que creo que estamos dentro del proceso de desarrollo de la idea. Es esto que parece sencillo y no lo es, lo de funcionar como equipo.

-¿Le gusta algún técnico chileno en especial?

Yo respeto muchísimo al entrenador chileno. Primero, porque estoy en un país que me dio la posibilidad de desarrollarme como profesional y eso lo respeto y lo valoro. Por otro lado, al entrenador chileno lo respeto porque tiene que imponerse en su país. Porque también le traen técnicos de otros países, de otras ligas y tiene que remarla de un lugar diferente. Y siempre han hecho muy buenas campañas y siempre uno está peleando ahí, demostrando que pueden estar a nivel de cualquier entrenador que, como nosotros, venimos de otro lado. Después, puedo ver la intención que tienen a la hora de jugar. Que un entrenador destaque más o menos depende de los momentos. (Nicolás) Núñez con Magallanes lo hizo muy bien. Ese Magallanes jugaba muy bien y después le dio la posibilidad de ir a Católica y no tuvo la opción de desarrollar su juego, pero mostró cosas interesantes. (Jaime) García en Ñublense ha mostrado cosas muy interesante también y le fue muy bien. (Gustavo) Huerta, por ejemplo, lleva ocho años en un club, con momentos muy buenos, con posibilidades salir campeón y con su forma de juego. Cada uno tiene una idea diferente, el condimento, la forma de cada uno, que para nada en mi opinión es juzgable. Cada uno la utiliza; lo importante es poder desarrollarla y tener la capacidad de hacer jugar a un equipo de la manera que le interesa. Y eso es muy complejo.