“Mi viejo fue el que siempre estuvo al lado mío. Venía de viaje solo para verme jugar un día en las inferiores de Colo Colo. Venía por un par de horas y tenía que volver al campo porque había que trabajar”, recuerda Iván Morales (25) desde Argentina, con un dejo de inocultable nostalgia.
El ex delantero de Colo Colo y Cruz Azul de México hoy asegura que ha aprendido “un montón” de lo que le ha pasado y de lo que enfrenta en la exigente liga argentina. Un medio en el que trata de consolidar una carrera que comenzó de manera ambiciosa, pero que se fue entibiando cuando el propio Morales se desvió de la ruta, en virtud a su inmadurez y a un ascenso fulminante.
-Han pasado casi cuatro años desde que te fuiste de Colo Colo. ¿En qué momento futbolístico y personal te encuentras?
Creo que estoy en una edad de bastante madurez. Ya tengo 25 años, Sarmiento es el segundo club fuera de Chile en el que juego, voy entendiendo mucho mejor las cosas dentro de la cancha, y también fuera de ella. Estoy aprovechando al máximo la experiencia de jugar en Sarmiento. No es quizás a lo que yo venía acostumbrado en otros lados, pero me han hecho madurar un montón, sobre todo en la Liga Argentina, que es muy competitiva, donde nadie te regala nada. Creo que nunca me había encontrado como estoy ahora en la parte personal y también dentro de la cancha.
-¿En qué sentido nunca te encontraste como estás hoy?
Pasa que ahora estoy muy claro de la cabeza. Antes tenía algunas cosas personales sin resolver, ahora no, la verdad estoy como muy tranquilo en mi vida personal. En lo futbolístico, creo que dentro de la cancha también he madurado un montón, como lo decía recién. En general me siento mucho mejor que en otros tiempos y eso creo que me ha ayudado bastante este último año.
-Debutaste en Colo Colo muy joven, tus condiciones llamaron la atención, sobre todo siendo de la cantera, con todo lo que eso implica. ¿A la distancia, cómo ves a ese Iván Morales?
Partí jugando en Primera división de chico, en un equipo tan grande como es Colo Colo. Hay muchas cosas que son muy lindas, pero también tienen su lado no tan positivo. En el camino van pasando cosas, todos cometemos errores. Tampoco creo que en todo ese tiempo haya cometido errores graves, sino que pasan cosas que quizás para alguien son normales, pero para nosotros, que nos siguen como si fuéramos robots, obviamente que no pueden pasar. Me pasaron varias de esas cosas y también otros temas personales, familiares. Todo esa acumulación de cosas fue de mucho aprendizaje para mí. Pero estoy en una etapa en que todas esas cosas las meto dentro de un saco y trato de sacar el aprendizaje que me dejó cada situación. Como digo, me pasaron cosas, algunas por errores míos y otras por cosas de la vida.

-Esa reflexión es ver la parte llena del vaso. ¿Sientes que esas equivocaciones o errores, te ayudan hoy a estar mejor en la medida que a tus 25 años los estás reconociendo?
Sí. Obviamente en el momento que pasan esas cosas, uno está más ciego también, no haces un mea culpa, por así decirlo. Asumo esos errores, pero ahora creo que aprendí mucho de todas esas cosas. Ya sé cómo funcionó todo cuando me pasaron esas situaciones, que pudieron haber sido errores míos o cosas fortuitas, de la vida. Aprendí un montón con situaciones adentro de la cancha y también de afuera, entonces me hace estar como muy tranquilo hoy, por eso me siento bastante maduro. Me hubiera gustado tener la mentalidad que tengo hoy a los 17, 18 o 19 años. Pero por algo pasan las cosas.
-Más allá de que Sarmiento compite pero es un club esforzado donde todo cuesta, ¿estás satisfecho con tu presente en el fútbol argentino? ¿Qué balances haces de este casi un año en el fútbol argentino?
Lo resumo en mucho aprendizaje. La liga de Argentina es demasiado competitiva y me tocó estar en Sarmiento, que como todo club humilde, todo es a pulso y día a día. Eso también me ha hecho ver la otra cara del fútbol. Quizás en los equipos anteriores que estuve no era así, ¿me entiendes? Sarmiento me ha hecho madurar en un montón en aspectos del juego, por ejemplo. No jugar quizás tanto con el balón, mucha presión al rival, mucho esfuerzo. Hoy eso lo siento, incluso en el último tiempo me siento cómodo. Al principio, obviamente, no era de mi gusto ni por nada, pero ahora creo que he aprendido jugar a otro estilo. Sarmiento realmente compite con lo que tiene y está bueno aportar desde donde me toca. Me ha dado varias herramientas que quizás antes no las tenía tan incorporadas.
-Después de Colo Colo, pasaste por México, en el Cruz Azul, pero por lo que expresas ha sido en Argentina donde más has crecido futbolísticamente.
Sí, totalmente. La liga de Argentina me hizo crecer un montón. A todas las personas les digo que el fútbol argentino es demasiado competitivo y me ha hecho madurar desde lo futbolístico, entender de otra manera el juego. Me tiene bastante contento jugar acá, porque creo que ha sido todo aprendizaje, aparte de que el país entero vive el fútbol de otra manera. Se te exige muchísimo.

La infancia feliz de Iván Morales, entre el campo y la Casa Alba
-¿Cuáles eran tus sueños cuando aún eras niño y el fútbol era solo un juego?
Mi familia es muy de campo en Chile, de un sector que se llama La Puntilla, en la Séptima Región de Chile. Para mí, el fútbol siempre fue la primera opción. Siempre le dije a mi mamá, a toda la gente que me preguntaba qué iba a hacer cuando grande, que quería ser futbolista. De donde vengo no era algo creíble porque es muy difícil, pero se me fue dando gracias al esfuerzo de mis padres, de mi hermana, de todos mis hermanos, que somos cinco. Mis dos padres que ya no están, pero fue una linda infancia, con cosas que muchos no hemos pasado, sobre todo entre los jugadores, de mucho esfuerzo, de familia muy humilde. Hoy en día le tomo mucho más el peso a lo que fue mi infancia. En su momento obviamente que quería irme del campo, quería salir, pero hoy lo extraño un montón. Quisiera estar más cerca, quisiera estar ahí, hacer las cosas que hacía cuando niño. Mi infancia fue bastante linda, siempre con la pelota al lado.
-Nombraste a tus padres y a tu hermana en especial, ¿qué esfuerzos recuerdas que hicieron para ayudarte a llegar a Primera división y qué valoras por lo que costó en su momento?
Mis padres siempre se la jugaron al 100 por nosotros. Mi viejo fue el que siempre estuvo al lado mío. Venía de viaje solo para verme jugar un día en las inferiores de Colo Colo. Venía por un par de horas y tenía que volver porque había que trabajar. Obviamente que tuvieron que pedir dinero prestado para poder mantenerme, para que tuviera para mi cosas. Todo eso uno lo va recordando. Puedo nombrar miles de cosas que hizo la familia completa, que en ese momento uno lo encuentra normal, que es como lo que tiene que pasar. Pero no es así. Por eso hoy lo veo y le tomo mucho más el peso a todo lo que me pasó en mi infancia, lo bien que lo pasé.
-¿Cuánto tienes presente a tus padres, por ejemplo, cada vez que te toca jugar y te das cuenta que cumpliste tu sueño de niño?
A mis viejos los llevo siempre conmigo. Antes de jugar, siempre les hago un rezo a ellos, a que estén al lado mío porque sé que siempre van a estar ahí presentes. En cada logro de estos años, los tengo muy presentes, en las veces que salí campeón en Colo Colo o cosas así. Siempre se me veía por ahí llorar solo porque, obviamente, me hubiera gustado tenerlos ahí, o cerca. Me habría encantado que mi viejo me hubiera podido ver jugar en el Monumental, por ejemplo, que era su sueño y el mío. Mi vieja disfrutó un poco más, algunos logros que tuve en Colo Colo, la Selección, pero bueno, le duró poco también. Entonces, cada logro que uno va consiguiendo, así como también en la vida personal, me gustaría poder disfrutarlo junto a ellos y decirles ‘esto es gracias a ustedes, también son parte de esto’. Sé que en algún lado están y me estarán viendo.
La influencia de Esteban Paredes y el ejemplo de Jaime Valdés
-¿Cuando te tocó debutar a quiénes veías como referentes, no solo en tu puesto?
En ese momento había una banda bastante linda para un debutante, por así decirlo. Tenía a Esteban Paredes, al Pajarito (Jaime) Valdés, Gonzalo Fierro, Julio Barroso, te los nombro a ellos, pero se me escapará alguno. Después llegó el Mago (Jorge) Valdivia, tuve a Justo Villar en mis inicios. Todos excelentes personas, y agradezco haber debutado en un grupo así. Tenía como compañero a Paredes como ’9′, que es el máximo goleador histórico del fútbol chileno. Era imposible no mirarlo o no querer aprender de él. Para mí fue un referente, además que para la mayoría del colocolino es ídolo. Fue una experiencia hermosa y aprendí un montón, además que nos llevamos muy bien. Siempre tuvo las mejores palabras hacia mí y hacia mi familia.
-¿Qué consejos te daba, en qué te ayudaba, qué te aportó Esteban Paredes?
Esteban siempre me recalcaba mucho lo de la confianza que podía tener, que hiciera lo que yo sabía hacer. Dentro de la cancha obviamente las cosas pueden salir o no, pero afuera siempre estaba muy atento de si estaba bien, si me faltaba algo o lo que fuera. Eso me ayudó a estar muy cómodo en el plantel en ese momento. Por eso digo que me tocó una muy linda banda, personas que eran muy preocupadas por uno, aparte de ayudarte dentro de la cancha, que sí o sí lo hacían.

-Cuando ya estabas más afianzado en Colo Colo, ¿con qué compañero te entendías diez puntos dentro de la cancha?
El delantero siempre tiene que buscar entenderse con los volantes. Y creo que le podría haber sacado mucho más provecho, porque después se fue... El Pájaro Valdés me decía ‘yo agarro la pelota, y tú corre’. Siempre me decía lo mismo, y me recuerdo de un gol que le hice a Antofagasta, que en la semana me dijo ‘si la agarro de espalda, tu pica al espacio’. Me acuerdo que le están dando el pase y yo sabía que él se iba a girar y empecé a correr. Me cayó a los pies. Con Pajarito me entendía muy bien. Él entendía a la perfección lo que era asistir a un delantero. Lo que yo tenía que hacer era correr para adelante, porque sabía que la pelota iba a llegar ahí. Es un compañero con el que me hubiera encantado jugar mucho más tiempo, porque además era una excelente persona.
-No se trata de comparar carreras, pero volver a Colo Colo con la vigencia de Valdés es una buena referencia para imitar, ¿no?
Sí, me encantaría. Cuando volvió a Chile, yo aún no estaba en el plantel. Pero el Pajarito, en palabras vulgares, ‘robaba’ acá en Chile, o sea, la rompió toda. Es un ejemplo muy lindo volver como él volvió, con un gran éxito. Él estaba jugando una semana en Italia y a la otra semana volvió a Colo Colo, al igual que Esteban, que estaba rompiéndola en México y en vez de seguir allá, también volvió a Colo Colo en un momento que el club lo necesitaba, pues fue campeón de la 30. Son ejemplos, al volver al club y demostrar que también son hinchas. Esteban no debutó en Colo Colo, pero después volvió cuando el club más lo necesitaba. Fueron campeones y ese ejemplo es muy lindo como para intentar hacer lo que ellos hicieron. A mí me encantaría volver, pero claro, cuando el club me necesite y estar preparado para hacer las cosas bien.
-¿Te imaginas en un futuro volviendo a Chile? ¿Y si aparece otro club que no fuera Colo Colo, estarías abierto a regresar?
Colo Colo es mi casa, yo hice todas mis inferiores allá. Viví diez u once años dentro del club, en la Casa Alba, conozco a todas las personas que trabajan, les tengo un cariño enorme y obviamente si vuelvo a Chile, me gustaría volver a Colo Colo. Pero me gustaría volver en un momento que el club me necesite y yo estar bien para darle al club lo que se merece y lo que yo siento por Colo Colo. Porque pasé los mismos años en mi casa, en el campo, que los que pasé en Colo Colo. Allá me terminaron de criar, me dieron todo. Entonces me gustaría que cuando el club me necesite, poder estar a la altura de lo que el club te exige.