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“Una vez que querés ser futbolista de verdad, ya hay cuestiones que quedan para otra vida”

Christian Bassedas es el extranjero con el mayor currículum futbolístico que trabaja en Chile. Ganó una Copa Intercontinental y una Libertadores. Hace seis meses asumió como director deportivo de Audax Italiano, y desde allí analiza el fútbol chileno admitiendo que aún está en un período de profundo aprendizaje.

Christian Bassedas "El club se hace fuerte teniendo, principalmente, un equipo que sepa a qué club representa y qué modelo de juego pretende tener", dice el director deportivo de Audax Italiano.

Christian Bassedas (52) aceptó la propuesta de venir a trabajar a Chile porque se considera un hombre inquieto. La invitación que le hizo el presidente de Audax Italiano, Gonzalo Cilley, reconoce que lo cautivó, aun cuando se tratara de un club que a nivel local e internacional no figura en las listas de los top.

Mediocampista del Vélez Sarsfield ganador de la Copa Libertadores 1994 y también de la Copa Intercontinental de ese año -triunfo 2 a 0 sobre el Milan-, Bassedas además ganó cinco títulos con el club argentino y la Copa Interamericana, la Supercopa Sudamericana y la Recopa Sudamericana. Tuvo pasos por el Newcastle y el Tenerife. Fue seleccionado de Argentina en varias categorías, jugó en la Copa del Mundo Sub 20 en 1991, en los Panamericanos Mar del Plata ‘95, en los Juegos Olímpicos Atlanta ‘96; fue subcampeón de la Copa Confederaciones de 1995 y formó parte del plantel trasandino en la Copa América de 1997 en Bolivia. Como manager ganó 5 títulos en Vélez entre 2099 y 2013 y otro en 2020 en Olimpia de Paraguay.

-¿Qué te ha sorprendido desde que llegaste al fútbol chileno?

¿Sorprendido? No, nada en especial. Soy un agradecido ante todo de la oportunidad que me dio el presidente al convocarme para ver si estaba dispuesto y me alineaba a hacer parte de una historia. Sinceramente, no tenía mucho conocimiento del fútbol chileno, más allá de lo que todos conocemos y la tremenda campaña que hizo su Selección hace unos años. Necesité algo de tiempo para informarme, investigar. Pero me gustó la manera que me sedujo el presidente, con ese anhelo de querer hacer mucho por su club. Como director deportivo, si bien tengo experiencia y mi recorrido detrás, siempre hay inquietudes. En un fútbol nuevo uno tiene que saber cómo entrar, pero una vez que el motor se puso en marcha, tratamos de no pararlo.

-Cuando se llega a un nuevo lugar siempre se espera lo mejor, ¿pero imaginabas que iban a estar entre los tres primeros al cierre de la primera rueda?

Mirá, de lo que estoy seguro es que en silencio y detrás de escena, hemos trabajado muy bien, desde que comenzó la pretemporada, el 16 de diciembre. Tengo esa foto porque previamente tuve muchas charlas con el presidente sobre qué club ambicionábamos ser. Uno inmediatamente se compromete con la historia y trata de encariñarse con el escudo, pero eso lleva su tiempo, no es de un día para otro. Uno aparece sin tener ninguna historia en el club. Si bien es un trabajo profesional como cualquier otro, a mí me gusta involucrarme sentimentalmente, investigar cuál fue su historia, qué piensan los hinchas, cómo fueron las últimas campañas. Remarco lo de la pretemporada, porque desde ese día vi a un grupo de muchachos compenetrados en querer triunfar, con mucho compromiso en hacer las cosas bien y en ambición. Y en eso estamos. Previo a la pretemporada tuvimos muchas charlas con el presidente y con el entrenador (Juan José Ribera), para proyectar la conformación del plantel. Porque llega un director deportivo nuevo, de otro país, se supone que va a cambiar todo y yo nunca lo vi de esa manera. Al contrario, creo que el primer gran acierto que hemos tenido es creer en nuestro entrenador, porque él tiene su historia acá, en dos o tres oportunidades, generalmente viniendo en situaciones más complicadas. En lo personal, y asesorándome, más allá de lo que uno pueda apreciar en los partidos que ha visto, me parece que era merecedor de iniciar una historia fuerte.

"Los entrenadores son tan pero tan juzgados -yo lo he vivido- que no es un oficio sencillo de llevar adelante. Coto siente verdaderamente su trabajo", afirma Bassedas.
Christian Bassedas y JJ Ribera"Los entrenadores son tan pero tan juzgados -yo lo he vivido- que no es un oficio sencillo de llevar adelante. Coto siente verdaderamente su trabajo", afirma Bassedas.

-Darle la confianza a Juan José Ribera en un marco diferente, no siempre que llegue como bombero, igual era una apuesta.

Insisto en algo: me asesoré con algunos muchachos de fútbol, amigos chilenos y en los partidos que vi por televisión, cuando me empecé a meter de lleno en esta posibilidad, me gustaba su perfil. Hoy lo puedo corroborar con mucho más conocimiento, con la dinámica del día a día y también con la compatibilidad que solemos tener, cada cual desde su rol, tratando de no invadir su espacio. En nuestro club también intentamos inculcar algunas cuestiones que son institucionales y creo que él está haciendo, junto a su cuerpo técnico, un trabajo al que le doy mucho valor, porque no es lo mismo lo que uno aprecia de afuera a cuando uno inicia una historia y da el paso. Los entrenadores son tan pero tan juzgados -yo lo he vivido- que no es un oficio sencillo de llevar adelante. Coto siente verdaderamente su trabajo, nos gusta que el equipo tenga versatilidad, y eso lo ha llevado adelante.

-¿Cómo uno aprecia al técnico, cómo uno lo juzga?

Más allá que es fundamental el sistema y la estrategia de juego, también uno observa mucho qué influencia tiene la charla técnica en el entretiempo, cómo reacciona en esos partidos en que el equipo no está, los cambios que provoca y después, interpretando inteligentemente las señales que le da el partido. Estamos muy contentos con el andar que él, como líder del vestuario, está llevando adelante. La competitividad que hay en la conformación del plantel me sorprende. Veo al vestuario muy cohesionado, muy fuerte en defender su historia, porque si no tenés esa consistencia de prepararte semana a semana para demostrar para qué estás, lo que ganaste se pierde muy fácilmente.

Las prestaciones que ofrece Audax Italiano

-Audax apunta a ser el cuarto grande. Desde el punto de vista de la gerencia técnica, ¿qué aspectos faltan para serlo?

Es una expresión de deseo, un anhelo, un sueño. Para alcanzarlo nos falta continuar de la misma manera en la que empezó esta historia. Ser consistentes, querer más, no ser conformistas, corregir en las victorias, ganar. El club se hace fuerte teniendo, principalmente, un equipo que sepa a qué club representa y qué modelo de juego pretende tener. Hemos hablado claro desde siempre. También queremos que entiendan que hay valores en los cuales se construye una historia y que tiene que ver con trabajar en equipo, con la adaptabilidad, con la humildad. Por supuesto que esto suena bonito, hablarlo o pegarlo en las paredes como para que uno se obsesione con la historia, pero es la manera de bajar una línea y que haya sentido de pertenencia. Tenemos el propósito de mejorar a los futbolistas, de mejorar al club, y para eso necesitamos la entrega absoluta del profesional en cada área. Somos conscientes y reconocemos el lugar en el que estamos, pero las conclusiones finales se sacan a final de temporada. De nada serviría si bajamos la guardia o aflojamos y pensamos que estamos demasiado bien, porque eso es un error. En el fútbol todos los fines de semana rendís examen y para ello, tenés que entrenar bien toda la semana.

-En los últimos años Audax ha sido un club que empezaba una temporada y había un alto recambio en el plantel. No es fácil que así el jugador genere una identidad con el club.

Sí, por supuesto. Fue también una de las razones por las que le dimos continuidad a un 70% o 80% del plantel. Estaban Oliver Rojas, Seba Matus, Tomás Ahumada, Cristóbal Muñoz y otros más. También creo que los muchachos que se han acoplado, Enzo Ferrario, Jorge Espejo, Leo Valencia, inmediatamente se subieron al tren. También vinieron algunos jóvenes de afuera como Alexis González, Milton Cantero, Pocho Troyansky. Audax es un club que nos da todo. Tiene un predio hermoso, un buen desayuno, almuerzo, las condiciones en las cuales trabajamos son muy buenas. No hay excusas para la entrega absoluta del buen profesional. Y en eso sí estamos muy detrás, no nos gusta que no estemos conscientes de lo que ofrece el club, y de esa manera también podemos exprimirlos desde todo punto de vista. Cuando digo exprimirlo, me refiero a la entrega absoluta. Lo que se ha logrado es que hay un estado de competitividad muy fuerte, no hay fastidios, generalmente los suplentes o los que no van citados, a veces, inconscientemente, muestran un malestar. Esto no nos ocurre porque creo que estamos muy encima de todos en el afán de mejorar al futbolista. En Audax no hay titulares ni suplentes, para nosotros son todos lo mismo. Como secretaría técnica, en la parte humana y emocional estamos muy cerca, porque también hay un grado de pedagogía, docencia o coaching, llámalo como quieras, que para mí en lo personal es tan importante como a la hora del entrenamiento, la estrategia o la táctica, que tengan un buen partido o un mal partido.

"Hay un grado de pedagogía, docencia o coaching que para mí es tan importante como a la hora del entrenamiento, la estrategia o la táctica", dice Bassedas, en la foto junto a Marco Collao y Leo Valencia.
Christian Bassedas en terreno"Hay un grado de pedagogía, docencia o coaching que para mí es tan importante como a la hora del entrenamiento, la estrategia o la táctica", dice Bassedas, en la foto junto a Marco Collao y Leo Valencia.

-¿Hoy la parte de la cabeza es fundamental para cualquier jugador?

Es todo.

-¿Y en tu época de jugador?

No sé si había tanta contención hacia el futbolista. Parecía que un chico de 20 años ya tenía que aceptar y saber cómo manejarse como un futbolista profesional. Y esto no es así. Nosotros tenemos chicos de 17 o 18 años que se están posicionando bien, pero no dejan ser chicos de 17 o 18 años. Más allá de la exigencia absoluta desde lo profesional, también contamos con un psicólogo deportivo que trabaja en lo en lo personal y en lo grupal. No puedo perder de vista que el chico tiene que vivir también la vida de un chico. No me gusta que nos pasemos de rosca creyendo que solamente es de casa al trabajo y del trabajo a casa. El chico puede tener sus espacios, por supuesto, con el cuidado correspondiente, porque también ahí demuestra para que está el futbolista. Una cuestión cierta es que una vez que querés ser futbolista de verdad, ya hay cuestiones que quedan para otra vida. La adolescencia plena o ese principio de adultez, la perdés con tus amigos habituales, empezás a vivir otra vida, pero aún así, considero que tienen que tener sus espacios, sus momentos de entretenimiento a la edad que tienen.

-Matías Cerda, el director deportivo de Palestino, dijo en TNT Sports que muchas veces le ha tocado no fichar jugadores porque en la investigación han visto cosas en redes sociales que lo han hecho desestimar la contratación. ¿Cómo se manejan estos temas en Audax?

Tratamos de tener un profundo conocimiento del chico. En algunos casos llamamos a los padres o a los abuelos, depende de la conformación del chico o del hogar en el que crecen. Tenemos una relación bastante directa. Claro que no me gustaría ver a ningún futbolista en una foto a las 4 de la mañana con una copa en la mano. Ni siquiera habiendo ganado. Tenemos que educarlos a que se cuiden, a que deban tener una vida principalmente ordenada, porque en este club necesitamos también de la autodisciplina, automotivación, autocontrol. Se requiere ser inteligente en el camino que han tomado. Pero cuando digo que tienen que intentar mantener una vida normal, es porque somos gente normal. No podemos, el técnico, el presidente o yo, pretender que estén atados o controlarlos todo el día.

El desafío de trabajar con los chicos y pulir a los grandes

-Audax se caracterizó por el desarrollo de muy buenas divisiones inferiores y de sacar jugadores que luego fueron a los clubes grandes o fuera de Chile. ¿Cómo calificas el estado del fútbol joven?

Estoy en una profunda etapa de conocimiento, quizás no tenga la autoridad total para opinar. Siempre hay espacio para mejorar y en Audax nos exigimos mucho a nosotros mismos. Pero debo reconocer que en Audax hay tipos que son padres de la criatura, son buenos docentes. Han tratado bien a los chicos. Tenemos muchos jóvenes en el primer equipo, por ejemplo, a Matus, que es un futbolista extraordinario salido de la cantera, o Tommy Ahumada, que es un arquero bárbaro. Quizás no tienen la exposición de un club grande, pero no tengo duda de lo que estoy diciendo. Tenemos dos chicos de 17 o 18 años, Mario Sandoval y Martín Jiménez, con mucho presente, pero más aún con mucho futuro. Uno de mis desafíos es estar encima también de la series de las proyecciones, Sub 18 y 20. Somos un club que le quiere dar luz verde y crear espacio a futbolistas formados con nosotros.

-¿Y cómo es el proceso con los que llegan de afuera?

Es nuestro deber seguir puliendo al futbolista. Ninguno llega perfecto y no sé si alguna vez uno termina de pulirse del todo. Entonces también estamos muy encima. Transmitimos o inculcamos al cuerpo técnico profesional un espacio que se llama de desarrollo individual, que lo solemos hacer o provocar post entrenamiento principal y que tiene que ver mucho con los trabajos analíticos, ya sea al principio de una forma visual y después transferir al entrenamiento, al campo de juego, a situaciones reales que quizás en el partido no terminan definiendo o finalizando bien, o hay un mal cierre o un mal despeje. Tenemos la obligación de mejorarlos y el futbolista lo aprecia, no es que le das una carga extra de entrenamiento. Se entusiasman cuando también observan que el club tiene el deseo verdaderamente de que cuando se vayan, sean mejores futbolistas.

-¿Qué opinión tienes de la regla Sub 21?

Al principio, me llamó la atención mucho que no fuera algo más natural, me pareció que era un problema. En Argentina un chico debuta a los 17, 18 o 19 años y se afirman en la práctica. No lo veía de la manera que en Chile se ve, pero creo que no debiera ser un problema para los clubes. De hecho, recién mencioné a jóvenes nuestros que están aptos para cuando el entrenador los necesite. Dentro de la cancha, no hay ni me gusta cuando dicen es un chico, no, adentro de la cancha es un hombre. Hay un trabajo detrás y si el técnico le da la camiseta, no es una desventaja jugar con uno, dos o tres jugadores de 18, 19 o 20 años. No lo veo de esa manera.

"Se entusiasman cuando también observan que el club tiene el deseo verdaderamente de que cuando se vayan, sean mejores futbolistas", expresa Bassedas.
Audax celebra un buen semestre"Se entusiasman cuando también observan que el club tiene el deseo verdaderamente de que cuando se vayan, sean mejores futbolistas", expresa Bassedas.

La amistad y lealtad con Ricardo Gareca

-Chile está viviendo hoy una profunda crisis, sobre todo a partir de lo que le sucede a nivel Selección. ¿Crees que la situación es tan dramática, estando ya por ahí hace seis meses radicado en Santiago?

Sería una falta de respeto de mi parte dar una opinión firme del fútbol chileno. No me parece coherente. Tengo la misión de hacer las cosas bien en Audax, con la responsabilidad que me da mi rol, con la confianza que me transmite el presidente, que constantemente me está respirando en la nuca. Y esto lo digo como algo grato, porque uno también, desde distintos roles, por más jerárquicos que sean, tenés que ir en busca de mejorar tu anterior versión. Entonces estoy muy enfocado en Audax y contento verdaderamente, porque creo que no es casualidad, lo veo en la tabla de posiciones y lo vivo en el día a día. Para tener una opinión firme, necesito tiempo y ser más conocedor. Soy muy prudente también porque no tengo ninguna queja al respecto del trato del chileno hacia mí. Me parece que primero me tengo que enfocar bien en lo mío.

-¿Qué jugadores de Audax crees que son exportables?

No me parecería correcto nombrar a nadie en particular, pero recién marqué algunos chicos que verdaderamente yo les veo vuelo o buena proyección. Matus fue citado a la Selección porque ha sido un futbolista muy importante para nosotros, en nuestro vuelo, nuestro brillo futbolístico, nuestros ataques. Y después tenemos un futbolista que nos eleva y nos hace soñar más, a partir de toda su experiencia, que es Leo Valencia. Es de esos futbolistas de potrero, guapos, talentosos, que desde la pretemporada vi cómo se preparó. Cuando él está encendido, contagia. Son esos futbolistas que tienen ascendencia en el vestuario, dentro de la cancha y nos dan otro carácter. Entonces es un plus que lo tenemos presente. A veces hablando con él, digo vos tenés que potenciar al equipo, porque a su vez el equipo te va a potenciar a vos. Una vez leí en un libro de (Jorge) Valdano una frase que me encantó y que la tomo como propia: el líder es el equipo. Creo que tiene que ver con lo que nos está pasando. Somos un equipo de 6 puntos, muy bien, pero que si estamos con la sangre en el ojo, compenetrados y bien preparados, estamos para competirle de igual a igual a cualquiera.

-¿Y a cuánto se eleva el puntaje cuando están con la sangre en el ojo?

Se eleva a tener partidos como los que hemos tenido, de los más resonantes. Con la sangre en el ojo te da siempre un puntito más. En Argentina es del 1 al 10. Acá en Chile es de 1 a 7. Es una forma de decir. Siempre me predispongo a estar en 6 puntos, porque quiere decir que estás preparado para la batalla.

-¿Qué análisis haces del ciclo de Ricardo Gareca?

No presencié ni participé de todo el ciclo. Hace solo seis meses me involucré de lleno en el fútbol chileno, en Audax. No voy a opinar absolutamente nada del presente ni de la Selección. Lo que sí voy a decir es que para mí el Flaco Gareca, aparte de ser amigo, aparte de la admiración y el respeto que le tengo, fue el mejor de lo que yo, como director deportivo, tuve cerca. Lo que sucedió para mí no cambia el concepto que siempre voy a tener de él. Tuve una historia muy profunda de cinco años en Vélez Sarsfield, entonces soy un conocedor de sus características.