Fue el 23 de septiembre del año pasado, cuando la fatalidad le pegó con saña al seleccionado chileno Matías Catalán. Ese día, jugando con su equipo, Talleres de Córdoba, ante Racing sufrió una gravísima lesión que lo tiene hasta hoy alejado de las canchas. Un corte de ligamentos que no solo lo dejó fuera del torneo argentino, sino que también lo marginó de la recta final de las Eliminatorias Sudamericanas con La Roja.
Hoy, el nacido en Mar del Plata, de padre chileno y que obtuvo la ciudadanía para poder defender a la Selección, está en el proceso final de recuperación. Ansía volver a las canchas, pues ya lleva nueve meses sin fútbol. Primera lesión de gravedad que sufre el zaguero de 32 años de edad en toda su carrera, por lo que el proceso que ha debido enfrentar representa toda una novedad.
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Catalán recibió a en exclusiva a En Cancha Prime y el primer tema abordado, como no podía ser de otra manera, es cómo va su recuperación. Cuenta que “es una lesión durísima. Yo había solo sufrido un desgarro una vez con la Selección en un partido con Perú (12 de octubre de 2023, tercera fecha de las Eliminatorias). Y uno grande, algo que nunca me había pasado, de cinco semanas de recuperación. Ahora, transitar por esta lesión, que ya me marginó tantos meses, es duro”.
-¿Te diste cuenta de inmediato de que se trataba de algo grave?
Quizás al principio no tomé conciencia de lo que significaba esta lesión. Por ahí uno no sabe bien el grado o cómo te va afectando día a día. Estando afuera, tratando los primeros días de volver a entrenar después de una operación, la verdad que se hizo difícil, pero creo que me ha costado más en estos últimos dos o tres meses. Empiezas a soltarte, sientes que ya está, pero hay cosas que faltan, como la parte fisiológica, de movimientos mecánicos que antes tenía y hoy cuestan el triple.
La sicología, un factor clave en la recuperación de Matías Catalán
-¿Qué herramientas te han permitido sobrellevar este proceso?
He estado con psicóloga, más los entrenamientos en el club y trabajos con el kinesiólogo, que me ha apoyado un montón. Se hace difícil, pero al mismo tiempo sabía que iba a serlo. Así que un poco también fui preparando la cabeza, que al fin y al cabo es lo que tiene que estar bien para poder llevar todo de la mejor manera.

-¿Cómo manejas la ansiedad por volver a las canchas? Porque es considerable llevar tantos meses parado…
Ha sido un paso muy difícil eso de llegar todos los fines de semana y tener que ver los partidos desde afuera. Pero hay cosas que puedo manejar yo y otras no; eso es justamente lo que hablamos mucho con la sicóloga. Trato de manejar lo que yo puedo, después, el tiempo dirá.
-¿Siempre te has apoyado con sicólogos en tu carrera o a partir de esta lesión empezaste a hacerlo?
Es una herramienta importante y, soy sincero, antes de la lesión no la usaba. Sí había hecho charlas grupales en los clubes o en la Selección, donde también teníamos mucho el coaching. Pero después de la lesión lo decidí; y no al principio, sino en los últimos meses, cuando no le encontraba la vuelta en muchos sentidos. Me ha servido un montón y soy un agradecido.
-Lo recomendarías, entonces, como una herramienta para cualquier trabajador, en cualquier rubro…
Sí, claro que sí. Yo siempre he sentido a nivel personal que soy una persona fuerte y he tratado de resolver todo a mi manera, pero hay cosas que no se pueden resolver solo, más después de una lesión tan grave. Apoyarme en la sicología me ha ayudado un montón y, ni hablar, desde ahora y hasta que termine mi carrera, seguramente lo seguiré haciendo. Lo voy a necesitar y sé que será un gran acompañamiento y una herramienta.
La chilenidad siempre estuvo ahí y Catalán la abrazó
-Tu padre es la raíz que te vincula con Chile. ¿Qué se hablaba de Chile o de las raíces chilenas en tu entorno, antes de ser convocado a la Selección? ¿Alguna costumbre?, ¿Algún recuerdo?...
A mi viejo le tocó mudarse para acá cuando era muy chico, entonces tiene pocos recuerdos. Sí ha vuelto a Chile varias veces, con mis tíos, mis abuelos, que todos se vinieron para Argentina, así que tienen esa relación de estar constantemente yendo y viniendo. Tengo mucha familia de Chile que viene a Argentina también a visitar, entonces siempre he tenido esa raíz. Mucha comida, por ejemplo, que me encontré cuando fui allá yo ya la conocía o costumbres, que en realidad son parecidas a las argentinas. Por parte de mi papá, fue un orgullo cuando se empezó a hablar de la opción de jugar por la Selección. Lo pude cumplir y me dio mucha alegría por él.
-¿Y de qué club es hincha tu familia en Chile?
Hay algunos que son de Colo Colo y también hay de la U; está repartida la cosa. Otros, que hace muchos años llegaron e hicieron sus vidas en Argentina, van por River, otros por San Lorenzo, otro por Boca… Están muy divididos, pero son todos futboleros.
-Se dice que incluso desde la época de Jorge Sampaoli como entrenador de la Selección ya te habían empezado a seguir para que jugaras por Chile. ¿Cuánto hay de cierto en eso?
La verdad es que nunca llegó una nominación en ese momento, pero sí se habían comunicado con mi representante, para ver cómo estaba el tema de la ciudadanía y si ya tenía la chilena. En ese entonces, no tenía nada, así que sobre esa base empecé a tramitarla, como en 2015, más o menos. Posteriormente, cuando estaba en México, en 2019 y con Reinaldo Rueda en la Selección, se comunicaron conmigo antes de un amistoso, porque estaba en una pre nómina. No me convocaron finalmente, pero ahí ya tenía todos los papeles en regla. Se dio cuando me convocó Eduardo Berizzo, de quien también soy un agradecido, y después terminamos con Ricardo Gareca.

-¿Cuánto de corazón chileno hubo en tu decisión de aceptar jugar por Chile?
Hay un cariño muy grande. Mi viejo es chileno y siempre puso a Chile por encima de todo, más allá de que Argentina le haya abierto las puertas y que haya conocido a mi mamá acá en Mar del Plata. Además, él siempre me inculcó lo que era su patria, su bandera, más allá del fútbol. Si ves el Facebook de mi papá, está lleno de publicaciones en que a sus hijos, sus nietos, les ponía la bandera, la camiseta. Entonces, cuando me llegó la oportunidad, fui un agradecido.
-¿Tu papá te ponía la camiseta de Chile cuando eras chico?
¡Sí, claro! Imagínate que mi papá tenía un camión que se llamaba “El Chile”. Así es él con su país e, incluso, mucha gente que lo conoce lo llama así. Siempre ese sentimiento ha estado en la familia.
-¿Se te ha pegado alguna palabra chilena, algún modismo?
¡Ja! Sí, hay por ahí algunas cositas que se me han pegado…
-Pero eso fue por la Selección o por tu entorno familiar…
Hay muchas expresiones que las usa mi familia que está aquí en Argentina. Mis abuelos, mis primos. Obvio que el weon, también el guatón. Sí poh… “Weon pesao” se me sale de repente por ahí.
-¿Y la comida?
Soy un fanático de la empanada de pino. Y mi abuela hace muchísimo el charquicán también. El mote con huesillo es otra cosa que me encanta.

Matías Catalán, a un paso de Colo Colo
-En su momento se habló de que te buscó Colo Colo. ¿Cuán cerca estuvo eso de concretarse?
Fue cuando estaba (Gustavo) Quinteros en Colo Colo. Yo justo había venido a préstamo desde México y Talleres estaba en la indecisión de comprarme o no. Fue entonces cuando apareció Colo Colo. La verdad es que estuve cerca, pero finalmente decidí quedarme en Argentina, porque ya me había consolidado en el club y mi familia estaba muy bien en Córdoba. Estoy agradecido de la gente de Colo Colo, porque siempre que hemos hablado se han portado muy bien conmigo, así que quién sabe si en un futuro se da.
-No descartas entonces a Colo Colo o a cualquier club de Chile…
Ni hablar. Aparte, tengo muchos compañeros y amigos que han jugado en Chile y me comentan sobre la calidad de vida y la manera en que se vive el fútbol allá. Si se da, bienvenido sea.
-¿Cómo habría tomado tu familia la opción de Colo Colo? Porque recién contabas que había tanto hinchas albos como azules…
Capaz que alguno me habría dicho algo. Pero, por el lado de mi viejo, se hubiera puesto la camiseta de cualquiera. Él es hincha del equipo donde yo voy.
-Han llegado muchos jugadores chilenos a Argentina en el último tiempo y, salvo algunas excepciones, les ha ido bien. ¿A qué se debe?
El jugador chileno tiene mucho potencial y acá en el fútbol argentino logra, justamente, potenciarse. Por el estilo de juego, aguerrido, sin tiempo para pensar, en que todos los equipos te meten, te hacen correr, y ese es un plus que le da Argentina al jugador chileno. Por algo vienen para acá, porque tienen calidad, buen pase. Los que estuvieron en Huracán, por ejemplo, Alarcón y Echeverría, hicieron muy buenas temporadas y fueron transferidos; Luciano Cabral, en Independiente; Loyola, Barti, en su momento.
-¿Tiene que creérsela más el jugador chileno?
Se tiene que dar cuenta, pero ojo que eso también pasa en Argentina. Yo veo acá compañeros en Talleres a quienes les digo que necesitan dar un poco más en ese sentido. Que tienen potencial para más; a veces, uno no se da cuenta de eso y necesitas que te lo digan.