¿Qué tan grave fue la total ausencia de jugadores en la ceremonia de apertura del Centenario de Colo Colo? Como en todo orden de cosas, el tiempo lo juzgará.
Que fue gravosa, claro que sí. Que generó fastidio, ciertamente. Aunque en apariencia ningún dirigente albo lo explicitó en el acto social del club, menos el timonel Aníbal Mosa que insinuó que era de mal gusto hablar de plata. Otrosí: versiones de reporteros señalaron que la otra facción directiva propietaria de Blanco y Negro -Larraín Vial-, tampoco dijo presente en el lanzamiento, lo que también estropeó la finalidad del evento: que la familia del Cacique se una por este propósito institucional. (Digamos de paso que en la corredora de bolsa Larraín Vial tienen uno que otro problema con el anuncio de formalización de ocho ejecutivos por el caso Factop).
Evidentemente, no fue una buena forma de cerrar el año ni de empezar la conmemoración de un siglo de vida. Las razones esgrimidas por Esteban Pavez, de que los jugadores se ausentaron porque no recibieron una invitación formal, tampoco ayudan. En estos tiempos modernos y en el contexto de flexibilidad con que los actores se mueven en el fútbol chileno, los motivos del capitán suenan a una mala excusa.
Es efectivo, por lo demás, que a veces este tipo de situaciones son relevadas por el periodismo a una importancia superior, cuando en realidad no las tienen. Sin embargo, en una coyuntura de discusión por la discordancia en el pago de los premios, que llevan sosteniendo hace días la directiva con los jugadores de Colo Colo, la inasistencia del viernes pasado es un comportamiento poco deseable de un colaborador con el que debes trabajar armónicamente.
Denota la actitud del plantel colocolino una prioridad que jamás hay que perder de vista: el futbolista es un profesional que no juega por lo simbólico, lo histórico o por la tradición que un club intente preservar. No es que no le importe, pero es que sus piernas no se mueven gratis. Juega por dinero. Lo demás es música. Y si Aníbal Mosa, que es presidente de Colo Colo porque ama al club tanto como al poder que el rol le otorga, no se da cuenta o jerarquiza equivocadamente las variables de este asunto, estaremos frente a un problema que puede emporcar no solo el debut del Centenario albo, sino que el arranque de la temporada.
La experiencia indica que en una negociación por premios, siempre las relaciones tensarán a las partes hasta que las mutuas concesiones y el peso de los contratos alcancen un punto de encuentro. Tampoco hay que descartar que, cuando estos trabajadores y empleadores aparezcan sonrientes comunicando el acuerdo, finalmente sea la prensa la que tenga la culpa por “exagerar” o “tergiversar” estas “pequeñas diferencias”. El cuento es tan viejo como imputarle una derrota al árbitro cuando hubo un mal rendimiento colectivo.
Pero, les guste o no, acá estamos: con los jugadores de Colo Colo distanciados de su cuerpo directivo, luego de tener la temporada deportiva más exitosa en mucho tiempo y volviendo de un merecido descanso. Quizás sea solo por el cansancio de fin de año y las ganas de seguir de vacaciones. Siempre es edificante pensar bien en estos últimos días del 2024.