Los hechos hablan por sí solos. Las contrataciones de Javier Correa y Claudio Aquino son un potente mensaje de Colo Colo al fútbol chileno. El Cacique, en los últimos dos mercados de pases, fue a buscar jugadores del campeón vigente de Argentina. Impensable en la última década para el medio local, que recurrió a préstamos de futbolistas desechados, veteranos de vuelta o en proceso de recuperación, que pretendían relanzar su carrera.
Correa vino de Estudiantes de la Plata y refrendó, en la medida que tomó continuidad y se recuperó de sus lesiones, los antecedentes que avalaban su fichaje. Aquino acaba de dar la vuelta olímpica con Vélez Sarsfield y fue elegido el mejor jugador del campeonato. No son los nombres de los ’90, en los años cuando aún no entraba a regir la ley Bosman en Europa, y la MLS en Estados Unidos y México tenían cuotas de extranjeros más restringidas, pero sí son figuras de peso en el escenario actual de Sudamérica.
Lo anterior se explica en que el Centenario de Colo Colo obliga a la dirigencia alba a dar un salto de calidad, porque a nivel local e internacional, el cuadro popular tiene que ser un protagonista de 2025. Algo muy distinto a las bodas de oro, de 1975, cuando el equipo remató en la sexta posición, en el reflejo de una severa crisis económica. Luego, la extinta Asociación Central de Fútbol intervino al entonces club de Cienfuegos 41.
Son dos las almas que conviven en Blanco y Negro. La que lideraron León Vial y Gabriel Ruiz Tagle, con Alfredo Stöhwing como cara visible en el ciclo que vino luego de la pandemia, caracterizada por una administración fría. Se gasta lo que se puede. La otra está en manos de Aníbal Mosa, quien al recuperar el timón aspira a borrar de la memoria de los hinchas el bochorno de 2020, cuando Colo Colo zafó del descenso en un partido de definición.
Mosa quedó con esa espina desde que volvió del Fiscal de Talca, la tarde de la salvación ante Universidad de Concepción. Cuando retornó a la presidencia, intentó reponer su imagen y nada mejor que armando un equipo que sea favorito en Chile y aspire a competir en Sudamérica. Es un estilo de gestión más agresivo, que corre riesgos, porque una cosa son los nombres y otra el rendimiento. El empresario puertovarino cree en el todo o nada.
La incorporación del atacante uruguayo Salomón Rodríguez, ex Godoy Cruz, es otra muestra del espíritu colocolino de 2025. Con sus ocho goles en la última temporada del fútbol argentino, le otorga más peso a la ofensiva de Jorge Almirón. Con estos nombres, más el grueso del plantel que se mantuvo en Macul, Colo Colo aspira a celebrar en grande sus cien años.
La contienda parece desigual. Universidad de Chile trata de encontrar la salida en medio de la crisis ocasionada por la debacle de Sartor y la osadía de su presidente Michael Clark. Universidad Católica reformula su plantel, con la inauguración del nuevo San Carlos de Apoquindo como objetivo central e inmediato. Cuando la UC disponga de su casa, la cosa será diferente. Por ahora, Colo Colo impone su billetera. Veremos qué dice la cancha.