Es noticia:

Un castigo de FIFA es una oportunidad quizás única para el fútbol chileno

No hay que alterarse, porque es altamente probable que nada pase. Pero si FIFA se decide a sancionar a Chile, que sea al menos por cuatro años. Con la reforma de las SAD y sus externalidades, puede generarse una limpieza de mucha basura que abunda en la actividad.

Mamá FIFA atenta El organismo observa cómo su pupilo chileno podría ser objeto de abuso, intromisión o toqueteo, para intervenir.

Pablo Milad y Jorge Yunge, aprovechando su visita a Estados Unidos al Mundial de Clubes, recurrieron a mamá FIFA y a papá Conmebol para que manden una comunicación a inspectoría general. La ANFP ha hecho uso de su derecho inalienable de defenderse, a través de la instrumentalización de terceros, ante lo que considera una “intromisión” del Estado o del gobierno -vaya a saber uno a quién identifican como el “intruso”- en la conducción del fútbol profesional chileno.

Mamá FIFA y papá Conmebol han sido informados de lo que les incomoda a Milad y Yunge y al séquito de clubes interesados: que el proyecto que reforma la ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que se tramita en el Senado, deriva en otras modificaciones de la estructura institucional que sustenta al fútbol profesional, entre ellas, y la más relevante, la separación de la ANFP y la Federación de Fútbol de Chile.

Mamá FIFA y papá Conmebol, a través de dos funcionarios de tercera fila, escucharon los regaños de sus “protegidos” y concluyeron que esta injerencia legislativa podría ocasionar un impacto negativo a la Federación de Fútbol-ANFP y a sus socios afiliados. Y amenazan que podrían decretarse drásticas sanciones, como marginar de las competencias internacionales... al fútbol chileno. En otras palabras, se hacen cargo de la defensa, pero la sanción afectaría a la supuesta víctima que defienden.

El problema de fondo es que Milad, Yunge y compañía no han sido capaces de defenderse solos. Y cada vez que lo intentaron, han explotado uno de sus rasgos predominantes frente a los parlamentarios: la hipocresía. Esa es la verdad. No quieren que las SAD sean modificadas, ni que se termine la multipropiedad, se transparenten los orígenes de los fondos de inversión, se ponga fin al engendro Federación-ANFP que posibilita el desvío de recursos de la Selección a los clubes y varios otros asuntos, que a los dueños de los socios de la ANFP les haría dejar de ganar mucho dinero y perder el poder que administran.

Milad y Yunge acuden a mamá FIFA y papá Conmebol porque no esgrimieron argumentación lo suficientemente válida como para que la autoridad considerara sus principios, por lo que han tenido que recurrir a dos padres que operan como matones, los gánsters del barrio, para que amenacen con sanciones que provocarían daños económicos agudos. ¿A quiénes? Se insiste: a los propios representados por Milad y Yunge.

En esta maniobra de defensa-traición, el único que pierde, como ha sido una constante, es el consumidor, el hincha. ¿Quién en específico? El que cada día ve por televisión más partidos de ligas extranjeras que de la liga chilena. Hay que ir a preguntarle a TNT Sports cuántos afiliados ha perdido este año en relación a los anteriores.

La jugada de la ANFP, de Milad y Yunge, es una práctica tan antigua como oblicua. El hoy nonagenario Miguel Nasur, cuando a mediados de los ’80 asumió como presidente de la desaparecida Asociación Central de Fútbol (ACF), semanalmente advertía que la FIFA haría caer las penas del infierno si es que los dirigentes de los clubes opositores mantenían su disidencia y operaban para fundar la actual ANFP. Nunca sucedió nada, por cierto. Pero sí había una gran diferencia con el presente: Nasur por lo menos tenía acceso directo a FIFA, porque mantenía una amistad personal de años con el presidente Joao Havelange, llegando incluso a tener vínculos familiares. Milad, ya sabemos, no pesa ni en la Conmebol, salvo para liderar los homenajes a Alejandro Domínguez, y para la FIFA, su rol es tristemente insignificante. Sobre Yunge, no hay certeza de que se le identifique en Asunción o Zúrich.

¿Y qué tanto pasaría si la FIFA castiga a Chile, un país que le da lo mismo y que hasta le podría servir de ‘caso ejemplar’ para otras naciones ‘rebeldes’? Después de todo lo que sucede y vemos a diario, y dado el estado agonizante del fútbol profesional chileno, un castigo de mamá FIFA y papá Conmebol quizás nos vendría bien. Tendríamos tiempo para repensar la decadente industria que tenemos a partir de una nueva plataforma institucional; con la reforma legal de las SAD establecida hasta se podría generar un éxodo de buena parte de la gama de negociantes y prestamistas que se hicieron propietarios de los clubes, porque la ley les impondrá barreras de ingreso y los fiscalizará. Además, el botín se recortará de manera considerable, alejados deportivamente del contexto competitivo internacional.

El fútbol chileno tendrá entonces que instaurar un modelo de economía autárquica, al quedar marginado de la copas internacionales y hasta de un ciclo mundialista, mientras se extienda el castigo FIFA-Conmebol. Pero el financiamiento basal de los clubes está asegurado por el contrato de la televisión, por lo que la realización de los torneos está garantizado. El aislamiento internacional haría bajar a montos razonables los costos operativos de los clubes, ya que la Selección no obtendrá recursos. Pero esta condición incluso obligará a desarrollar el fútbol formativo para renovar planteles y a generar un ciclo de trabajo profundo y continuo con la Roja, sin las presiones de los resultados.

Seamos claros: si los gánsters del barrio dictaminan un castigo ejemplar, el fútbol chileno no va a desaparecer, entrará en una fase de sana limpieza y evolución interna. Una realidad impensada en las actuales condiciones y con una mayoría de propietarios-prestamistas-representantes contrarios a reformular el fútbol chileno.

Y quién sabe, sin que ni siquiera lo pretendieran -y menos lo pensaran-, el castigo de mamá FIFA y papá Conmebol puede ser el verdadero gran legado que andan buscando Pabo Milad y Jorge Yunge.

section logoSobre el autor

Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2015. Fue Director de Don Balón y El Gráfico Chile, Editor de Deportes de El Mercurio, Editor General Prensa TVN y Subdirector de Prensa de Mega.