La Roja Femenina

Los pecados de la ANFP de Pablo Milad que desembocaron en el fracaso de La Roja Femenina

Un cúmulo de desaciertos dirigenciales, entre la clasificación de Chile a los Juegos Olímpicos de Tokio hasta la derrota ante Haití, explican el fracaso de la Selección Femenina Adulta.

Ya no hay mucho que hacer. La Selección Femenina de Chile no pudo acudir a su segundo Mundial adulto consecutivo, al caer por 2-1 en Auckland ante su similar de Haití. Un fracaso, sobre todo por lo que esta selección había acostumbrado al medio, pues en cuatro años nuestro representativo logró un subcampeonato de América, clasificar a Francia 2019 y a Tokio 2020 y ganar una copa en Brasil... y a Brasil, algo inédito en la historia de nuestras selecciones.

Hoy el panorama es distinto. La Roja finalizó apenas en el quinto lugar en la última Copa América, en los partidos previos al repechaje anduvo de regular para abajo y terminó el camino con una derrota ante las caribeñas que la dejó con las manos vacías.

¿Responsabilidades? El medio apunta principalmente a José Letelier, el entrenador. También hay quienes cuestionan el nivel de algunas jugadoras. Sin embargo, la que no puede salir incólume de este fiasco es la dirigencia de la ANFP (de la Federación, que en Chile es solo una figura decorativa). Las culpas de la administración Milad son tan importantes que influyeron notablemente en el resultado final, pues un producto que había sido potenciado en dirigencias anteriores, terminó desmoronándose debido a una política específica adoptada por los nuevos regentes, apenas arribados a Quilín.

El primer desafío referente a la Selección Femenina que tuvo que afrontar Pablo Milad en su llegada a la ANFP fue el repechaje a Tokio 2020. El proceso ya estaba encaminado en la presidencia de Sebastián Moreno, el principal impulsor de los cambios en la misión y visión de la Roja de mujeres y que posibilitaron que Chile estuviera peleando en esas instancias.

El ex intendente del Maule no tuvo pito que tocar respecto de la preparación y gestión para los partidos con Camerún (abril de 2021), pues ese proceso ya estaba organizado antes de su arribo.

La Roja desechó por plata un amistoso ante la mejor selección del mundo

Ya con Milad empoderado, el panorama en la Selección Femenina comenzó a cambiar de manera radical. El dirigente, con aprobación de su directorio se infiere, se escudó siempre en la falta de dinero para preparar tal o cual compromiso (asunto que replicó en otras selecciones nacionales, tanto de hombres como de mujeres) e hizo de eso una constante.

En Cancha tuvo acceso exclusivo a los detalles que marcaron los destinos de La Roja Femenina, desde su participación en el repechaje a Tokio hasta su eliminación en la última repesca planetaria. Y algunas determinaciones de la regencia son asombrosas.

Una de esas historias se fraguó incluso antes de los Juegos Olímpicos. Las administraciones previas a la llegada de Milad a la Federación lograron entablar muy buenas relaciones con la Selección de Estados Unidos, la mayor potencia en el mundo del Futfem. De hecho, apenas La Roja clasificó a Francia 2019, el coordinador de la selección norteamericana (Tom King) llamó directamente a la Federación para invitar a la Selección Femenina a una gira por California. Un evento histórico para el fútbol femenino chileno que por vez primera fue considerado para algo así.

Con ese antecedente de buenas relaciones, la US Soccer decidió invitar nuevamente a Chile a jugar en la tierra de las cuatro veces campeonas del Mundo, una vez terminada la participación de La Roja en Tokio 2020. Sería la primera fecha FIFA post Juegos, en septiembre de 2021. A Milad no le pareció. El presidente de la ANFP preguntó cuánto valía esa gira y acotó que, para él, Estados Unidos era una escuadra “de segundo orden”. Hubo que explicarle que se trataba del mejor equipo del planeta...

Estados Unidos pagaba toda la estadía de la Selección en Norteamérica y la Federación solo debía hacerse cargo de los pasajes hasta la sede del primer partido. A Milad se le ocurrió entonces proponer que Estados Unidos viajara a Chile, algo imposible conociendo la agenda de la primera selección del orbe y cuyo calendario se arregla con años de antelación; finalmente y con la excusa de que “no hay plata”, el partido se terminó por desechar.

Lo paradójico del asunto es que, finalmente, para esa fecha FIFA la Federación trajo a Chile de emergencia a Uruguay, en una movida que le costó a las arcas de la ANFP muchísima más plata de lo que originalmente significaba ir a Estados Unidos: tuvo que encargarse de la escuadra oriental por más tiempo del original y, más encima, en ese entonces (Fiestas Patrias de 2021) se le dio tiempo de descanso al personal de Juan Pinto Durán, por lo que hubo que contratar a una empresa externa que se hiciera cargo de la mantención del recinto y de la alimentación de las “Charrúas” en su estancia en Santiago.

El fiasco con el Comité Olímpico de Chile

Luego de su histórica clasificación a los Juegos Olímpicos, la Roja Femenina exigía una preparación acorde con el desafío venidero. Ante la dificultad de conseguir rivales asiáticos que emularan lo que podría ser Japón, el cuerpo técnico solicitó enfrentar en la Fecha FIFA previa a los Juegos a un rival europeo de nivel, que pudiera simular los compromisos venideros ante Reino Unido y Canadá.

La Federación, entonces, pactó una gira a Europa, para medirse ante Eslovaquia y una potencia mundial: Alemania. Milad puso el grito en el cielo por los costos del viaje. Luego, ante revisión del gerente general de la época, Enzo Giacometti, se determinó que los valores de alojamiento obtenidos eran incluso menores a los que aparecían en sitios web de público acceso.

Llegó el momento del viaje a Japón y en las reuniones entre la Federación y el Comité Olímpico de Chile, el deporte federado le explicó a Milad que los pasajes de las jugadoras y del staff corrían por cuenta del COCH, eso sí, en clase económica. Si la ANFP quería que sus futbolistas viajaran en Clase Ejecutiva (lo que se acostumbra en el fútbol internacional), debía desembolsar la diferencia.

El presidente de la ANFP, entonces, le comunicó al cuerpo técnico y a las jugadoras que por mandato del COCH era obligatorio viajar en Económica. Las jugadoras, molestas, llamaron personalmente a Miguel Ángel Mujica, presidente del Comité Olímpico, para pedirle explicaciones y quedó al descubierto que lo de Milad fueron solo excusas para no pagar la diferencia. El asunto causó un desencuentro entre los presidentes de ambas instituciones.

La pedregosa preparación para la Copa América de Colombia

Luego de los Juegos Olímpicos y con la caída del partido ante Estados Unidos, Chile tuvo que organizar a la carrera fechas FIFA contra Uruguay, Colombia y un torneo amistoso en Manaos, Brasil. La gira a tierras cafeteras, en especial, fue problemática. Las jugadoras que militaban en el extranjero le dieron un ultimátum a Milad: los trayectos largos, o se hacían en Clase Ejecutiva, o varias se bajarían de las convocatorias.

Llegó la última fecha FIFA antes de la Copa América, ante Ecuador en Chile, y nuevamente la necesidad casi endémica de la ANFP de ahorrar dinero. Se desistió de arrendar San Carlos de Apoquindo y uno de los dos encuentros se terminó disputando en la cancha sintética del Nicolás Chahuán de La Calera, ante la molestia de las futbolistas y cuerpos técnicos de ambas escuadras, porque salía gratis.

El viaje a Colombia para la Copa era en un par de días, por lo que las futbolistas no regresaron a sus clubes. Viajaron directamente desde Santiago a Cali y en Clase Económica, pues Milad expuso que el tema se dirimía de la siguiente manera: o se viajaba en Ejecutiva o se llegaba antes a la sede del torneo, no las dos cosas. Se optó por arribar con antelación al destino, aunque las condiciones de viaje fueran deficientes.

A Pablo Milad no le gustó el rival de noviembre

Chile jugó después de la Copa América y antes del fin de 2022, solo dos fechas FIFA de las tres que ofrecía el calendario internacional femenino. La de septiembre se desechó, la de octubre fue una gira a México y la de noviembre un doble duelo con Filipinas, escuadra de la AFC clasificada al Mundial y que despertaba el interés de muchos equipos alrededor del mundo por enfrentarlas.

Pablo Milad no estuvo de acuerdo con el rival. Pese a que se trataba de una selección mundialista, el presidente del fútbol chileno consideró que el adversario era un cuadro “poco vendible” comercialmente, por lo que solicitó traer a Argentina o a cualquier equipo que le resultara más familiar al público, pese a que no representaren ningún beneficio deportivo para la Selección.

Llegó el momento del repechaje mundialista y, con todas las falencias en la preparación del equipo como antecedente, se tomaron otras decisiones cuestionables antes del viaje a Oceanía. Para abaratar costos por sobre los criterios deportivos, la administración determinó marginar del viaje a la nutricionista de la Selección, Karina Barrales, encargada desde 2019 y con éxito de diseñar y supervisar cada menú a que las futbolistas tenían acceso durante las giras y también en los periodos fuera de la Selección. Y un mes antes de tan trascendental viaje, la ANFP despidió de su cargo a Andreas Fingerhuth, coordinador general del equipo y uno de los funcionarios más cercanos al plantel, dejando a la deriva la logística y operaciones de la escuadra nacional, a solo días del partido clave. Barrales también fue despedida.

En Nueva Zelanda también se prescindió de un paramédico y de un jefe de prensa (esa función la hizo el sicólogo del equipo, Felipe Fuenzalida) para ahorrar dinero, pese a que se invitó a dos dirigentes a que participaran del viaje: Sebastián Nasur, de Santiago Morning, y Elías Vistoso, de la Federación de Fútbol de Chile y de ANFA.

Finalmente, el directorio de la ANFP no quiso extender por tan solo un mes el contrato del preparador de arqueras, Roberto Navajas, quien finalizó su vínculo con la Federación tras el Sudamericano Sub 20 masculino. El profesional había sido expresamente solicitado por el cuerpo técnico y contaba con la venia, entre otras, de Christiane Endler por sus métodos de entrenamiento.

El último desacierto de la administración Milad

Sumado a todos estos desbarajustes en la planificación y la preparación en ruta al repechaje mundialista, un rumor grafica las políticas que han reinado en la ANFP en los últimos años y que bien explican los fracasos de las selecciones.

Otro antecedente más sobre la mesa: fuentes conocedoras de la interna de La Roja Femenina señalan a En Cancha que Milad y compañía habrían advertido al cuerpo técnico de la Selección que, en caso de convocar a una jugadora que venga con problemas físicos y se lesionara de gravedad durante su estancia en La Roja, los gastos médicos del tratamiento del evento deberán ser cubiertos por los propios encargados de su citación, es decir, por el Cuerpo Técnico. Ese habría sido el motivo final para, por ejemplo, no convocar a Nayadet López al repechaje contra Haití.

Con todos estos hechos, queda al descubierto que la gestión de la Selección Femenina por parte de la Administración Milad fue sumamente desprolija. Los estándares que había adquirido La Roja con Arturo Salah primero y sobre todo con Sebastián Moreno después fueron obviados de manera flagrante por esta regencia, en busca de ahorrar dinero (¿Para qué? ¿Para pagarle a Carlezzo o a Castrilli?).

Se puede culpar a José Letelier o a las jugadoras de la no clasificación a Australia/Nueva Zelanda 2023, pero acá hubo un gran responsable y los dardos recaen, lamentablemente, sobre quien está llamado a velar por el bienestar de todo el fútbol chileno.

RESPUESTA DE LA ANFP POR PUBLICACIÓN DE EN CANCHA

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