La Roja

Opinión Hugo Marcone | Chile, Gareca y Orlando: triste, solitario y final

Consumada la eliminación de Chile de la Copa América, el premio nacional de periodismo ahonda en lo vivido por La Roja en Estados Unidos.

La Roja. Ricardo Gareca no tuvo éxito en su primer torneo por los puntos al mando de la Selección Chilena. Foto: Aton.

Decantadas la ceguera del VAR en la agresión a Echeverría y la discutible expulsión de Suazo, digitada por un árbitro indeseable como Wilmar Roldán, no hay tiempo para enredarse más en excusas o justificaciones: Chile quedó eliminado en la fase inicial de esta Copa América por mérito propio. Argentina y Canadá fueron más que la Selección, lo que tampoco es una virtud superior, aunque suficiente para volver a convivir con el fracaso en un torneo continental.

Ahora se explica la retórica táctica aplicada tempranamente por el seleccionador nacional para cubrirse de cualquier tropiezo en Estados Unidos. Cuando la Copa América apenas se avizoraba en el horizonte, Ricardo Gareca subrayó que el objetivo de su gestión eran las clasificatorias. Una premisa que, si se mira en perspectiva, le garantiza un análisis final recién cuando se disputen las dos últimas fechas, allá por septiembre de 2025. Mucha agua habrá corrido como para acordarse de este revés.

“La Copa América sincera el estado de situación y apenas da cuenta de un progreso simbólico”

Pero el descalabro copero no puede contarse a beneficio de inventario, simplemente porque el propósito final de este equipo técnico y también directivo apunta a otro objetivo. La cabal competencia, esto es con puntos de por medio, es el instrumento preciso para que Gareca dimensione la profundidad del desplome nacional, a nivel futbolístico y también dirigencial.

La Copa América sincera el estado de situación y apenas da cuenta de un progreso simbólico -representado por la presencia de un pater familias- con el que por cierto no se clasifica al Mundial. Aunque es sintomático que justo para la eliminación ante Canadá, aquel líder paternal no pudiera estar al borde de cancha por la sanción reglamentaria.

Nada muy misterioso se develó en Estados Unidos que en teoría el técnico desconociera, pero distinto es experimentarlo desde la banca. La alarmante escasez de gol, la falta de variantes para alguna sustitución, el declive de Alexis Sánchez, la creciente deuda protagónica de ‘los nuevos referentes’, por ejemplo, son nudos que siguen amarrados.

Alexis Sánchez
Alexis Sánchez no pudo brillar en la Copa América 2024. Foto: Agencia Aton.

“Si los amistosos fueron una condición análoga a una luna de miel, la Copa América le puso fin bruscamente al idílico noviazgo”

La posición rumbo al Mundial 2026 ubica a Chile solo sobre Perú y Bolivia, los dos peores exponentes de Copa América, y nos iguala con Paraguay. La semejanza de ambas competiciones tiene una lógica desesperanzadora, porque chequeados los recursos futbolísticos expuestos por la Selección, no se visualizan alternativas como para descolgarse del trío con el que se disputa el medio cupo de repechaje.

Si los amistosos fueron una condición análoga a una luna de miel, la Copa América le puso fin bruscamente al idílico noviazgo. Y lo que se viene abre una gran interrogante sobre el feliz destino de este romance en el que todos los ámbitos -el periodístico, entre otros- operaron casi como alcahuetes para que Pablo Milad convenciera al entrenador argentino, como si con la firma del contrato tuvieran la misión cumplida. En Orlando constataron que con Gareca, solo como está, no alcanza.

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