No soy de defensas corporativas y por lo mismo acepto y en algunos casos comparto plenamente las críticas que se nos hacen a los periodistas deportivos chilenos o a algunos de ellos específicamente.
Pero sí soy enemigo absoluto de las injusticias y ésas no las dejo pasar.
También trato en lo posible de ser objetivo y en ese aspecto parto por señalar que el personaje en cuestión que me motiva a escribir esta columna, me refiero a Javier Correa, debe estar en el podio de los mejores jugadores que tuvo Colo Colo en esta paupérrima participación internacional.
Junto a Claudio Aquino, Lucas Cepeda y tal vez Vicente Pizarro (aunque éste jugó menos minutos de los que debiera haber jugado) me parece que Correa se ganó un lugar entre los que al menos aprobaron en rendimiento.
Alguien me puede argumentar y con justa razón que al jugador de fútbol hay que juzgarlo por lo que hace en la cancha y no fuera de ella. Puede ser, pero también es relativo, porque en un deporte tan profesionalizado como el actual, sus componentes están rindiendo examen en todo momento. Incluido en sus declaraciones.
Por eso quiero referirme a lo que dijo Javier Correa una vez terminado el partido con Bucaramanga. Entre otras cosas porque nadie fue capaz de replicarle en el mismo momento y no quiero darle vigencia al dicho “el que calla otorga”.
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Correa no es el único caso en este Colo Colo
Basta con hacer un breve resumen y citar a dos personajes emblemáticos, como son Arturo Vidal y Aníbal Mosa.
Del King, en esta misma sección ya escribí en determinado momento haciendo una semejanza con el famoso cuento del traje del emperador.
Vidal se ganó un espacio dentro del fútbol chileno que, obviamente, le permite opinar como referente del actual equipo de Colo Colo y porque además está considerado dentro de los mejores jugadores de nuestra historia, tal vez solamente superado por Elías Figueroa.
Pero, una cosa es declarar con fuerza y personalidad y otra distinta es no medir las palabras que terminan rebotándole en contra a él y a todo el equipo.
Dijo, por citar solamente dos ejemplos ,que “Colo Colo va a ganar la Copa Libertadores 2025” y ya vemos lo que pasó. Señaló también en su momento que “ahora no perdemos nunca más y vamos derecho por el Campeonato Nacional y la Copa Chile”.
A los pocos días, Deportes Limache los goleó 4-1 y los dejó eliminados en un grupo en el que había dos elencos de Primera B y otro recién ascendido.
De Mosa también nos hemos referido en más de alguna oportunidad y criticamos especialmente que haya usado el término “galáctico” para la conformación de un plantel que está muy lejano de ese calificativo, porque si bien está dentro de los mejores a nivel nacional, no le alcanza para ser competitivo internacionalmente.
Y la guinda de la torta del presidente de B&N fue esta situación generada con Jorge Almirón, que estuvo muy cerca de caer en el ridículo institucional.
A propósito de Almirón, lo cito también porque es el ejemplo en contrario. No niego que nos dejó Plop con aquella conferencia de prensa que no fue tal y con sus últimas declaraciones tras el partido con Atlético Bucaramanga. Es cierto, todos nos quedamos con las ganas de escuchar su versión del porqué y cómo había sido finalmente ratificado en su cargo, pero el entrenador argentino – viejo zorro- no pisó nunca el palito y con mucha amabilidad les dio la cortada a todos los que le preguntaron sobre el tema.
Culpable soy yo
Y ahora sí entramos con lo de Javier Correa, que al parecer nunca escuchó esa tremenda canción de José Luis Rodríguez, que es una oda a la autocrítica.
Terminó el partido con Bucaramanga y el delantero argentino, muy suelto de cuerpo dijo textualmente: “Fue una Copa atípica, nos sancionaron injustificadamente, no tuvimos nada que ver y la Conmebol se dejó llevar. Hoy estaríamos peleando, hay que aceptar estas injusticias. Ustedes (la prensa) hablan mucho, nosotros no le hacemos caso a nada. Entendemos que Colo Colo vende más, debemos estar tranquilos”.
No creo que hay que ser muy erudito para entender que el delantero argentino considera que la eliminación de los albos se debe a la “injusta” Conmebol y a la prensa “descriteriada”
Se entiende, por lo tanto, que, para Correa, los problemas internos entre los dirigentes con combos incluidos), la absurda situación vivida con Jorge Almirón y Aníbal Mosa y el rendimiento en la cancha del equipo (incluidos los goles que él se perdió por montones) fueron detalles menores.
Se le olvida que Colo Colo fue goleado 4-0 por Fortaleza y Racing, resultados que difícilmente pueden hacer que un equipo clasifique en su grupo.
Pero, aun así, haciendo matemática ficción puede aceptarse que si al equipo chileno no le quitan los tres puntos del partido con Fortaleza en el estadio Monumental sus posibilidades hubieran seguido intactas.

Y aquí entra a tallar la “injusta” Conmebol.
Porque tal vez por omisión y populismo (no quiero pensar que es por cobardía), en sus declaraciones – ni ahora ni antes- Javjer Correa hizo la más mínima referencia a esos pelafustanes de la Garra Blanca que rompieron los acrílicos de contención y entraron a la cancha, obligando a suspender el partido.
Ese grupo de antisociales descontrolados fueron los principales responsables de la debacle ocurrida la noche del partido con Fortaleza en el estadio Monumental y que pudo ser aún peor de no haber intervenido Emiliano Amor, un tipo ante el que me saco el sombrero por su valentía, coraje y decisión para enfrentar y detener a esa tropa de delincuentes que iban directamente a agredir a los jugadores brasileños.
Seguramente, Javier Correa estaba en el limbo en ese momento y no vio o no quiso ver lo que pasó en el sector norte del estadio Monumental. Porque de otra manera no se explica que encuentre injusto el castigo aplicado por la Conmebol a Colo Colo, que perfectamente puede decir que hasta la sacó barata en la instancia.
¿Y cuál fue la culpa de la “prensa descriteriada”? ¿Haber mostrado los videos y fotografías de unos desmanes indesmentibles e inocultables? ¿Haber repudiado con la máxima energía estos hechos que esperamos nunca más vuelvan a repetirse? ¿Haber comentado, como correspondía, un suceso absolutamente fuera de lo común y anticipar un castigo que nadie buscaba para Colo Colo, pero que era inevitable?
Que se sepa, aquello que pasó el 10 de abril, dentro y fuera del Estadio Monumental fue para todos repudiable y digno de la mayor sanción, a cualquier nivel, incluso en la justicia ordinaria.
Para todos, menos al parecer para Javier Correa