El síndrome de ovario poliquístico (SOP), es un trastorno que ocurre cuando una mujer posee niveles altos de andrógenos. Estas son las llamadas "hormonas masculinas", según indican en la Office on Women's Health (OWH), y que se generan en pequeñas cantidades.
La infertilidad que es una de las complicaciones más comunes de la enfermedad, está presente en el 40% de las afectadas. Sin embargo, también se pueden producir otro tipo de dificultades como irregularidades mensuales y problemas en la piel.
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Según la Clínica Mayo, hasta el momento no se conocen causas específicas por las que se produce el síndrome de ovario poliquístico. Sin embargo, si hay varios motivos que pueden influenciar en gran medida en si se puede sobrellevar el padecimiento.
¿Cuáles son los síntomas del Síndrome de ovario poliquístico?
Hay una gran cantidad de síntomas asociados al síndrome de ovario poliquístico, y estos dependerán de la gravedad de la afección en la mujer. Cabe decir, que estos pueden ser controlados pero debe ser tratado de manera correcta.
Ciclo menstrual irregular: El tener menos períodos de lo normal, es un claro síntoma de del SOP y el más común.
Mucho vello: El crecimiento de vello en lugares poco comunes o en partes del cuerpo donde los hombres les crece, es una afección llamada hirsutismo y afecta al 70% de las mujeres con SOP.
Acné: Puede aparecer en el pecho, rostro o parte superior de la espalda.
Afinamiento capilar: Es decir, la caída del cabello o calvicie de patrón masculino.
Aumento de peso: Otro de los síntomas más comunes, o por otra parte, también la dificultad para bajar de peso.
Oscurecimiento de la piel: En especial en lugares como el cuello, en la ingle o debajo de los pechos.
Papilomas cutáneos: Estos se pueden definir como unos bultos que aparecen en la piel, son muy diminutos y aparecen en las axilas o en el cuello.
¿Cuáles son las complicaciones del SOP?
Hasta el momento hay una gran lista de complicaciones que vienen con la enfermedad, pero que se pueden tratar. A continuación te presentamos la lista de estas dificultades médicas.
Infertilidad.
Diabetes gestacional o presión arterial alta.
Aborto espontáneo o nacimiento prematuro.
Esteatohepatitis no alcohólica.
Síndrome metabólico.
Diabetes tipo 2 o prediabetes.
Apnea del sueño.
Depresión, ansiedad y trastornos alimenticios.
Sangrado uterino anormal.
Cáncer del revestimiento uterino.
