La actividad física es una de las formas más efectivas de potenciar nuestra salud en general. Con el paso del tiempo, diversos estudios han evidenciado los múltiples beneficios de mantenerse activo, desde la prevención de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, hasta el manejo del estrés.
Además de contribuir a mejorar la calidad de vida, aumenta la esperanza de vida. Sin embargo, una nueva investigación ha revelado datos sorprendentes sobre la cantidad de ejercicio necesaria para maximizar estos beneficios.
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Caminar puede aumentar la esperanza de vida
Según una reciente investigación publicada en el British Journal of Sports Medicine, caminar durante 160 minutos al día a un ritmo moderado (aproximadamente 4,8 km/h) puede tener un impacto significativo en la longevidad. El estudio realizado por científicos de la Universidad Griffith en Australia analizó a más de 36.000 adultos mayores de 40 años, observando sus niveles de actividad física y la relación con su esperanza de vida.
Los resultados mostraban que aquellas personas que caminaban 160 minutos al día podrían prolongar su vida hasta 11 años en comparación con las más sedentarias. Incluso aquellos que solo incrementaron su caminata diaria en 30 minutos, pasando de 50 minutos a 80 minutos al día, experimentaron un aumento de 0,6 años en su esperanza de vida. Esta cifra continuó aumentando conforme aumentaba el tiempo de actividad diaria, con un incremento de hasta 3,5 años en aquellos que caminaban 110 minutos al día.
El Dr. Lennert Veerman, uno de los autores del estudio, destacó que incluso un pequeño aumento en la actividad física puede generar grandes resultados. Para las personas más sedentarias, el aumento de 50 minutos a 160 minutos de caminata diaria puede resultar en una mejora significativa en la salud y una mayor esperanza de vida.
