Esta semana, noticias desde el Vaticano informaron que se había agravado la salud del papa Francisco, hospitalizado desde hace días y con una crisis respiratoria que ha llevado al equipo médico a implementar oxígeno adicional y hasta trasfusiones sanguíneas. Esto, luego que le fuese diagnosticada una neumonía bilateral.
El complejo panorama ha dado pie a infinitas especulaciones. Se ha hablado hasta de una posible renuncia, hecho que desestimó el cardenal secretario de Estado, de la Santa Sede, Pietro Parolin.
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“Todo me parecen especulaciones inútiles. Ahora pensamos en la salud del Santo Padre, en su recuperación, en su regreso al Vaticano: éstas son las únicas cosas que cuentan”, indicó en una entrevista reciente.
Sin embargo, por posible renuncia o incluso fallecimiento del papa Francisco, el Vaticano tiene diseñado un histórico protocolo para su sucesión. Este consta de varios pasos que deben seguirse en cualquiera de los dos escenarios.
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¿Cuáles son los pasos de la sucesión papal?
Elegir a un nuevo papa comprende las siguientes etapas:
- Se convoca al cónclave, y los cardenales electores llegan a Roma para participar en el proceso.
- Los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina y prestan juramento de confidencialidad sobre todo lo que ocurra durante el cónclave.
- Se lleva a cabo una votación preliminar en la que cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una boleta, la dobla y la deposita en una urna. Es poco común que en esta primera votación alguien alcance la mayoría necesaria; su propósito principal es identificar a los candidatos con mayor apoyo. Para ser elegido, el nuevo papa debe obtener al menos dos tercios de los votos.
- Si ningún candidato obtiene la mayoría requerida en la primera votación, se realizan hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde). Al finalizar cada ronda, las papeletas son quemadas en una estufa especial cuya humareda indica el resultado: el humo negro señala la falta de consenso, mientras que el humo blanco anuncia la elección de un nuevo papa.
- Cuando un candidato consigue los votos necesarios, el decano del Colegio Cardenalicio le formula la pregunta: “¿Aceptas tu elección canónica como sumo pontífice?”. Si acepta, elige el nombre con el que será conocido.
- Una vez elegido el nuevo papa, el cardenal protodiácono aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro y proclama la célebre frase: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (Les anuncio una gran alegría: ¡tenemos papa!).
- Pocos minutos después, el nuevo pontífice se presenta ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro y ofrece su primera bendición.