Una serie de acusaciones ha recibido la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), Nélida Pozo, entre las que se incluyen presuntos despidos injustificados, malos tratos y “persecuciones administrativas”.
La profesora de educación básica con magíster en Antropología y Gestión de Políticas Nacionales asumió en 2023 el alto puesto del organismo que está a cargo de la mayoría de museos y bibliotecas públicas, y que es dependiente del Ministerio de las Culturas.
Según documentos a los que tuvo acceso El Mercurio, hay dos casos llevados a la justicia por tutela laboral, en donde los denunciantes llegaron a pedir licencias médicas por estrés a causa de los malos tratos que acusan.
Las fuertes denuncias contra directora del Serpat
Según un exfuncionario que pidió mantener su nombre bajo anonimato, Nélida Pozo “empezaba a amedrentar con las calificaciones y las bajaba ficticiamente. Frente a reclamos, ella simplemente no atendía (...) Era todo un proceso por desgaste que venía acompañado de una actitud muy hipócrita por parte de sus asesoras que descartaban que estuviera pasando algo”.
Aquel relato coincide con el de Jimena Asenjo, profesional que llegó a trabajar al Serpat semanas antes del arribo de Nélida Pozo como directora. Bajo sus declaraciones hechas a El Mercurio, ingresó al empleo con un grado 8 dentro del estamento público con un acuerdo de subir a 7 en un año.
Sin embargo, pasados seis meses de su ingreso, tuvo una reunión con la jefa de gabinete del servicio, Paz Carmona (hija del presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona) donde también estuvo presente Pozo. Ahí le solicitaron dejar su cargo para ser reubicada en el Consejo de Monumentos Nacionales, aunque con una rebaja a grado 10. No obstante, hasta que llegara un sustituto, le pidieron que continuara con sus funciones.
“Solicité expresamente que quedara en acta que estaba siendo forzada a aceptar el grado 10 ofrecido (...) Ella (la directora), muy enojada, en un momento de la reunión indica ‘¡ahora ni siquiera sé si quiero que te quedes en el grado 10!’”, relató junto con agregar que “para mí ha sido, yo creo, el año más difícil de mi vida, porque no solamente sufrí este acoso laboral: tenía 15 años de experiencia en esta materia. Que me haya pasado esto es muy decepcionante (...) Para mí fue un derrumbe de todo, incluso de la esperanza que tenía con el Gobierno del Presidente Boric”.
Algo similar le ocurrió a la subdirectora del Patrimonio Cultural Inmaterial, Cristina Gálvez, quien acusó “persecuciones administrativas” y, entre otras cosas, malas evaluaciones sin fundamentos. “Hay un modus operandi en que te aburren para que te vayas y no te pueden decir a la cara que tienen a alguien de confianza, motivo por el que quieren que uno se vaya”, dijo.
Respuesta del Serpat
El mismo diario antes mencionado se contactó con el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural ante las acusaciones contra Nélida Pozo. En esa línea, respondieron que “es un juez laboral el que debe determinar si los hechos denunciados son constitutivos de vulneraciones de derechos fundamentales”.
“A la fecha, Serpat durante esta administración, no registra ninguna condena por esto. En este contexto, hemos trabajado junto con las y los funcionarios y los gremios para implementar planes de abordaje con el fin de generar climas laborales armoniosos”, finalizaron.