El pasado 3 de febrero, autoridades del Gobierno se reunieron, junto al embajador de Chile en Washington, Juan Gabriel Valdés, con el objetivo de analizar los escenarios ante la posible alza en los aranceles del cobre que anunció el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La instancia fue encabezada por el ministro Van Klaveren y la titular de Minería, Aurora Williams; también estuvo la subsecretaria de la misma cartera, Suina Chahuán; la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza; el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, y la vicepresidenta ejecutiva (s) de Cochilco, Claudia Rodríguez.
¿Qué fue lo que se dijo en la reunión?
De acuerdo a lo informado por dos asistentes de la reunión a La Tercera, el mensaje fue que no se debe sobrerreaccionar a lo dicho por Donald Trump, ya que esto podría generar un conflicto que, hasta ahora, no se ha concretado.
![El mandatario de EEUU amenazó con subir los aranceles del cobre.](https://www.encancha.cl/resizer/v2/MQZGKX5TKFFLNE2L2TXAUHXTVI.jpg?auth=a9d9eace2d2359d6a4d1427e4c50675a2209c92163c56fcbe7965601c0e599f9&smart=true&width=930&height=620&quality=70)
Por su parte, desde Cancillería comunicó que en la reunión “dialogaron sobre los distintos escenarios que se proyectan para el comercio internacional del cobre y de qué modo estos podrían afectar a Chile. El grupo de trabajo acordó reunirse periódicamente para continuar con el monitoreo y el intercambio de información”.
Además, en caso de que se aplique el arancel, esto afectaría directamente a los estadounidenses, ya que “tendrían que comprar el metal rojo a un precio más alto y por un tiempo indeterminado, pues un eventual aumento de la producción de cobre norteamericano no se daría de forma inmediata”.
Esto también fue advertido la Asociación de Productores de Cobre (CDA, por sus siglas en inglés, Copper Development Association) de Estados Unidos, que envió una carta a Donald Trump señalándole los problemas que tendría para ese país poner impuestos de importación extras al metal rojo.
En esta, indicaron que “afortunadamente, Estados Unidos cuenta con abundantes reservas de cobre y sólidas alianzas mundiales, la minería y el refinado nacionales se enfrentan a importantes retrasos. Las nuevas minas tardan una media de 29 años en entrar en funcionamiento, uno de los plazos más largos del mundo. El refinado también está limitado, con solo dos fundiciones primarias nacionales en funcionamiento, lo que obligó a EE.UU. a exportar 341.000 toneladas métricas de mineral y concentrado de cobre en 2023 para su refinado en el extranjero”.