Firma chilena con más de 35 años confirma reorganización financiera: deudas suman más de $15 mil millones

La empresa controla importantes marcas de indumentaria deportiva que están presenten en todo el territorio nacional.

Empresa chilena. Importante firma de vestimenta deportiva solicita reestructuración financiera. (COMERCIAL SPORTEX/COMERCIAL SPORTEX)

Si bien el estallido social y la pandemia se desarrollaron hace ya un tiempo significativo, son varias las empresas que aún combaten con las dificultades financieras que generaron estos eventos. Por lo anterior, durante el último tiempo ha sido común que estas entidades soliciten una reorganización económica, en un intento por mantener sus negocios a flote.

Una de las últimas compañías que solicitó este proceso es la chilena Comercial Sportex, controladora de las marcas Everlast, Zoo York, NGX y Pony, entre otras. La decisión se debe a una compleja situación financiera, en donde convergen múltiples factores, desde las crisis antes mencionadas hasta sobreendeudamiento y alzas en el tipo de cambio.

Matriz de las tiendas pasa por una compleja situación financiera.
Marcas deportivas.Matriz de las tiendas pasa por una compleja situación financiera.

Comercial Sportex solicitó proceso de reorganización financiera

La empresa, de más de 35 años de trayectoria vinculada a los hermanos Isaac y Jaime Avayú, se dedica principalmente a la comercialización de indumentaria deportiva a través de sus diferentes marcas, lo que considera vestuario, calzado y accesorios. Además, cuenta con presencia a nivel nacional por medio de sucursales propias, distribuidores del área del retail y sus sitios web.

Según lo recopilado por Diario financiero, la firma mantiene deudas multimillonarias ante sus acreedores, dentro de los cuales figuran Banco Estado, Santander y BCI.

De acuerdo al abogado representante de la compañía, Nelson Contador, este alto nivel de pasivos se generó por el contexto desafiante que ha impactado el retail y la economía del país en los últimos años.

Dentro de las principales razones se destaca los efectos del estallido social y la inestabilidad económica que dejó su paso, lo cual provocó cierres y pausas en la producción.

A lo anterior se suma la crisis empresarial que dejó la pandemia, que afectó la cadena de suministros a nivel internacional y causó una significativa disminución de las ventas.

Por si fuera poco, la empresa, con el fin de sostener sus operaciones ante las crisis, solicitó financiamiento complementario a sus acreedores. Ello, frente a la depreciación de la moneda chilena, el aumento del tipo de cambio a dólar y el encarecimiento de los costos de importación, generó un sobreendeudamiento que alcanzó los $15.000 millones.