Después de dos años de haber iniciado operaciones bajo el nuevo esquema de licitación impulsado por el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, las empresas Metropol, RedBus Urbano (RBU) y Santiago Transporte Urbano (STU) atraviesan un crítico momento financiero.
Aquellos que asumieron seis unidades del sistema Red Movilidad, han registrado pérdidas millonarias desde 2023, lo que pone en entredicho la viabilidad del sistema de trasporte público en Santiago.
El escenario se agrava ante la falta de respuesta oportuna del Ministerio de Transportes, los altos índices de vandalismo, la inseguridad y el impacto constante de la evasión.

Preocupante situación financiera de Metropol y otras operadoras
Según la información entregada por Diario Financiero, el gerente general de Metropol en Chile, Patricio Pérez, alertó que los contratos diseñados entre 2018 y 2019 ya no se ajustan a las actuales condiciones del sistema de transporte, lo que ha generado un “riesgo claro de estabilidad” para los servicios.
Basándose en las cifras proporcionadas por la compañía, al cierre de 2024 las transacciones del transporte público seguían 18% por debajo del peak de 2018 y el volumen de viajes en buses había caído un 26%.
Las pérdidas acumuladas por las tres operadoras superan los $42 mil millones, generando incluso un patrimonio negativo de $17 mil millones. A esto se suman más de 2.500 actos de vandalismo y 420 agresiones registradas por Metropol, además de tres buses incendiados.
Las empresas explican que si no hay una intervención pronta, el sistema podría enfrentar quiebres de servicio antes de que finalice 2025. Pese a estas advertencias, desde la Dirección de Transporte Público Metropolitano apuntan que la sostenibilidad financiera depende directamente de la gestión de las propias empresas.