Los asados o parrilladas son para los chilenos un símbolo de alegría, compartir en familia o de celebración, así lo establece el último “especial parrillero” de Cadem. Y es que esta es una tradición arraigada en el país que no solo se presenta en septiembre, sino que en todo el año y, sobre todo, los meses de calor como la primavera y el verano.
En este contexto, una de las preguntas más comunes incluso entre los expertos se relaciona a cómo almacenar la carne sobrante luego de una parrillada, sin tener que comer un recalentado con mayores diferencias al recién hecho.
Hay varios que creen que dejarlos en el horno o en un envase plástico es la solución, sin embargo, estos espacios o materiales pueden comprometer la calidad, el sabor y la textura de este alimento.
¿Dónde es mejor conservar la carne de parrilla?
De acuerdo a los expertos, la carne no se debe guardar ni en el horno ni en envases plásticos. Por un lado, el horno puede provocar que se siga cocinando o que quede seca por el calor residual. Por otro, el plástico, sobre todo, cuando está la carne caliente, provoca que pierda su jugosidad y sabor original debido al ambiente que se crea con el vapor del alimento.
Por lo anterior, el método ideal es envolver la carne en papel de aluminio y almacenarla en el refrigerador, de esta forma puede conservar sus características originales, tales como el olor, los sabores y la textura.
Además, sugieren no cortarla antes de guardarla, porque así se evita perder líquido que pueda dejar el alimento más seco y sin su destacado sabor. Por ello, también recomiendan recalentarlo y trocearlo después, al momento de consumir.
